“La mayoría de adolescentes que opta por una dieta vegetariana lo hace por motivos éticos”
La médica Inmaculada Baeza y la psicóloga Elena de la Serna se han propuesto servir de guía para las familias vegetarianas que desean saber si su dieta es la adecuada
Las dietas vegetarianas y veganas bien planificadas son perfectamente válidas para cualquier grupo de edad. Así lo manifiestan dietistas-nutricionistas o sociedades médicas de peso como la Academia Americana de Nutrición y Dietética. Lo hacen, claro, basándose en los estudios disponibles llevados a cabo en este sentido. Sin embargo, las familias cuyos hijos –niños o adolescentes– mantienen este tipo de dieta, bien por iniciativa o bien como miembros de una familia que ya lo es, no lo tienen nada fácil. A la presión social y cultural se une la desconfianza de algunos profesionales sanitarios para los que este tipo de dietas suponen un desafío. Un desafío que parte, quizás, del entorno cultural, pero también de la falta de formación específica sobre esta cuestión durante los estudios de medicina.
La médica Inmaculada Baeza y la psicóloga Elena de la Serna se han propuesto servir de guía para las familias vegetarianas que desean saber si su dieta es la adecuada. Lo hacen a través de ‘Felices sin comer perdices’ (PAIDÓS), un libro que nace de la experiencia personal de la propia Baeza, y en el que además de exponer las dudas y los retos más habituales que pueden aparecer en el camino, aportan soluciones, información y hasta recetas saludables, perfectas para cuando la imaginación culinaria se agota. “Hay que planificar las comidas, como en cualquier familia que quiera comer de forma equilibrada y saludable, poniendo atención a determinados nutrientes, que se consiguen comiendo variado cada día”, señalan. Consideran que es importante acompañar y apoyar a los hijos cuando manifiestan que quieren cambiar de dieta pero, eso sí, insisten en el análisis de su motivación para detectar si detrás se escondiera un trastorno alimenticio.
PREGUNTA: ¿Qué significa desde el punto de vista médico seguir una dieta vegetariana durante la infancia?
RESPUESTA: Las personas vegetarianas por definición no comen carne que provenga de animales, eso significa que normalmente no comen ni carne ni pescado. Ser vegetariano no quiere decir eliminar estos dos alimentos sin más y solo comer alimentos de origen vegetal, sino que la carne y el pescado deben sustituirse por otros alimentos que tengan las mismas propiedades en todas las comidas. Esto, a nivel práctico, significa que hay que planificar las comidas, cómo en cualquier familia que quiera comer de forma equilibrada y saludable, poniendo atención a determinados nutrientes, que se consiguen comiendo variado cada día. Estos nutrientes clave, según las recomendaciones internacionales son ocho: proteínas, ácidos grasos omega-3, hierro, calcio, zinc, yodo y vitaminas D y B12.
P: La introducción de la alimentación complementaria suele ser un momento de cierta preocupación para los padres, no solo por las cantidades sino por la variedad de alimentos. En el caso de las dietas vegetarianas, ¿hay algo que se deba tener en cuenta de manera especial?
R: Para la introducción de la alimentación complementaria en los bebés, en principio, hay que seguir las recomendaciones generales del pediatra, que se recogen en las guías clínicas de introducción de alimentos del lactante sano. En el momento de introducir la carne de pollo, vacuno o pescado, es cuando esta no se inicia, y se cambia por las legumbres, que también tienen que comenzar a probar todos los bebés entre los 10-12 meses. Como al mismo tiempo el lactante toma leche materna o fórmulas adaptadas, el bebé suele obtener todos los nutrientes necesarios en esta etapa de crecimiento. Es importante tener en cuenta que si la madre es vegetariana o vegana y da el pecho, habría que asegurar que toma suficiente vitamina B12 y ácidos grasos omega-3.
P: Pese a que organizaciones internacionales como la Academia Americana consideran que una dieta vegetariana bien planificada puede ser perfectamente válida desde la infancia, aún hay familias que se siguen encontrando un sinfín de obstáculos en su entorno familiar y social pero también a nivel sanitario. ¿Falta información? ¿Es una cuestión más cultural?
R: La gastronomía es una parte de nuestra cultura y en la sociedad española culturalmente se sigue una dieta mediterránea, que se ha ido modificando por las influencias de otros países, sobre todo del modelo de Estados Unidos. El concepto de vegetarianismo se va introduciendo poco a poco en nuestra sociedad, ganando nuevos adeptos día a día, y señal de ello es que las grandes cadenas de supermercados ya tienen en sus estantes una variedad de productos vegetarianos (hamburguesas, albóndigas, etcétera). Poco a poco, los estudios de investigación irán rompiendo los tabúes hacia este tipo de dieta, que tiene incluso parte de la clase médica. Libros como el nuestro quieren ayudar en esta labor.
P: ¿Debemos informar al pediatra si nuestro hijo sigue esta dieta?
R: Aunque no es obligatorio informar al pediatra de tipo de hábito alimentario que sigue nuestro hijo, consideramos que sí que es muy recomendable hacerlo. Que el pediatra tenga la máxima información del estilo de vida, en cuanto a hábitos de salud, se refiere (higiene, alimentación etcétera…) e hitos del desarrollo son siempre de gran ayuda para que el pediatra pueda seguir la evolución del niño.
P: No sé si en este sentido lo tienen más fácil las familias con hijos que siguen una dieta vegetariana hoy en comparación a las familias que transitaban por esta situación hace unas décadas o las cosas no han cambiado tanto. ¿Qué opináis?
R: La situación ha cambiado mucho en los últimos años, sobre todo desde hace unos cinco años: se puede comer dieta vegetariana en multitud de restaurantes, hay supermercados especializados en alimentos ecológicos que tienen mucha variedad de productos vegetarianos, y las grandes cadenas de supermercados también facilitan la compra en este ámbito. Aún te pueden anunciar un bocadillo vegetal y que contenga lonchas de pavo, pero cada vez se entiende más lo que significa el seguir una dieta vegetariana.
P: Si bien la infancia es un periodo vulnerable y es cierto que una alimentación inadecuada puede afectar a la salud del niño en el futuro, ¿por qué nos preocupa más una dieta vegetariana que una dieta omnívora?
R: Puede preocupar por ser diferente. Estudios en la población general sobre nutrientes en niños omnívoros ya indican que pueden tener ciertos déficits o niveles importantes de obesidad y sobrepeso, con muchos problemas potenciales de salud. Pero el seguir una dieta vegetariana y salirse de lo habitual, de lo común, puede ser un objetivo fácil de crítica. Sin embargo, muchas asociaciones internacionales de Pediatría y Dietética manifiestan que una dieta vegetariana bien planificada es saludable desde el embarazo hasta la adolescencia.
P: En España, alrededor de un 40% de los niños y niñas tienen sobrepeso u obesidad. ¿Puede prevenirse este problema, o incluso mejorar esas cifras, a través de una dieta vegetariana?
R: El sobrepeso y la obesidad se suelen relacionar con malos hábitos o estilos de vida poco saludables, tanto en la alimentación como en el nivel de actividad física y las maneras de ocupar el tiempo libre. Las familias vegetarianas suelen tener en general un estilo de vida más saludable (menos tabaco, más ejercicio), al igual que los niños/adolescentes que se preocupan por este tipo de dieta en familias omnívoras.
P: Mencionáis en el libro cuestiones relativas a la salud de los niños vegetarianos y apuntáis una serie de beneficios como un menor riesgo de cáncer, diabetes, demencia o eventos cardiovasculares. Los niños y adolescentes vegetarianos y veganos, ¿suelen consumir menos alimentos insanos y superfluos?
R. Son niños y adolescentes que suelen tener costumbre de comer piscolabis de frutos secos, fruta seca o fruta, y tienden menos a comer comida rápida, dulces o chucherías (que muchas contienen gelatina), o productos salados. Los hábitos que se adquieren de pequeños son muy importantes porque son más fáciles de mantenerlos a lo largo de la vida, y en la alimentación, se pueden asociar a tomar alimentos más protectores contra la mayoría de enfermedades prevenibles, como son las cardiovasculares o algunos tipos de cáncer.
P: ¿Cómo reaccionar si nuestro hijo nos dice que quiere ser vegetariano y nosotros no lo somos?
R: En primer lugar, no dando una respuesta rápida, ni para el sí, ni para el no. Es importante escuchar los motivos por los que quiere cambiar de dieta, hablando y teniendo en cuenta que es un cambio y un esfuerzo no solo para la persona, sino también para la familia que va a tener que hacer comidas por separado y dedicar un tiempo a la semana a realizar una buena planificación para asegurarse de que se incluyen todos los nutrientes en las comidas diarias.
Sin embargo consideramos que se trata de un esfuerzo que vale la pena no solo por motivos éticos y medioambientales sino también por los beneficios que tiene en la salud. Además, conviene hacer un inciso en este punto. La mayoría de los niños y adolescentes que optan por una dieta vegetariana lo hacen por motivos éticos, es decir, el padecimiento animal les provoca sufrimiento, por lo que obligarlos a seguir una dieta omnívora sin escuchar sus motivos no es lo más recomendable. Escucharlos y atender sus motivos, es una forma de validar y reforzar al adolescente y además de detectar si los motivos del cambio son válidos.
Conviene aquí alertar a los padres ya que hay adolescentes que utilizan el vegetarianismo cómo excusa para dejar de comer y perder peso. En estos casos podemos estar hablando de un adolescente con un trastorno alimentario que manifestará otros síntomas como una preocupación excesiva por el peso corporal, una distorsión de la imagen corporal (se verá obeso cuando se mire en el espejo a pesar de tener un peso adecuado a su edad) o realizará conductas como tener alimentos prohibidos por miedo a engordar, ejercicio físico excesivo para perder peso o vomitar entre otros. Si se detectan estas conductas que normalmente son previas a la decisión de ser vegetariano se recomienda consultar con un especialista en salud mental.
P: Por último, dado que en la actualidad se entiende el vegetarianismo como una elección, a menudo se cuestiona el hecho de “obligar” a un niño a ser vegetariano cuando la familia sigue una dieta vegetariana. ¿Existe tal obligación o forma parte de las costumbres familiares?
R: Las familias educan a los hijos en todos los ámbitos de la vida: idioma, religión, ideas políticas, etc. El tipo de alimentación es uno más dentro de estos valores o educación que los padres transmiten a sus hijos. Cuando estos sean mayores puede cambiarse a una dieta omnívora, al igual que pueden cambiar de ideas políticas o de religión. No es una obligación, es parte de la educación que cada uno quiere impartir a los suyos para crecer sano y feliz en la sociedad en que vivimos.
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