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Primer día de Selectividad en Cataluña: “No hay vuelta atrás. Lo haces y ya está”

Los alumnos pueden elegir anónimamente el idioma del enunciado de los exámenes: catalán, castellano o aranés

Notas corte Cataluña
Examen de Selectividad en la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, este martes.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

Estrés, angustia, caras de miedo. Una alumna contaba a la entrada: “Ya no hay vuelta atrás. Lo haces y ya está”. Este martes, con las pruebas de castellano y lengua extranjera, han comenzado en Cataluña las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), que se alargarán hasta el jueves y que harán 40.557 alumnos. Una novedad en las aulas es que los alumnos pueden elegir el idioma del enunciado de los exámenes, catalán, castellano o aranés. La presidenta de uno de los tribunales en el Campus Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra, Rosa Cererols, ha celebrado que la jornada ha arrancado sin incidencias: “Hemos vuelto a la normalidad de las convocatorias anteriores a la pandemia”.

Los estudiantes que se enfrentan a estos exámenes, en cambio, han percibido las primeras horas de esta jornada de manera diferente. “Han sido unos meses de preparación muy duros y espero que me salgan bien”, explica Blanca Jofra, nerviosa ante la primera prueba del día, lengua y literatura castellana. Este ha sido el examen que más modificaciones ha sufrido, pues han cambiado algunos ejercicios de gramática y de expresión escrita. La prueba ha incluido un texto de Ignacio Martínez de Pisón, preguntas sobre figuras retóricas, una redacción sobre los límites del humor y cuestiones sobre de Nada, de Carmen Laforet.

Antes de iniciar los exámenes, a primera hora, los alumnos han rellenado un formulario en el que especificaban en qué idioma querían el enunciado de cada asignatura. El documento, que tiene el alumno encima de la mesa en cada examen, no pone ni nombre ni DNI, lo que facilita que no tengan que significarse en público por una lengua u otra. La consejera de Investigación y Universidades, Gemma Geis (Junts), ha explicado en una entrevista en RAC1 que el formulario anónimo para elegir lengua “evita a los alumnos levantar la mano” a la vez que “es una imagen fiel que asegura que la lengua propia del sistema universitario catalán es la catalana”.

Por su parte, algunos alumnos ven con buenos ojos esta propuesta y alegan que es una forma de facilitar el trabajo a los coordinadores. Esta nueva medida responde a la resolución judicial del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que anuló hace un año las instrucciones de las PAU que establecían “repartir primero los enunciados de examen en catalán y, solo si algún alumno lo pide, darle la versión en castellano”.

Después de las primeras pruebas

En la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona (UB), en la Zona Universitària, algunos estudiantes salían ya más relajados sobre las 13.00 horas, aunque todavía tuvieran 30 minutos más para terminar el examen. Uno de los primeros, Martí Hernández, se ha mostrado confiado sobre su desempeño. Eso sí, Hernández, que quiere estudiar Historia del Arte en la UB, ha matizado: “Siendo objetivo, el listening ha sido un poco difícil”, ha dicho con una sonrisa sobre el examen de escucha de inglés, una de las dos pruebas, junto con la de lengua y literatura castellana, que han tenido que desarrollar los aspirantes durante esta mañana.

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Precisamente esta última ha tenido aspectos que se le han resistido a algunos alumnos, según han referido muchos de ellos: “El adverbio de foco, ¿qué es eso?”, ha bromeado Aina Blas, que sin embargo ha valorado su rendimiento en las pruebas. Sentada junto a dos compañeras en las escaleras de la misma Facultad de Biología, Blas, que quiere estudiar Filología Inglesa, ha señalado que no ha habido ningún problema con la elección del idioma en el que cada uno ha decidido realizar sus pruebas, ya sea en catalán, castellano o aranés, algo en lo que han coincidido todos los estudiantes consultados.

Sobre las 13.30 horas llegaba el ansiado descanso. Los aspirantes se reunían en grupúsculos en los equipamientos de la facultad. En el patio, una lamentaba: “El listening no era fácil, eh”; y otra reponía: “No era fácil, pero tampoco era de los chungos… el problema es que este era de interpretar”, concedía. “Yo he puesto esto: ¿qué, lo he puesto mal?”, le preguntaba una compañera a otra unos metros más allá. El descanso caía como un bálsamo entre algunas voces preocupadas. A las 15.00 horas muchos de ellos volverán a las aulas para afrontar unos exámenes que se extenderán hasta el jueves.

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