El independentismo sufre otro pinchazo en Cataluña y Bildu gana en Euskadi

Las elecciones europeas han actuado como una lima en el independentismo catalán. Junts per Catalunya y Esquerra Republicana han perdido 920.000 votos, en el camino que va de 2019 a 2024. En el caso de Junts per Catalunya, con medio millón de votos menos, la pérdida de apoyos ha implicado dejar escapar dos de los tres eurodiputados que alcanzó en la última legislatura. Junts recibe el 18% de los votos en Cataluña, diez puntos menos. Toni Comín, el candidato, habló de “buen resultado” y presentó como un logro haberse quedado a “80.000 votos de un segundo escaño”. Comín, que se marchó de España en 2017 para evitar ser juzgado por su participación en la organización del 1-O, lamentó haber tenido que hacer su campaña electoral en el extranjero. Esquerra, que tenía a Diana Riba como cabeza de cartel, sigue en caída libre y sufre otro revolcón, tras el mal resultado cosechado en las elecciones catalanas del 12 de mayo. Los republicanos pasan del 21,2% de los votos al 14,8%, pero salvan el golpe porque se presentaban integrados en la candidatura Ahora Repúblicas, un proyecto compartido con Bildu y BNG. La izquierda abertzale ha logrado un histórico triunfo en Euskadi.

Más allá de decidir el reparto de los escaños de la Eurocámara, las elecciones europeas han servido para poner el termómetro que evalúa el clima político en cada territorio. En Cataluña, el resultado electoral ha irrumpido en plenas negociaciones para constituir, este lunes, la Mesa del Parlament. Al apuntarse también la victoria en las europeas, el PSC confirma su buen estado de forma y encadena cinco triunfos seguidos: elecciones al Parlament del 2021; municipales y generales del 2023; las catalanas anticipadas de este año y, ahora, también las europeas.

La lista del PSC que lideraba Javi López obtiene 732.000 votos, el 30% del total, y se atornilla al primer puesto en Cataluña. Un desenlace que recarga el argumentario del líder del partido, Salvador Illa, para reivindicarse como único candidato factible para lograr la investidura como president de la Generalitat. El impulso del PSC toma la energía que ha perdido el independentismo, que pierde 900.000 votos. En 2019, la candidatura de Carles Puigdemont rozó el millón de papeletas, y ahora se queda con la mitad, y Esquerra, que entonces llevaba a Oriol Junqueras de cabeza de cartel y superó los 700.000 votos, ahora se queda con 350.000.

La baja participación ha pasado factura sobre todo a Junts per Catalunya. A media tarde la caída de la participación se anunciaba de más de 20 puntos en Vic o Ripoll y de 17 en Girona, algunos de los feudos donde Junts tiene por costumbre rellenar su zurrón de votos. Aleix Sarri, número 3 de la lista que comandaba Toni Comín, compareció para defender una teoría con la que hace responsable a ERC, y a la convocatoria anticipada de elecciones catalanas el pasado 12 de mayo, de la menor afluencia en las urnas: “La participación es más baja que en el resto del Estado, esto tiene relación no solo con factores políticos, sino porque hemos votado dos veces en tres semanas”, dijo. El secretario adjunto de ERC, Juli Fernàndez, manifestó que la baja participación es preocupante pero dijo que los datos lo que demuestran es que la ciudadanía aún ve las instituciones europeas como “alejadas”.

En Euskadi, la cita europea llegaba en plena disputa entre PNV y Bildu por aclarar quien toma el control político territorial, una suerte de segunda vuelta después de que las votaciones vascas del pasado 21 de abril se cerrara con un empate a 27 escaños entre ambas formaciones, con el PNV por delante en votos. Esta vez Bildu se ha erigido en vencedor, gracias a su apabullante resultado en Guipúzcoa. La izquierda abertzale se presentaba integrados en el proyecto Ahora Repúblicas, junto a ERC y BNG, y han amarrado una insólita victoria en unas europeas. La coalición, además, lograba la tercera posición, por delante de Sumar y de Se Acabó la Fiesta.

Con este resultado, EH Bildu logra revalidar el escaño de Pernando Barrena. En el rifirrafe se coló esta vez el PSE, que quedó en segundo lugar. Los socialistas ganaron en Álava y Vizcaya y su candidata, Idoia Mendia, logra entrar en la Eurocámara. El PNV, que en las europeas concurre liderando la coalición CEUS, donde también figura Coalición Canaria y el PI balear, pincha con una caída de 11 puntos, pero logra retener el escaño logrado alcanzado en 2019. Oihane Agirregoitia releva a Izaskun Bilbao. También a los canarios les va mal. Pasan del 20% de los votos al 10%, desacelerando de la segunda posición a la cuarta en su comunidad.

En Galicia, tierra fértil para el PP, una de las incógnitas era saber qué alcance mantiene la ola BNG. Los nacionalistas experimentaron un fuerte crecimiento en las elecciones autonómicas de febrero, donde arañaron más del 30% de los votos. Aquel estirón no sirvió para hacer tambalear la mayoría de los populares, la quinta consecutiva desde 2009, con 40 diputados sobre 75, pero sí dio indicios para pensar que el BNG ponía un pie en el escalón para tomar altura, a costa del Partido Socialista de Galicia. En estas europeas el BNG ha quedado tercero, tras PP y socialistas, pero sigue creciendo, un salto de cuatro puntos, a costa de los socialistas, que pierden 8 puntos.