El derrumbe del techo de un centro comercial en Perú deja ocho muertos y 82 heridos
El Real Plaza de Trujillo había sido cerrado a fines de 2023 por presentar riesgos en conexiones eléctricas, pero fue reabierto al poco tiempo. Tres niños han fallecido y otros once están en estado crítico


Un señor corre en las inmediaciones del Real Plaza Trujillo, el segundo centro comercial más grande de una de las ciudades más importantes de la costa norte peruana. A las 8.40 de la noche del viernes se desplomó repentinamente el techo del patio de comidas sobre el comedor y un sector donde se encontraban los juegos infantiles, causando la desesperación de decenas de familias que habían ido a pasar una noche serena de entretenimiento. Setecientos metros cuadrados de concreto se vinieron abajo, provocando la muerte de ocho personas —tres son niños— y dejando 82 heridos. Once de ellos son pequeños de entre dos y diez años que se encuentran en estado crítico.

El sujeto llega hasta las rejas que custodian el perímetro del centro comercial durante la madrugada de este sábado, preguntando por su hijo. La socorrista le dice que está con vida, que han podido retirarlo de los escombros, pero que tuvieron que amputarle la pierna derecha para salvarlo. El señor de cabello canoso, que viste un polo deportivo, mueve la cabeza y se agarra el pecho sin ser capaz de decir nada. Su acompañante intenta tranquilizarlo. De pronto se escucha el llanto desesperado de una mujer, presumiblemente la madre. “Está con vida”, le dicen una y otra vez para calmarla.
El colapso del Real Plaza Trujillo ha dejado escenas impactantes y desgarradoras. Un padre que buscaba con desesperación a su pequeño, a quien había llevado a cenar al patio de comidas para celebrarle su cumpleaños. El reclamo nervioso de personas que ayudaron a evacuar heridos y señalan que pasó media hora para que las autoridades se hicieran presentes en la tragedia. Una niña asustada en medio de la mole de concreto. Personas inconscientes y ensangrentadas. Y en medio del dolor, la solidaridad: motorizados de delivery, en su mayoría de nacionalidad venezolana, transportando a bomberos en sus vehículos porque sus unidades no daban abasto.
La catástrofe ha despertado la indignación de la ciudadanía porque se trata de un negocio millonario que debería contar con todas las medidas de seguridad. Real Plaza Trujillo pertenece al Grupo Intercorp, holding cuyo máximo accionista es Carlos Rodríguez Pastor, uno de los hombres más ricos del Perú. “En estrecha coordinación con las autoridades, seguimos trabajando en las labores de rescate y brindando todo el soporte necesario a los afectados y a las investigaciones que determinarán el origen del accidente”, dice el comunicado más reciente de Real Plaza.
Francisco Jaramillo, gerente de Supervisión y Fiscalización de Ositrán (Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público), ha deslizado la posibilidad de que el techo del patio de comidas se habría desplomado por la sobrecarga de agua. “El reglamento establece las consideraciones de diseño sismo-resistente de sobrecarga a las cuales las estructuras van a estar sometidas. Las propias imágenes se ve que son estructuras metálicas que habrían colapsado por sobrecarga de agua”, ha señalado.
El Real Plaza Trujillo, que se encuentra a doce minutos del Centro Histórico de la ciudad norteña, abrió sus puertas en el 2007. Pero el techo del patio de comidas recién fue inaugurado en el 2016. Expertos en ingeniería y arquitectura perciben con extrañeza que se haya derrumbado una estructura con tan poco tiempo de antigüedad.
Un detalle que no ha pasado desapercibido es que a fines de 2023, el Real Plaza Trujillo fue clausurado porque se detectó que sus conexiones eléctricas representaban un grave peligro para el público y sus propios trabajadores. No obstante, fue reabierto en enero de 2024 por supuestamente haber subsanado todas las observaciones en cuestión de seguridad. Si bien no se trata del mismo desperfecto, la fiscalización no habría sido la más óptima.
“Se constató el perfecto estado de todas nuestras instalaciones […] Volvemos a abrir nuestras puertas para recibir a los trujillanos en un espacio seguro donde más de tres mil colaboradores y emprendedores podrán retomar sus actividades normalmente”, dice el comunicado del Real Plaza en aquel entonces, cuando se les permitió continuar funcionando.
La presidenta Dina Boluarte se pronunció sobre la desgracia desde Lima: “Este trágico suceso nos obliga a reflexionar sobre la importancia de una inversión privada comprometida con el desarrollo del país, pero siempre bajo principios de responsabilidad social. No podemos permitir que el interés económico prime sobre el bienestar y la vida”. Sin embargo, ha sido duramente criticada por haber promulgado una ley que obliga a las municipalidades a levantar la clausura temporal de los establecimientos en un plazo de 48 horas.
Mientras se determinan responsabilidades, la cadena de centros comerciales ha anunciado el cierre de todos sus locales a nivel nacional este sábado en señal de duelo. La cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
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