Con la inflación disparada y tras la pandemia, ¿es buen momento para viajar a Cuba?

Varios seguidores me han preguntado sobre la situación actual en Cuba porque en algunas agencias, al tratar de reservar un viaje a este destino, les han aconsejado no hacerlo alegando que había muchos problemas de desabastecimiento en la isla; que mejor pensaran en otro lugar de vacaciones. Acabo de volver de un viaje de 11 días por Cuba y esto es lo que he visto.

La segunda mayor fuente de divisas de Cuba es el turismo (la primera son las remesas que mandan los cubanos desde el exterior). Pero dos años de pandemia covid 19, es decir, dos años sin turistas, han dejado las arcas del Estado con telarañas. El pasado 2022 fue un año durísimo para la economía cubana. No había dinero para importaciones y escaseaba casi todo, desde la carne de cerdo, —la vianda nacional por excelencia— a huevos, combustible o azúcar (una ironía en una isla productora de caña). Hubo incluso numerosos cortes de suministro eléctrico en zonas turísticas como Trinidad o Cienfuegos. Quienes pernoctaban en hoteles lo sufrieron menos, porque casi todos tienen grupo electrógeno, pero los viajeros que se alojaban en casas de huéspedes —un tipo de alojamiento muy común en Cuba— sufrían esos cortes igual que los cubanos.

Aunque en 2023 la situación de abastecimiento parece mejorar muy lentamente, lo que ha quedado como secuela es una hiperinflación. Los precios de todos los productos básicos se han disparado hasta multiplicarse en algunos casos por 10. Si a eso le sumamos que el sistema de doble moneda ya desapareció y que ahora solo existe el peso cubano, y que si antes necesitabas 24 pesos para comprar un dólar ahora necesitas 120, da como resultado una situación económica realmente jodida. En una isla donde la cuestión económica siempre ha sido complicada y en la que los ciudadanos se las ingenian como pueden para llegar a final de mes con sueldos de 40 euros.

Ahora bien, ¿afecta esto al turista? Pues por suerte (para el turista) o por desgracia (para el cubano), no. Apenas afecta, al menos a quien viaja en circuitos y hotelería tradicional.

En Cuba, si pagas en dólares o euros, encuentras casi de todo. Pero esto no es de ahora, ha sido siempre así. Antes de esta crisis actual también ibas a una tienda de pesos cubanos (CUP, la moneda nacional) y no había de nada y en la de enfrente, donde se pagaba con pesos cubanos convertibles (CUC), había de todo. Cuba is different. Una isla con dos universos paralelos.

En los 11 días en los que he estado viajando por Cuba me he alojado en diversos hoteles, he comido en paladares privados, en restaurantes estatales, he contratado traslados con conductor, he tomado transportes turísticos, he hablado con extranjeros que viajaban de diversa manera, he entrevistado a muchos directores de hoteles, a guía locales y gente del sector y puedo asegurar que el turista apenas se entera de esa escasez. Puede que un día falte chorizo en el bufé de tu hotel o que en otro haya menos selección de frutas o de carnes que había antes. Pero esta Semana Santa —temporada alta— Cuba estaba llena de viajeros españoles y de otras muchas nacionalidades y la sensación era de normalidad. Un duro contraste con la realidad del cubano.

El turismo es un sector estratégico para el país. Por eso se nota el esfuerzo por parte de las autoridades para que todo parezca normal. En 2019 llegaron 4,3 millones de turistas. Y aunque no hay aún datos oficiales, la sensación en el sector es que la temporada alta 2022-2023, aun habiendo sido buena, está aún lejos de esa cifra. Cuba necesita recuperar el turismo como agua de mayo.

Para algunos puede suponer un conflicto ético. Si la población local lo está pasando mal, ¿cómo voy a ir yo a pasarlo bien? Pero es que, si no llegaran turistas, la población lo pasaría aún peor. Y esto ocurre en Cuba como ocurre en muchísimas otras regiones del mundo: sin los ingresos del turismo serían aún más pobres. La covid 19 se encargó de demostrarlo. Soy el primero en aceptar que el turismo desbocado lleva aparejados males que hay que corregir. Pero también lo soy de que, sin el turismo, habría mucha más hambre en el mundo.

Cuba es una isla compleja, con un sistema político y económico más que criticable. Cierto. Pero es una isla fascinante, con gente amable y llena de vida y de lugares increíbles. Y necesitan del turismo. Por eso, si estabas pensando en ir a Cuba, mi consejo es que no dejes de hacerlo. Por muchas milongas que te cuenten en tu agencia de viajes. Las pequeñas carencias que puedas encontrar como turista las compensan con creces los encantos de la isla.

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