El puzle sin encajar del equipo económico de Feijóo

Se desconoce quién va a llevar las riendas de la economía en el Partido Popular. Las piezas del puzle están sobre la mesa y nadie salvo Aberto Núñez Feijóo sabe cómo va a encajarlas. Al igual que su antecesor gallego, el presidente del Partido Popular vive cómodo en la indefinición. Aun así, las cábalas más o menos informadas han empezado. Román Escolano, ministro de Economía con Rajoy y próximo a Feijóo, aparecía como una opción clara para ocupar ese cargo. Pero cuestiones personales lo han alejado. Él mismo ha pedido figurar en una segunda línea. Pablo Vázquez, encargado ahora de relanzar el discurso económico, también se descarta por motivos personales. El actual director de la Fundación Concordia y Libertad ya ha vivido el trabajo intenso de la oficina económica de La Moncloa y prefiere un puesto de menor exposición.

“O Luis de Guindos o Pablo Hernández de Cos. Cualquier otra cosa puede estar bien y ser sensata, pero no es diferencial”, manifiesta uno de los cerebros económicos con una larga trayectoria vinculada al partido. Ese es el sentir de buena parte de la vieja guardia consultada. Sin embargo, Guindos prefiere seguir en la vicepresidencia del BCE los tres años que le restan. Es un puesto en el que España se juega mucho. Así se lo está trasladando a personas cercanas. Como hace siempre, defiende que asuman responsabilidades personas del equipo que tenía cuando estaba en el ministerio: la que fuera secretaria del Tesoro, Rosa María Sánchez-Yebra, y el ex secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa, aunque este último ostenta la presidencia de Rothschild en España, algo que se antoja difícil que abandone.

Hernández de Cos es el candidato más deseado. Pero el gobernador del Banco de España aspira a forjarse una carrera internacional. Quizás pueda optar a dirigir el Banco Internacional de Pagos. Y su objetivo último sería un cargo en el BCE. Si saltara del supervisor al Gobierno del PP, su independencia, que ha mantenido contra viento y marea a pesar de los ataques del Ejecutivo de Sánchez, podría verse cuestionada. No quiere que las críticas vertidas al Gobierno durante estos años sean vistas como el trampolín al Ejecutivo.

Siempre cabe la posibilidad de que la llamada de Feijóo, si llegase a La Moncloa, pesara demasiado. Es difícil decir que no a un presidente. Pero las apuestas no van por ahí. En los círculos económicos del PP afloran con fuerza sobre todo dos nombres: el excerebro económico de Ciudadanos, Luis Garicano, y la exministra de Trabajo y Seguridad Social, Fátima Báñez.

Garicano es quien más peso está ganando en las quinielas. Se ha involucrado con la redacción del programa económico y es muy cercano a Pablo Vázquez, que tiene vía directa con Feijóo y fue el responsable hace más de una década de aglutinar en el centro de reflexión Fedea un grupo de economistas entre los que despuntaba Garicano. El ascenso de Vázquez en el PP supone la puerta de entrada a estos académicos, sobre todo del entorno de Fedea, formados en universidades extranjeras, con un gran pulso por la actualidad, una vocación muy mediática y que se dieron a conocer en la arena pública durante la crisis de 2008. Sería la operación de desembarco Garicano-Fedea, explican algunas fuentes. Supondría el abrazo final a Ciudadanos, que no se presenta en las elecciones generales del 23-J.

En la dirección del PP simplemente sostienen que el encargado de liderar los asuntos económicos será un perfil internacional y de prestigio. Garicano ha sido profesor de la London School of Economics y de la Universidad de Chicago. En cualquier caso, su salto al partido justo antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo tendrá una recompensa. Entre las propuestas que ha defendido cuando estaba en Ciudadanos se encuentra un complemento salarial a las rentas bajas, el contrato único y la mochila austriaca (un sistema que retira trabas al despido a cambio de crear un fondo de indemnización para el trabajador).

No obstante, el inconveniente que tendría la designación de Garicano es la resistencia que puede generar en algunos sectores de la vieja guardia. Estos aún recuerdan la tribuna que firmaron en junio de 2012 Garicano, Jesús Fernández-Villaverde y Tano Santos en la que pedían al Gobierno de Rajoy que dimitiese para formar un Ejecutivo de concentración. En este contexto, todavía escuece que Antonio Cabrales, otro perfil parecido al de Garicano y próximo a Pablo Vázquez, renunciara al Banco de España por el fuego amigo.

De tomar las riendas, Garicano atraería un buen número de economistas con perfiles centrados, independientes y del ámbito de Fedea. Otro ex de Ciudadanos del área económica, Toni Roldán, podría aterrizar en el partido. La politóloga Aurora Nacarino-Bravo, exdiputada de Ciudadanos y del entorno de Garicano, ya ha sido colocada en el número diez de la lista al Congreso por Madrid. En este sentido, la cuestión pecuniaria es un asunto no menor. Los sueldos que se manejan en los ministerios pueden ser insuficientes para atraer talento, señalan diversas fuentes.

Otra persona fuerte en el terreno económico es Fátima Báñez. Su presencia en Génova está siendo importante. Tiene una lucrativa carrera en la CEOE y con consejos en empresas como Iberdrola o Rovi. Pero lleva la política en la sangre y si consiguiera una vicepresidencia, quizás de corte social, colmaría sus aspiraciones. Sea cual sea su destino, tendrá una cierta influencia en los nombramientos que se hagan en el área de la que fue ministra con Rajoy. Para la cartera de Empleo y Seguridad Social cobran relevancia nombres de su época en el ministerio como el de Juan Pablo Riesgo, ex secretario de Estado de Empleo, o Javier Thibault, ex director general de Empleo. También se menciona a la consejera de Empleo de Andalucía, Rocío Blanco.

El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, es inspector de Hacienda y está siendo el encargado de coordinar todas las políticas económicas anunciadas. Deberá tener un papel destacado en el área de Hacienda. Él representaría, junto a Fátima Báñez, las raíces del partido.

Es importante la llegada a Madrid de Francisco Conde, vicepresidente económico de la Xunta y estrecho colaborador de Feijóo. Ha sido escogido como número uno en la lista al Congreso por Lugo. Ese movimiento se considera como un paso previo a cotas de mayor responsabilidad. Muy activo a la hora de intentar atraer inversiones a Galicia, el Ministerio de Industria o La Moncloa podrían ser los destinos idóneos, según sugieren algunas fuentes. Dada su relación de confianza con Feijóo, sería un peso pesado en el organigrama.

El encaje correcto de este rompecabezas será esencial para afrontar una situación económica que puede ser más delicada el año que viene. La Comisión Europea ya ha advertido de que, con la vuelta de las reglas fiscales en primavera, España entrará de nuevo bajo el procedimiento de control de las cuentas públicas. Se acaba el periodo de excepcionalidad que se abrió con la pandemia y la guerra de Ucrania. El BCE no va a comprar todo el aumento de la deuda pública, como llevaba varios años haciendo, y la prodigalidad con el gasto ya no podrá ser igual.