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La patronal auxilia al Gobierno y pide a Cs que vote la reforma laboral

El PSOE se abre a negociar con más partidos ante el atasco con ERC, PNV y EH Bildu

Javier Casqueiro
La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, en abril de 2021.
La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, en abril de 2021.

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, escenificó el lunes a primera hora una reconciliación mediática con el líder de la oposición, Pablo Casado, a cuenta de sus divergencias evidentes sobre el pacto de su organización con el Gobierno sobre la contrarreforma laboral. Horas más tarde se reunió con el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, para hacer un repaso de los aliados con que cuenta ahora ese proyecto para ser convalidado por las Cortes en apenas dos semanas. Garamendi constató con Gómez que el Ejecutivo de coalición del PSOE y Unidas Podemos no ha avanzado para garantizarse el apoyo a esa reforma de sus socios habituales, ERC, PNV y EH Bildu. Y el dirigente socialista corroboró que la patronal está trabajando por su parte en sus contactos bilaterales con otros partidos, principalmente Ciudadanos (con nueve diputados), y Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias o Teruel Existe, para pedirles que respalden esa reforma. Ciudadanos confirma que en sus charlas con la CEOE, ATA y organizaciones patronales autonómicas como Foment del Treball les han indicado su disposición a sumarse a ese proyecto si el Ejecutivo no cede a las exigencias de los aliados nacionalistas.

El decreto de la reforma laboral necesita más votos afirmativos que negativos para prosperar, y por ahora solo suma los 154 de que disponen PSOE y Unidas Podemos. Con los nueve de Cs llegarían a 163. Otros partidos como Coalición Canaria, Nueva Canarias, los catalanes del PDeCAT, el Partido Regionalista de Cantabria, Teruel Existe, Más País, Compromís y hasta Unión del Pueblo Navarro han anticipado su presdisposición positiva a avalar un pacto fraguado antes con los agentes sociales. Esas formaciones podrían llegar a agregar hasta 13 parlamentarios más y alcanzar alrededor de 176 escaños. La clave estaría, en ese caso, en que alguna de las formaciones que normalmente votan con el Ejecutivo (sobre todo el PNV) se abstuviese.

El calendario para refrendar en las Cortes el acuerdo entre el actual Gobierno y los agentes sociales para cambiar la reforma laboral del PP de 2012 aprieta, las negociaciones y presiones se multiplican en varios frentes y los resultados siguen sin atisbarse. La vicepresidenta segunda y titular de Trabajo, Yolanda Díaz, volvió a insistir el lunes en lanzar un mensaje de optimismo sobre los contactos parlamentarios impulsados desde su departamento y pronosticó que “no le cabe ninguna duda” de que la iniciativa pactada con la CEOE y los sindicatos saldrá adelante, porque entiende que “no tendría sentido que no saliera” y porque defiende que supondrá “cambiar el signo de los tiempos y la vida de la gente, y recupera por primera vez derechos para los trabajadores”.

Díaz, además, se ha implicado al máximo en estos días en esas conversaciones discretas y aún mantiene en el seno del Ejecutivo que existen posibilidades de que prosperen y la reforma sea votada por algunos de los socios de investidura. Las posiciones, sin embargo, de ERC y EH Bildu siguen inamovibles en sus reclamaciones y en su intención por ahora de votar en contra del pacto social, según confirman fuentes socialistas al tanto de las reuniones. Y tampoco observan muy flexibles a sus interlocutores del PNV, aunque el lunes el portavoz parlamentario, Aitor Esteban, moduló bastante su rechazo frontal de estas semanas y apuntó ciertas esperanzas sobre su demanda de la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales: “La base está hecha, el acuerdo en un porcentaje extenso está hecho, pero algunas pequeñas modificaciones son perfectamente asumibles, no rompen el núcleo del pacto y deberían salir adelante, y si no, no pueden decir que no están advertidos, se lo hemos dicho por activa y por pasiva”. Esteban, además, reclamó una mesa de diálogo parlamentario sobre la reforma.

En ese contexto político, lleno de complejidades y posturas contradictorias, los partidos vascos tienen que lidiar en Euskadi con la convocatoria por los principales sindicatos (ELA y LAB, entre otros) de manifestaciones el 30 de enero contra la reforma, y ERC habla directamente de “chantaje” de un Ejecutivo que ve “decepcionante” porque apenas les muestra su interés por “mover ni una coma y vetan cualquier posibilidad de mejora del texto”, según afirmó Marta Vilalta, la portavoz de la formación republicana. ERC sigue instalada por ahora en el no a ese proyecto.

Negociación atascada

En el sector socialista del Gobierno corroboran que la negociación está más atascada de lo que asume la vicepresidenta Díaz y hace ya unos días que quieren explorar otros posibles apoyos, especialmente con Ciudadanos. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, todavía no ha llamado a su interlocutor en esa formación, pero fuentes de la dirección socialista apuntan a que si las exploraciones políticas de Díaz fracasan se abrirán las puertas al partido que preside Inés Arrimadas y con otras formaciones con poca representación en el Congreso, pero que puedan resultar básicas para convalidar el proyecto y sumar más síes que noes en la votación. Algunos sondeos ya se han hecho. Y en otros casos la posición de esos partidos le llega al PSOE por vías indirectas, como las conversaciones que se están desarrollando con la patronal.

La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ya reconoció hace días que existía la posibilidad de un apoyo de sus nueve diputados a la reforma si el Gobierno se olvidaba de las reclamaciones de los aliados independentistas, sobre todo en cuanto a primar los convenios autonómicos sobre los estatales. Miembros de Ciudadanos han organizado contactos en estos días con dirigentes de la CEOE, la Federación de Asociaciones de Autónomos (ATA) y Foment del Treball y en los mismos se les ha pedido desde la patronal directamente que voten a favor de la contrarreforma, según fuentes conocedoras de esas conversaciones. Ciudadanos, por su parte, se ha mostrado abierto a votar sí en el caso de que el acuerdo cerrado con los agentes sociales se respete en su integridad, como exigen la CEOE y Garamendi, pero también a abstenerse e incluso votar no, si el Ejecutivo cede a las presiones del PNV, Bildu o ERC.

El portavoz del PSOE en el Congreso se citó el lunes con el presidente de la CEOE pocas horas después de que este hiciera todo lo posible por demostrar en público, en un foro sobre turismo, que sus relaciones con el presidente del PP “son extraordinarias” y admitieran que hablan casi todas las semanas. Casado confesó en público ante Garamendi lo mismo. El presidente de la patronal salió de ese foro y se marchó a la sede de la CEOE para entrevistarse con el portavoz socialista. En ese encuentro hablaron del reparto de los fondos europeos y, sobre todo, del escenario de apoyos que se requieren ahora en el Parlamento para que no fracase la reforma laboral. Fuentes socialistas transmiten que esa charla fue fructífera y que en la misma se repasó la situación de los posibles apoyos a la reforma y de las negociaciones en marcha, tanto por parte del PSOE como de la propia CEOE y no solo con Ciudadanos.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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