_
_
_
_

Granada, territorio Lorca

Su casa natal en Fuente Vaqueros, los veranos familiares en la Alpujarra y sus tertulias en los cafés de la ciudad. Ruta por escenarios de la provincia andaluza que marcaron la vida y obra del poeta

Entrada principal a la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros (Granada).
Entrada principal a la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros (Granada).
Javier Arroyo

García Lorca sería otro sin Granada y, probablemente, Granada sería otra sin Lorca. Lo vivido por el poeta en su infancia, adolescencia y en sus idas y venidas desde donde quiera que estuviera dejó huella en muchas de sus obras. La casa de Bernarda Alba (1945), por ejemplo, surge de las conversaciones que el joven Federico le oía a la familia Alba, sin ser visto, a través del pozo que la casa de su tía Matilde compartía con Frasquita Alba, José Benavides Peña, sus hijas y sus criadas. Ese fisgoneo de su infancia en Valderrubio —pueblo que entonces se llamaba Asquerosa, un nombre que él evitaba a toda costa— se quedó en algún rincón de su cerebro hasta varias décadas después. Y así ocurrió con muchas experiencias de juventud en la provincia andaluza. Por eso, visitar Granada es reconocer al poeta.

cova fdez.

Vivió y viajó por el mundo, de Madrid a Nueva York, La Habana, Montevideo o Buenos Aires, pero Granada siempre le pellizcó. A veces con dolor, otras con ternura. Tuvo una fuerte relación con la capital, pero también fue un granadino de la provincia y allá donde fue dejó recuerdo de su paso. Este es un recorrido por las principales localizaciones lorquianas.

Una de las estancias de la casa-museo del poeta en Valderrubio.
Una de las estancias de la casa-museo del poeta en Valderrubio.FERMÍN RODRÍGUEZ

Fuente Vaqueros

El niño Federico vivió en la Vega de Granada su primera etapa y solo la abandonó, con 11 años ya, para irse a vivir a la ciudad. Fuente Vaqueros y Valderrubio fueron los dos entornos que le vieron corretear en pantalón corto, y allí dio sus primeros pasos lectores. Con el tiempo se fue, pero nunca dejó de regresar.

En el número 4 de la que hoy es la calle del Poeta Federico García Lorca de Fuente Vaqueros nació en 1898, un 5 de junio. Por la misma puerta por la que él entraba y salía, entran y salen ahora los visitantes de su casa museo (entrada, 3 euros; patronatogarcialorca.org/casamuseo.php). Es una residencia modesta en la que don Federico, el padre, vivió con su primera esposa, Matilde Palacios. A la muerte de esta, recibió una importante herencia y, tiempo después, se volvió a casar. Dos hechos relevantes para nuestro protagonista. Vicenta Lorca, segunda esposa de don Federico, dio a luz al poeta un año después de la boda y, por otro lado, el padre utilizaría la herencia para comprar tierras en la otrora Asquerosa. Las inversiones funcionaron y acabaría como gran propietario, accionista de numerosas fábricas de azúcar y prestamista. Muchas de las aventuras artísticas y vitales del poeta se sufragaron con los rendimientos de todo aquello.

La casa natal del poeta, en Fuente Vaqueros, ha sido restaurada y se muestra al visitante tal y como era

Federico se reconocería hoy en su casa natal, una vivienda restaurada, como recuerda el guía Pepe Rodríguez, “a partir de lo que su hermana Isabel y algunos ancianos de Fuente Vaqueros recordaban de cómo era originalmente”. A la izquierda de la entrada, la cuna en la que durmió el bebé Federico, tras una cortina que separa su cuartito del dormitorio de sus padres. Más allá, el salón comedor y una modesta cocina conforman la primera vivienda que dio cobijo al escritor. Y, por supuesto, un piano. Cualquier lugar lorquiano emblemático tiene un piano que él o alguno de sus amigos tocaron. En los establos de entonces se encuentra la venta de entradas y el granero de la planta alta acoge pequeñas pero magníficas exposiciones temporales. Junto a la vivienda, el centro de estudios sobre el artista y un teatro conforman el eje lorquiano en su localidad natal.

Su etapa en Fuente Vaqueros, “aquel pueblecito muy callado y oloroso”, fue siempre muy celebrada por el artista. “El pueblo está rodeado de chopos que se ríen, cantan y son palacios de pájaros”, escribió. Chopos que, en hileras perfectas, se mantienen hoy en la vega granadina por la que, entre Fuente Vaqueros y Valderrubio, paseó el escritor.

Calle en la localidad granadina de Valderrubio.
Calle en la localidad granadina de Valderrubio.FERMÍN RODRÍGUEZ

Valderrubio

A menos de 10 minutos en coche de Fuente Vaqueros está Valderrubio, adonde los García Lorca se trasladaron cuando Federico había cumplido siete años. Tras recibir la herencia, el padre del poeta buscó tierras para el cultivo de remolacha en su localidad natal, pero no las encontró, lo que a los pocos años sí ocurrió en la localidad vecina. Allí, en un entorno de docenas de azucareras, muchas de las cuales tuvieron a Federico padre como socio propietario, tuvo cada vez más tierras y ocupaciones. Cansado de ir y venir desde Fuente Vaqueros, y de que la lluvia cortara el acceso al pueblo, el padre compró varias viviendas en Valderrubio que derribó para construir una gran casa.

De estructura similar a la de Fuente Vaqueros, las dimensiones son bastante mayores y los techos más altos. No es la modestia de la casa de labranza que fue su primer hogar, sino la residencia de alguien que ya tiene dinero y decide construirse su propia casa. Se encuentra en el número 20 de la calle de la Iglesia y también es visitable (entrada, 4 euros; valderrubioenlorca.com). Las estancias se mantienen como estaban, aunque su contenido refleja más la vida del pueblo a principios del siglo XX que la propia vida de los Lorca. Junto a la excelente vivienda, en la que no puede faltar un piano, la zona visitable incluye la residencia de los caseros, las cuadras y un pequeño teatro.

La Casa Bernarda Alba en Valderrubio (Granada).
La Casa Bernarda Alba en Valderrubio (Granada).FERMÍN RODRÍGUEZ

A pocos pasos de allí se puede visitar la Casa Bernarda Alba, Paquita Alba en la realidad (calle Real de Valderrubio, 1). Fue la residencia paredaña a la de la tía Matilde, donde Lorca visitaba a su tía y primas y donde está el pozo que compartían ambas familias y por el que se filtró la historia a la que Lorca dio forma cuando la actriz Margarita Xirgu, muchos años después, le pidió un papel de mala.

Llegada a Granada

Cuando el poeta cumplió los 11 años, los entonces cuatro miembros de la familia —padre y madre, Francisco y Federico, tras la muerte de Luis y a falta de nacer Isabel, que lo haría ya en Granada— deja atrás la Vega y marcha a la capital granadina. Don Federico ya es un hombre de negocios y cree que su lugar es la ciudad. Su primera vivienda aquí es en Acera del Darro, 50, en el centro, y donde nacería Isabel, la hermana pequeña del escritor (fallecida en 2002). Hoy el edificio está muy cambiado y resulta casi imposible imaginar que los hermanos Lorca jugaron en su jardín desde 1908 hasta 1917.

Aquella primera vivienda, enorme y con mucho espacio para el esparcimiento, era alquilada y la familia se vio obligada a abandonarla. Se mudaron a la Gran Vía, la avenida de los azucareros, empresarios que habían hecho dinero con el negocio del azúcar y que plantearon una gran avenida que diera un mejor acceso a la ciudad. Y levantaron no solo la Gran Vía, sino los espléndidos edificios que esta calle acoge aún. En el número 34 residió la familia un año, pero nunca se sintieron cómodos y, finalmente, se trasladaron todos de nuevo al centro, en la Acera del Casino, 31, un emplazamiento del que ya no queda nada, pero donde hubo momentos muy relevantes para el poeta y su círculo de amigos artistas.

La Huerta de San Vicente, residencia de verano de la familia Lorca.
La Huerta de San Vicente, residencia de verano de la familia Lorca.FERMÍN RODRÍGUEZ

Las viviendas de la familia Lorca no han dejado especial huella en Granada. Sin embargo, no es así con sus espacios de tertulia ni su casa de verano. Compraron la Huerta de San Vicente en el año 1926, entonces en la vega granadina y hoy situada en plena ciudad. Allí, desde la compra hasta el asesinato del poeta en agosto de 1936 —fusilado en el camino de Víznar a Alfacar—, pasaba la familia los veranos. Una casa donde Federico descansaba o recibía a amigos como Manuel de Falla o Manuel Ángeles Ortiz, pero, sobre todo, un lugar de retiro en el que escribía. Hay numerosas cartas documentadas de Federico desde la Huerta que dan algunas pistas de las ocupaciones del poeta: “Hay tantos jazmines en el jardín y tantas damas de noche que por la madrugada nos da a todos en casa un dolor lírico de cabeza, tan maravilloso como sufre el agua detenida” (1926). “Estoy en plena bucólica, todo el día comiendo exquisita fruta y cantando en el columpio con mis hermanos, y hago tantísima tontería que a veces me avergüenzo de la edad que tengo” (1927).

Además de los juegos con sus hermanos, mandaría muchas misivas en las que cuenta a los amigos por dónde van sus escritos. Le cundía escribir en la Huerta y allí avanzó en Así que pasen cinco años, Yerma y Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, entre otras. Hoy la Huerta de San Vicente puede conocerse exclusivamente a través de visita guiada (entrada, 3 euros; huertadesanvicente.com).

Estatua del poeta en el restaurante Chikito, en Granada.
Estatua del poeta en el restaurante Chikito, en Granada.FERMÍN RODRÍGUEZ

Las tertulias de Federico

La vida social de Lorca era intensa. Es bien sabido que era un hombre sociable y encantado de andar con sus amigos, y en su Granada de los años veinte del siglo pasado siempre había motivos para verse. Los intelectuales locales se reunían en sus tertulias y, a estas citas, había que sumar las frecuentes visitas de intelectuales de fuera de España que llegaban a la ciudad andaluza invitados por Federico, Manuel de Falla u otros.

En el restaurante Chikito, en Granada, una escultura de Lorca recuerda las tertulias de El Rinconcillo

En la primera planta del ya desaparecido Café Alameda, a 150 metros de la que era la casa familiar de la Acera del Casino, García Lorca, Manuel de Falla, Hermenegildo Lanz, Fernando de los Ríos y otros muchos se reunían a charlar de lo humano y lo divino. Por esta tertulia a la que bautizaron como El Rinconcillo aparecieron en algún momento el pianista Arthur Rubinstein y los escritores Rudyard Kipling y H. G. Wells. El espacio del Café Alameda está ocupado hoy por el restaurante Chikito (restaurantechikito.com), un clásico granadino. Aquí, en una mesa de una esquina del local, Federico sigue sentado en bronce y se presta a acompañar a cualquiera que busque su callada compañía.

La Taberna de El Polinario era otro de sus lugares de encuentro. La calle Real de la Alhambra fue una de las vías de tránsito más importantes del recinto nazarí. Aún lo es. Y Antonio Barrios, El Polinario, regentó allí esta taberna con el extraoficial cargo de cónsul general de la Alhambra. Y allí, en la trastienda de lo que en el siglo XIV fueran unos baños árabes, se celebraban tertulias de más flamenco que charla a las que, también, acudían Lorca, Falla y otros. La taberna original fue derribada en los años treinta y ya no existe. En su lugar está el Museo Ángel Barrios, hijo de El Polinario y compositor de prestigio internacional. El centro, de acceso libre, depende del Patronato de la Alhambra y Generalife.

Falla y el carmen de la Antequeruela

Un carmen es una vivienda profundamente granadina. Es una residencia de gran riqueza interna que, por la sequedad del muro que la rodea, no lo aparenta. En su interior, un huerto, el jardín y las estancias —no necesariamente enormes— suponen un pequeño vergel en la ciudad. En uno de esos cármenes junto a la Alhambra vivió Manuel de Falla, íntimo de Federico, a pesar de la diferencia de edad. Muchos intelectuales pasaron por el carmen de la Antequeruela en los años veinte, cuando llegó el compositor a la ciudad, y en la primera parte de los años treinta. El poeta y el músico pasaron mucho tiempo juntos. Actualmente, este carmen acoge la Casa-Museo de Manuel de Falla, donde se pueden admirar multitud de objetos personales del reconocido compositor gaditano (entrada, 3 euros; museomanueldefalla.com).

Detalle de la habitación de la familia Lorca en el hotel España, en Lanjarón.
Detalle de la habitación de la familia Lorca en el hotel España, en Lanjarón.FERMÍN RODRÍGUEZ

El balneario de Lanjarón

A los Lorca, definitivamente, les gustaba la Alpujarra. A Lanjarón iba la familia a beber las aguas de su balneario. Y el poeta, cómo no, dedicaba mucho tiempo a su trabajo… y a fijarse en los acentos de la gente. En 1927 escribió: “Yo aquí, en Lanjarón, trabajo. El acento morisco suena en todas las lenguas de la gente”. Fue el entorno que Federico le sugirió a Falla para una ruta titiritera, aunque esto último no ocurrió. A la madre, doña Vicenta, le venía bien el agua de Lanjarón por una enfermedad hepática y por eso, durante poco más de una década, entre 1924 y 1935, unos días del verano los pasaban allí y se alojaban en el hotel España, que aún existe (hotelespanalanjaron.es). Situado en la avenida principal de la localidad, pueden visitarse los dos dormitorios contiguos que ocupaba la familia, que se mantienen prácticamente como los usaron los Lorca. En el restaurante se exhiben el piano en el que Federico tocaba a cuatro manos con María Luisa Natera Ladrón de Guevara y reproducciones de las muchas cartas que envió desde su retiro de verano en la entrada a la Alpujarra.

Centro García Lorca

El epicentro de Lorca en Granada capital es hoy el Centro Federico García Lorca. La institución cultural aspira a convertirse en el espacio de difusión y conocimiento de los fondos del artista. A su caja fuerte llegó hace poco más de dos años el legado del poeta: casi todos sus manuscritos teatrales, numerosa obra poética y prosa, cientos de cartas escritas y recibidas, dibujos, documentos personales, fotografías, etcétera. Cuenta además con una biblioteca, un teatro y una sala en la que se organizan exposiciones temporales. El centro, totalmente dedicado a él pero en una ubicación sin mayor relación con el poeta, es otra buena manera de empaparse de su vida y obra (entrada gratuita; centrofedericogarcialorca.es).

'Lorcapedia': la web que mejor conoce al poeta

Aún no ha cumplido año y medio desde que se lanzó, y la web universolorca.com es el mejor espacio virtual disponible para conocer a Federico García Lorca, su vida y su obra. Como explican sus responsables, la Diputación Provincial de Granada, la página aspira —y se encuentra ya prácticamente ahí— a convertirse en la Lorcapedia. Explica de un modo especialmente interesante, entre otros motivos gracias a la excelente coordinación del periodista y escritor Alejandro V. García, la biografía del poeta, su obra, los lugares donde vivió, las rutas que transitó y todo su círculo de relaciones sociales y familiares. La Diputación Provincial ya ha anunciado que en un futuro próximo estará también disponible la versión en inglés.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_