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Si quieres que tu hijo sea vegetariano, planifica bien su dieta

Los pediatras explican que las dietas restrictivas exigen una mayor atención para garantizar una estrategia nutricional adecuada y un uso correcto de suplementos alimentarios

Una niña muerde un tomate.
Una niña muerde un tomate.GETTY
Carolina García

Cada vez hay más personas que dejan de lado la carne o el pescado en su alimentación para apostar por una nutrición familiar vegetariana. Dejando aparte la ideología, muchos apuestan por esta opción creyendo que es más saludable. Y puede que lo sea, pero si no se planifica bien, los pediatras advierten que los niños pueden carecer de algunos componentes fundamentales para su crecimiento y bienestar. Un 1,2% de la población en España y Portugal es vegetariana, un dato en aumento, aunque aún muy lejos de las cifras de Reino Unido (con un 7%) o Alemania (donde llega al 10%).

Poniendo de relieve que para los pediatras lo fundamental es el estado de salud de los niños, estos consideran que se debe hacer un seguimiento en el que “se verifique que el crecimiento y desarrollo del menor vegetariano es bueno”, explica la doctora María José Mellado, presidenta de la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un comunicado. De esta forma, el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de esta asociación ha elaborado una serie de recomendaciones, publicadas en Anales de Pediatría, para que los padres y madres que decidan que sus hijos sigan una dieta vegetariana lo hagan de forma planificada.

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Las dietas vegetarianas son ricas en fibra, magnesio, hierro férrico, ácido fólico, vitaminas C y E, ácidos grasos poliinsaturados n-6, carotenoides, flavonoides y otros fitoquímicos y antioxidantes. Por el contrario, son más bajas en grasa total, ácidos grasos poliinsaturados n-3, colesterol, yodo, zinc, hierro ferroso y vitaminas B12 y D.

"El objetivo de estas pautas es evitar las carencias alimenticias que este tipo de dietas pueden suponer en la infancia y juventud", explica el doctor José Manuel Moreno Villares. Los padres deben conocer los nutrientes que se han de complementar en caso de optar por este tipo de dieta.

Para los pediatras (y según la evidencia científica), cuanto más variada es la ingesta de alimentos, mayor es la posibilidad de conseguir un estado nutricional óptimo. “Por el contrario, las dietas restrictivas exigen una mayor atención y cuidado para garantizar una estrategia dietética adecuada y un uso de suplementos nutricionales correcto. Lo más importante es que unos padres que quieren que su hijo siga una dieta vegana o vegetariana cuenten con asesoramiento para esta sea equilibrada”, incide Moreno Villares. Lo que es seguro es que el niño necesitaría "tomar vitamina B12 por vía oral, ya que esta solo se consigue con proteínas animales".

El plato vegetariano perfecto para los bebés entre cero y dos años (AEP)

Alimentos que deberían estarAlimentos que se deberían evitar
LegumbresZumos procesados
 Boniato, Brécol, Zanahoria o Calabaza Espinacas, Acelgas, Borraja, Remolacha, Rúcula y hojas verdes
 Arroz, pasta, pan, cuscús, quínoa Algas, semillas de limo o chía
 Fruta y alimentos con vitamina C Miel

*Bebidas vegetales enriquecidas con calcio no como bebida principal

Las investigaciones elaboradas con menores vegetarianos muestran que su crecimiento y desarrollo están dentro del rango normal, aunque existe una tendencia a presentar un menor índice de masa corporal (IMC). “El riesgo de deficiencias es mayor en las dietas más restrictivas, y en especial en la dieta vegana, ya que esta excluye cualquier producto de origen animal”, matiza el doctor.

Los pediatras aconsejan que durante la lactancia y la infancia temprana no se retiren ni el huevo ni la leche. "La leche es un alimento fundamental durante los primeros años de vida. Es el 100% de la alimentación hasta los seis meses y un 70% a partir de este momento, representando del 20 al 30% una vez el niño cumple dos años. Las proteínas de la leche, sus aminoácidos, son fundamentales para el desarrollo neurológico. Y estas mismas proteínas las tiene el huevo".

La edad de introducción de alimentos sólidos es a los seis meses, al igual que ocurre en otro tipo de dietas. Las legumbres, un sustitutivo natural de la carne, deben tener relevancia, y también se puede ofrecer yogur de soja sin azúcar de manera ocasional, para desayunar o merendar, con o sin fruta. Es importante elegir variedades enriquecidas con calcio. "El tándem perfecto es el consumo de legumbres, soja y frutos secos porque sus proteínas son de mayor calidad, tienen un aporte calórico adecuado y un valor nutricional óptimo", prosigue Moreno Villares. Según puntualiza, con los cereales no se consigue el mismo valor biológico.

Una familia pela patatas y zanahorias.
Una familia pela patatas y zanahorias.GETTY

En cuanto a las algas, un alimento muy usado por las dietas veganas y vegetarianas, el doctor afirma que “pueden ser una fuente importante de yodo. Sin embargo, también lo son de arsénico, por lo que deben usarse con precaución en lactantes y niños pequeños”, advierte el experto.

Moreno Villares opina que la bebida más completa es la de soja, puesto que las demás no tienen el mismo valor nutricional. A estas edades, las verduras que absorben mejor el calcio, "carente en este tipo de dietas, son el boniato, la calabaza, la zanahoria o el brécol. Por el contrario, aquellas como las espinacas, las acelgas o la borraja no se absorben de la misma manera a edades tempranas. Las frutas son buenas todas".

El experto hace especial hincapié en el adolescente, una etapa en la que el requerimiento de nutrientes es mayor, en particular de proteínas, hierro, zinc y calcio. “Es importante asegurarse de que los jóvenes vegetarianos y veganos consumen legumbres y sus derivados a diario, ya que son el grupo de alimentos que más van a contribuir al aporte de estos cuatro nutrientes”, asegura el doctor.

"Después de revisar varios estudios (...), no hemos podido concluir que las dietas vegana o vegetariana sean más saludables. Obviamente, consumir más verdura y fruta es más sano. Pero una dieta de estas características sin supervisión puede hacer que los niños también sufran de algunas carencias. Eso, sí, tampoco comer de todo asegura estar más sano y equilibrado", termina el doctor.

¿Qué debemos suplementar en las dietas vegetarianas?

Proteínas: La calidad proteica de los alimentos vegetales es inferior a la de los productos de origen animal (en especial la leche y el huevo). Según explican, es aconsejable asegurar que se consuman diariamente alimentos ricos en proteínas (legumbres, frutos secos y semillas) y que se combinen las fuentes de proteínas. El uso de la soja y sus derivados (tofu, tempeh, análogos de carne), así como los pseudocereales como la quinoa y el amaranto, pueden contribuir a garantizar un adecuado balance de aminoácidos.

Hierro y zinc: Se recomienda consumir alimentos ricos en vitamina C en cada comida para favorecer la absorción del hierro. La sal yodada, los vegetales de origen marino y algunos alimentos a base de cereales constituyen la mejor fuente de yodo de las personas veganas. Los lácteos y la yema de huevo también son fuentes de yodo. "Las algas (wakame, kombu, alaria, nori, etcétera) con gran protagonismo en estas dietas pueden ser una fuente importante de yodo. Sin embargo, también lo son de arsénico, por lo que deben usarse con precaución en lactantes y niños pequeños", advierte el experto.

Vitamina B: La vitamina B12 no se encuentra en los alimentos de origen vegetal. Los alimentos fermentados o las semillas marinas no pueden considerarse una fuente de vitamina B12 fiable. "Es imprescindible el suplemento de vitamina B12 oral para todas las personas vegetarianas y veganas. Incluso en ovolac-tovegetarianos o en personas que consuman habitualmente alimentos fortificados, una dosis semanal de refuerzo es la mejor forma de garantizar niveles óptimos de esta vitamina", asegura el doctor.

Calcio: El consumo de alimentos fortificados en calcio y vitamina D, junto con la práctica habitual de actividad física de intensidad adecuada es necesario

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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