maneras de vivirColumna
i
Un hombre tan grande
Cuentan que uno de los asaltantes le puso la escopeta en el pecho y el Ángel Rojo se abrió la camisa: “Venga, tira”

Aunque mi padre era de derechas (feo, católico y sentimental como el Bradomín de Valle-Inclán), fue él quien, sorprendentemente, me habló por primera vez, y con enorme admiración y gratitud, de un anarquista célebre en la guerra, Melchor Rodríguez García, apodado el Ángel Rojo. Yo debía de tener unos 15 años y su historia me dejó fascinada....
Inicia sesión para seguir leyendo
Sólo con tener una cuenta ya puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS
Recibe el boletín de EL PAÍS SemanalApúntate