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Gravetok, TikTok desde el más allá

Los controvertidos contenidos grabados en cementerios para hablar de muertos, lápidas y hasta gastronomía crean tendencia y un vivo debate

Rosie Grant
La 'tiktokera' Rosie Grant, junto a una tumba cuya lápida incluye una receta de tarta de zanahoria.TikTok de Rosie Grant @ghostlyar

Su abuela posiblemente se santigüe al encontrarse con semejante estampa: un individuo grabándose con el móvil al lado de las tumbas de sus seres queridos. Lejos quedaron los tiempos en los que la mención del camposanto generaba escalofríos. También quedaron atrás aquellas ambientaciones de película de terror adolescente en las que el cementerio de al lado del instituto era el culpable de sus pesadillas. Ya no hay zonas prohibidas para los activos en internet.

El hashtag #gravetok en TikTok (de la palabra grave, tumba en inglés) acumula millones de visualizaciones. Bajo este paraguas podemos hallar toda clase de contenido: reparación y limpieza de lápidas, narración de la historia personal y familiar del fallecido en cuestión o cocina de ultratumba. Esto último es mérito de Rosie Grant, cuyas publicaciones se hicieron virales al compartir recetas de entusiastas de la gastronomía de los que ya no están con nosotros. Estaba haciendo prácticas en un cementerio de Washington DC. “Me inicié en TikTok y tenía que elegir un tema sobre el que publicar, así que elegí #gravetok y hablé sobre cómo recordamos a las personas. Presenté diferentes tumbas a medida que aprendía sobre la industria funeraria. Conocí entonces la tumba de Naomi Odessa Miller Dawson, una mujer enterrada en Brooklyn. Tenía una receta de galletas spritz en su lápida y me dio curiosidad. La probé y la publiqué en TikTok. Luego descubrí que no era la única que había dejado una receta en su lápida. La gente comenzó a ponerse en contacto conmigo con fotos de las tumbas de sus familias con una receta”, relata.

La gravedad y delicadeza del asunto es lo que ha estado en tela de juicio para muchos. “El interés por los cementerios y la muerte es universal y atemporal. Siempre han sido un entorno exorcizado y exprimido por la producción cultural, a veces exotizándolos, a veces como vehículo para expresar problemáticas, amenazas o angustias, otras muchas solo como escenario misterioso”, explica Albert Lloreta, fundador de Bonobo ­Films y analista de cuestiones de cultura digital. “En la industria de creadores digitales, que se basa en convertir toda la experiencia humana en puntos de atención en las plataformas de entretenimiento, la muerte y los cementerios tienen un valor similar. Gravetok no es más que el exitoso híbrido entre los vídeos satisfactorios de limpieza y el entorno emocional y nostálgico de los cementerios”, opina.

Por ello, uno podría preguntarse si esto sirve de alguna manera para lidiar con el trauma. “Aprecio mucho la disposición de las personas a compartir historias sobre quienes han perdido y cómo se reconectan con su memoria a través de la comida. Tal vez cocinan la receta favorita de su madre o de su padre en el aniversario de su fallecimiento o en su cumpleaños, y esa receta los ayuda a mantener viva su memoria”, dice Grant.

Para Lloreta, una cosa no quita la otra: “Es frívolo porque el motor real es en realidad una cuestión de interés, pero a su vez tiene un valor creativo innegable. Poner el énfasis en esta dicotomía entre honestidad y retorno en visitas, es decir, éxito en redes (que en el fondo no es más que jugar a lo que propone ­TikTok), es la forma más interesante de entender y navegar los fenómenos culturales de la industria creativa digital”.

Quizá ahora quieran pensar cuál es su receta definitiva, aquella que serían capaces de grabar en piedra para la posteridad. Rosie Grant lo tiene claro: “Mi receta de linguini con almejas: una de mis favoritas para servir en cenas, y las instrucciones son lo suficientemente simples como para encajar en una inscripción”.

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