Boicot, odio transfóbico y Kid Rock con una ametralladora: el incendio al que se enfrenta la cerveza Bud Light
La marca más vendida en EE UU se convierte en el nuevo objetivo de la extrema derecha tras presentar una campaña con la ‘influencer’ trans Dylan Mulvaney
Bud Light quiere aparentar que nada está pasando. En su cuenta de Twitter, sin embargo, es imposible esconder el incendio que la marca de cerveza más vendida de EE UU está tratando de apagar desde el pasado 14 de abril, cuando la influencer trans Dylan Mulvaney anunció en redes sociales su colaboración con la empresa. En un vídeo, Mulvaney mostraba una lata con una imagen de su cara que Bud Light le envió para celebrar el primer aniversario de su transición de género, que ella documentó en TikTok y que la lanzó a la fama en esta plataforma.
Las reacciones extremas no tardaron en llegar. En su gran mayoría se trataba de comentarios de usuarios que se mofaban de la comunidad transgénero y decían que no beberían más esta cerveza, pero otras, como la de Kid Rock, han ido más allá. El cantante publicó un vídeo en el que dispara a decenas de latas con un arma semiautomática (que son completamente legales en Estados Unidos) y después maldice a Bud Light mirando a la cámara. También el músico de country Travis Tritt dijo que prohibirá el consumo de esta cerveza en su próximo tour, y hasta congresistas republicanos como Marjorie Taylor Greene o Dan Crenshaw se han unido a la polémica, este último refiriéndose a la campaña de marketing como “una estupidez”.
La respuesta de Anheuser-Busch, empresa matriz de Bud Light, ha sido lanzar una bomba de humo. Hasta ahora, la compañía no se ha referido directamente a la controversia ni parece que lo vaya a hacer. En un comunicado oficial, el gerente general, Brendan Whitworth, destacó los valores estadounidenses de su cerveza y solo dijo que nunca fue su intención meterse en “discusiones divisivas”. La empresa redobló en su apuesta por el patriotismo con un nuevo anuncio de la cerveza Budweiser, otro de sus productos, en el que muestra el trayecto de un caballo por el campo de Estados Unidos mientras una voz en off destaca los ideales americanos de la compañía.
Sergio García, director de estrategia de la agencia de marketing PS21, opina que este caso de Bud Light es un ejemplo perfecto de cómo algunas empresas utilizan las causas sociales como trampolín publicitario sin creer en ellas. “Que ni siquiera se refieran al tema después muestra que fue algo anecdótico, sin compromiso detrás. Si realmente te estás posicionando, ante las críticas deberías reforzar tu posición y decir que vas a defender a las personas trans. Al hacer como si nada hubiera pasado, cabreas a todos y pierdes credibilidad”, afirma García.
Esta ola de mensajes de odio hacia la influencer Mulvaney no es un fenómeno aislado. En el último año, en Estados Unidos se ha desarrollado una nueva ofensiva política contra la comunidad LGTBI por parte de los sectores más conservadores que ha buscado eliminar cualquier rastro del colectivo en la publicidad, la educación o el deporte, por considerar que esto representa propaganda woke (término peyorativo para referirse a diversas formas de activismo progresista). Uno de los casos más radicales es el de Florida, donde el gobernador Ron DeSantis promulgó una legislación titulada “No digas gay” para prohibir todo contenido de género en los programas educativos de las escuelas.
Mulvaney, que acumula 10,8 millones de seguidores en TikTok y 1,8 en Instagram, se mantiene en silencio. No ha publicado ningún comunicado en sus redes sociales desde el anuncio con Bud Light. Anteriormente, ella colaboró con importantes marcas como Nike, lo que también hizo que recibiera mensajes de odio, insultos e incluso amenazas, pero con Bud Light la situación escaló aún más. Para muchos de los consumidores de esta cerveza resultó inaudito ver la imagen de una mujer trans en la lata de una de las marcas estadounidenses por excelencia.
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