¿Por qué fracasan muchas monedas sociales?

Si hay algo bueno del confinamiento global es que muchas personas han podido aprender a usar plataformas de videoconferencias. Eso nos permite realizar reuniones sin desplazarnos de casa, y nos da igual si organizamos una videollamada con vecinos a tres manzanas de casa o con alguien que vive a 10.000 kilómetros. Por lo tanto he empezado a organizar reuniones virtuales con varios latinoamericanos (y unos españoles también) que se dedican a las monedas sociales, y el tema principal del primer encuentro fue detectar los motivos de fracaso de algunas experiencias. Voy a resumir el debate celebrado el pasado 18 de abril.

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Un concepto frecuentemente mencionado entre los participantes fue la importancia de la confianza en el sistema. Algunas monedas murieron cuando un par de personas las acumularon excesivamente sin poder gastarlas, o sea, cuando la moneda dejó de serles útil. Las relaciones socioeconómicas en moneda social deberían ser recíprocas. Es decir, se necesita equilibrar entre el dar y el recibir de cada uno. La concentración de este medio de intercambio significa un fracaso en el diseño del mecanismo. Por lo tanto habría que revisarlo para evitar que alguien ahorre o gaste demasiado. Una posibilidad es emitir una moneda social respaldada con moneda oficial, a sabiendas de sus ventajas y desventajas, aunque respaldarla con otros bienes es posible.

Otro error común es depender demasiado de la tecnología, sobre todo al aferrarse al uso de una criptomoneda basada en blockchain que funciona sólo en aplicaciones de smartphones. Si bien el uso de este aparato ha sido bastante común también en Latinoamérica, esta tecnología no es todavía universalmente accesible, sobre todo en las zonas rurales, muy lejos de las grandes ciudades. Es necesario pues adoptar una herramienta adecuada a cada contexto.

Si los clubes de trueque en Argentina tuvieron tanto éxito que llegaron a contar con la participación de millones de personas, fue porque miles de asociaciones organizaban ferias semanales

Además, hay que tener cuidado con los subsidios que a veces nos da la administración pública. Es cierto que sirven para cubrir todos los costos iniciales y los de mantenimiento, pero la mayoría de esas prácticas se marchitan al terminar esta ayuda financiera. Es imprescindible buscar una estructura sostenible para que sigan funcionando después.

En el debate se mencionaron también algunos factores relacionados con el éxito. Si los clubes de trueque en Argentina tuvieron tanto éxito que llegaron a contar con la participación de millones de personas, fue porque miles de asociaciones organizaban ferias semanales. Sería como si en Madrid la feria se hiciese los lunes en Lavapiés, los martes en Delicias, los miércoles en Vallecas... y la gente acudiese a esas ferias donde sí pudiese satisfacer necesidades. Las ferias semanales (y nunca con menos frecuencia) eran la clave para que los intercambios formasen parte de la vida cotidiana de los participantes.

Muchos participantes tienden a ofrecer distintos conocimientos (clase de instrumento, idiomas, informática, diseño, yoga etc.), pero es muy importante que se pueda obtener alimento en moneda social

Asimismo, es muy importante que se pueda obtener alimento en moneda social. Muchos participantes tienden a ofrecer distintos conocimientos (clase de instrumento, idiomas, informática, diseño, yoga etc.), pero lo más esencial para nuestra vida es la comida, sin duda, aunque otros productos y/o servicios podrían ser tan ampliamente aceptados, como por ejemplo la electricidad por fuentes renovables y por biodiesel.

Otras claves a que se refirieron en el debate son:

• La necesidad de vincular la moneda social con un plan de desarrollo local.
• El crédito mutuo funciona bien: aunque a mi juicio hay que vigilar bien para evitar que algunos socios gasten hasta el saldo negativo máximo y desaparezcan.
• La comprensión del coste de transacción: Tienen que haber más ventajas que desventajas al usar monedas sociales.
• La recuperación de los valores de los pueblos originarios de reciprocidad y solidaridad y ponerlos en práctica

No es fácil conseguir un funcionamiento duradero de monedas sociales, pero a mi juicio se puede resumir que lo fundamental es detectar la necesidad no cubierta de los habitantes y satisfacerla con los recursos ociosos.