_
_
_
_
La imagen
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cantidades de euforia

eps 2499 intro imagen Millas
Maping / Xinhua News / Contacto
Juan José Millás

Del cuerpo, incluso descontando las prácticas de carácter sexual (véase el Kama Sutra), se pueden obtener infinidad de aplicaciones, tantas que hay gente que vive de él: los futbolistas, pongamos por caso, los tenistas, no digamos los modelos y las modelos. Cayó uno en la cuenta de lo que el cuerpo daba de sí viendo los Juegos Olímpicos de París por la tele. Había quien saltaba, quien hacía piruetas inverosímiles sobre un tablón estrecho, quien realizaba acrobacias de alto riesgo sin romperse el cuello. Gabriel Medina, el surfista de la imagen, lo utilizó para volar. Ahí lo tienen: parece detenido en el aire con ese dedo índice apuntando al cielo como para decir aquí estoy yo. Suponemos que acaba de impulsarse sobre una ola y que ha llegado al punto más alto, a ese en el que el cuerpo queda suspendido durante una décima de segundo antes de comenzar la caída. Una décima de segundo que debió de durarle una eternidad, que quizá le dura todavía. Tal vez, al cerrar los ojos cada noche, se vea a sí mismo elevándose sobre la plancha del océano. Me veo yo, sin haber vivido la experiencia, solo con la contemplación de la foto, imagínense al autor de la hazaña.

¡Qué cantidad de euforia!

Se le ocurría a uno que el cuerpo es un capital que no sabemos invertir. Nos lo han regalado, viene de serie, en fin, y no le concedemos importancia alguna. Si lo pensáramos, en cambio, el mero hecho de afeitarse la barba frente al espejo, aunque no sea una especialidad olímpica, constituye un suceso doméstico asombroso. Le cambia a uno el carácter tras un buen rasurado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_