Finca La Reñana 2015, fresco acorde final

Consiguió hace unos años emocionar al catador de The Wine Advocate, la publicación de Parker, lo que no es poco. Valoraciones aparte, siempre discutibles, lo cierto es que estamos ante uno de los grandes blancos fermentados en barrica de Rioja, donde lo hay muy buenos.

Destaca la excelente viña de la finca que le da nombre, con cepas de 80 años plantadas en vaso, situadas a 650 metros de altitud, en las laderas de Sierra Cantabria. La preciada uva es cuidada con mimo, en una viticultura de calidad exigente, y escogida a pié de campo, para volver a pasar el filtro de la mesa de selección en la bodega. Luego están las barricas de roble elaboradas con árboles del codiciado bosque de Bertranges (Nevers, Francia), habitual proveedor de los mejores Borgoña, donde fermenta el mosto.

El resto se limita a dejar que el proceso siga su lento curso de crianza sobre sus lías finas durante seis meses. Se trata de un blanco armonioso, complejo, con un rico buqué donde resalta el aroma a mantequilla especiada, revestida de notas a fruta carnosa blanca y tropical, matices cítricos, leves efluvios florales y un fondo tostado. La suavidad y morbidez de la textura acaricia el paladar mientras las sabrosas sensaciones gustativas se prolongan en un fresco acorde final.

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