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Abascal se niega a regalar a Feijóo el “voto patriótico” de sus 33 diputados para echar a Sánchez

El líder de Vox atribuye al PNV un intento de golpe de Estado para descartar la posibilidad de sumar escaños con los nacionalistas vascos para investir al candidato del PP

El presidente de Vox, Santiago Abascal, este jueves, durante una entrevista con la Agencia Efe.Foto: EFE | Vídeo: EPV
Miguel González

Santiago Abascal se resiste a regalar a Alberto Núñez Feijóo el “voto patriótico” de sus 33 diputados para echar a Pedro Sánchez de La Moncloa, tal como le reclaman sectores próximos a su partido, según fuentes de Vox. Si el voto CERA (censo electoral de residentes ausentes) no altera el equilibrio entre ambos bloques, la suma de los diputados del PP, Vox, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro (UPN) y PNV es la única que permitiría a Núñez Feijóo alcanzar la mayoría absoluta de 176 diputados. Pero eso requiere que no haya vetos cruzados entre dichas fuerzas políticas.

El mismo lunes, al día siguiente de las elecciones, el secretario general del partido ultra, Ignacio Garriga, ya descartó la posibilidad de que los diputados de Vox pudieran unir sus votos a los del PNV para hacer presidente a Feijóo. “No puede haber un voto patriótico al lado del PNV. Jamás. Es imposible”, enfatizó, tras recordar que los estatutos de Vox le prohíben cualquier tipo de acuerdo “con los partidos separatistas”.

Garriga obvió que no se le preguntaba por la posibilidad de que Vox llegue a un acuerdo con el PNV, sino de que anticipara el apoyo de sus 33 diputados al candidato del PP, dejando que sea luego este quien se encargara de conseguir los siete votos que le faltarían para lograr la investidura. Durante la pasada legislatura, Vox pidió repetidamente al PP que presentara una moción de censura y le garantizó de antemano su apoyo sin exigir nada a cambio. La pasividad del PP fue el argumento empleado por Abascal para justiciar que en dos ocasiones se decidiera a dar ese paso: primero con él mismo como candidato y luego con el profesor Ramón Tamames. Pero la situación ha cambiado.

En una entrevista con Efe este jueves, Abascal ha dejado claro que su formación es absolutamente incompatible con el PNV. “No sé si conocen bien al PNV, tanto PSOE como PP, yo los conozco bien, los he padecido durante años”, ha dicho. “Se lo que son, enemigos de la Constitución y de la unidad nacional. Los separatistas catalanes dieron un golpe en 2017, pero en el 2003 intentó darlo Ibarretxe y esa es una realidad que no se puede obviar”, ha añadido. Los hechos son que el entonces lehendakari, Juan José Ibarrtexe, presentó una propuesta de reforma del Estatuto vasco, el llamado Plan Ibarretxe, que fue aprobada en 2004 por el Parlamento de Vitoria y remitida a las Cortes, siguiendo los procedimientos legales previstos. En febrero de 2005, el Congreso rechazó por aplastante mayoría la propuesta y el proyecto se archivó sin que, al contrario de lo que pasó 12 años después en Cataluña, se produjera ningún acto ilegal.

El PNV ha rechazado negociar la investidura de Feijóo, alegando que los populares han cruzado “una línea roja” al meter a los ultras en las instituciones y que los nacionalistas vascos no entrarán “en una ecuación PP-Vox”. El presidente peneuvista, Andoni Ortuzar, ha presumido incluso de haber arruinado las posibilidades de Feijóo, mientras Coalición Canaria ha advertido que no apoyará a “ningún gobierno en el que esté la extrema derecha o la extrema izquierda”, en alusión a Vox y Sumar.

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En estas condiciones, la hipotética investidura del aspirante del PP parece un imposible encaje de bolillos, pero Abascal no está dispuesto a facilitarle la tarea. La única concesión que ha hecho es un brindis al sol. “Si Feijóo es capaz de convencer a un puñado de diputados socialistas y configurar una mayoría, nosotros no vamos a ser un obstáculo para evitar un gobierno de destrucción nacional”, dijo el martes en OK Diario. “Si el señor Feijóo es capaz de conseguir el voto favorable de cinco o seis diputados de ese PSOE bueno que yo no conozco, nosotros no seremos un obstáculo”, remachó al día siguiente su portavoz parlamentario, Iván Espinosa de los Monteros.

Disciplina de voto

Conseguir la ruptura de la disciplina de voto del partido socialista no está en la mano de Feijóo y tampoco parece probable en un momento en que el liderazgo de Sánchez ha salido reforzado por haberle dado la vuelta a los negros augurios de las encuestas, pero sirve a Abascal para desviar el debate del tema central: si está dispuesto a regalar sus votos a Feijóo para evitar un mal mayor.

Lejos de ello, el presidente de Vox presiona a los dirigentes del PP para que “acepten la realidad”. “El bipartidismo se ha acabado en España, no pueden gobernar en solitario. Se trata de que entiendan que hay tres millones de personas que han votado a Vox contra todo. Si se obsesionan con hacer desaparecer a Vox, convertirlo en insignificante, hacerlo invisible donde ha tenido un buen resultado, el entendimiento es imposible”.

Aunque Abascal insiste en que su problema no es “personal” con Feijóo, las relaciones entre ambos han salido dañadas por un revés electoral del que el primero culpa exclusivamente al segundo sin asumir ninguna responsabilidad. Mientras el líder del PP quiere escenificar que aún tiene alguna posibilidad de ser investido, el de Vox lo da ya por amortizado. “Cualquier pacto que haya en España en estos momentos descansa en el separatismo de una manera u otra”, afirma, poniendo al mismo nivel un pacto de Sánchez con los independentistas catalanes y uno de Feijóo con el PNV.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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