Cráter
El equipo Envínate propone a viticultores sin bodega recuperar el sentido de su trabajo gracias a vinos como Benje.
ALGUNOS SUSTANTIVOS bastan para describir el milagro que Envínate —un equipo de enólogos— propone con Benje 2018, un tinto tinerfeño nacido muy cerca del volcán y mirando a poniente y a norte. Mosto: es la alegría de la vendimia porque el vino sabe a fruta que fermenta. Frescura: el viento llega por el camino del océano y de la sal. Intensidad: en la tierra hay pólvora y azufre, lava y fuerza que Benje 2018 sabe sintetizar. Fragancia: a estas alturas de la isla, todo crece a ritmo lento y concentrado, también la uva. Especias: quién sabe cómo llegaron aquí la pimienta salvaje, la bergamota y el cardamomo. Pero lo hicieron y en el vino sonríen. Acidez: la combinación de madureces de las uvas, el suelo, el sol y la madera, el estilo de los enólogos hacen que este sea un vino eléctrico, rampante. Campo: se huele la viña, se huele el monte cercano y la vegetación, se huelen la cuesta y el cañón. Solidez y respeto: al trabajo del viticultor, al prestigio y visibilidad que sus uvas y esta tierra merecen.
Ficha técnica
Viticultores de Santiago del Teide y Envínate, Benje 2018
– DO Ycoden-Daute-Isora, 12%. Parcelas viejas (de 60 a 120 años) sobre suelo volcánico al noroeste de Tenerife, a 1.000 metros sobre el nivel del mar. Cultivo convencional para cepas de negramoll, listán negro, moscatel negro, vijariego negro y listán gacho. Con algunos racimos enteros empieza la fermentación espontánea. Termina y reposa el vino ocho meses en barricas usadas de roble francés. Se estabiliza por frío ambiental. No se clarifica ni filtra, no se sulfita al embotellar. Precio: 17 euros.
Sensaciones
– Fidelidad: la tierra y sus gentes, las uvas y sus vinos atlánticos viven aferrados a un sentimiento de permanencia, de respeto a los orígenes
A través del cristal
– Sobre una bandeja de cuero negro con listas de color de Alfons & Damián, copas para borgoña y vino tinto de la línea Novo de Spiegelau.