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La canción que suena en ‘Joker’ y es obra de un pederasta resucita un debate incómodo

'Rock and roll part II' suena en la escena de las escaleras y reportará a Gary Glitter, que cumple condena por abuso de menores, una fortuna en derechos de autor

La escena de 'Joker' en la que el protagonista (Joaquin Phoenix) baila a ritmo de 'Rock and roll part II' por unas escaleras. En vídeo, Gary Glitter interpreta 'Rock and roll part 2', su canción que más ha sobrevivido en el imaginario colectivo.
Guillermo Alonso

Rock and roll part 2 es una de las canciones más influyentes y famosas del glam rock. Dividida en dos partes, una con vocales y otra instrumental, ha aparecido en multitud de películas: Muerte súbita, Full Monty, Equipo a la fuerza, Pequeños Guerreros, Los padres de él o, la más reciente, Joker. En eventos deportivos estadounidenses, la canción fue durante años un cántico de unión y victoria: esa batería adictiva y esa letra consistente en celebratorios “¡hey!” era un himno claro para un ganador. La canción fue tarareada por los protagonistas de The Office y también por Homer en uno de los episodios más divertidos de Los Simpson (Un pez llamado Selma). La canción es tan célebre que cualquiera que no sepa quién es su autor la puede tararear con facilidad. Hasta Homer Simpson.

Una fuente aseguró a la web especializada Billboard que 'Rock and roll part 2' generaba 250.000 dólares (227.000 euros) al año en derechos de autor

¿Pero quién es su autor? Detrás está Gary Glitter, nacido con el nombre de Paul Francis Gadd (Londres, 1944). Escribió Rock and roll part 2 junto a Mike Leander, productor de muchísimos éxitos de los años setenta y ya fallecido, y hoy es su éxito más recordado. Pero no el único: a principios de los setenta colocó diez sencillos en el top 10 de Inglaterra, tres de ellos en el número uno. Sus ventas de álbumes se estiman en 20 millones. Gary Glitter fue una de las presencias más vibrantes sobre el escenario, una influencia para artistas tan dispares como Freddie Mercury, David Bowie, Elton John o Alaska y Dinarama, que le dedicaron uno de sus mayores éxitos, El rey del glam. Su apellido artístico llegó a dar nombre a un subgénero, el glitter rock. Hoy poco queda de aquella gloria: Paul Francis Gadd lleva desde 2015 cumpliendo condena en la prisión de Wandsworth, en Londres, por abusar sexualmente de tres niñas.

Esta condena supuso el fin absoluto de su carrera. A sus 75 años (los cumplió el pasado mayo) y todavía con 13 años que cumplir en prisión (fue condenado a 16 en 2015), será un anciano cuando abandone la cárcel, si lo hace con vida: la pedofilia es un delito tan vilipendiado dentro de las paredes de prisión como fuera. En los estadios tampoco se escuchaba ya Rock and roll part 2: la NFL (siglas de la Liga Nacional de Fútbol estadounidense) pidió a los equipos en competición que dejasen de cantar la canción en 2006, cuando empezaron a salir a la luz graves acusaciones contra Glitter.

Gary Glitter interpreta 'Rock and roll part 2', su canción que más ha sobrevivido en el imaginario colectivo.

Sin embargo, este fin de semana la canción cobró vida de nuevo. Ojo a este experimento: uno acude a YouTube y si busca Rock and roll part 2 encontrará varios vídeos que reproducen la canción. El que tiene más visitas atesora ya cuatro millones de visionados. Hasta hace una semana, los comentarios iban desde las críticas (“este payaso fue una broma desde el minuto uno, tiene lo que se merece”; “Un pedazo de mierda”; “Sucio y gordo pedófilo, espero que se muera lenta y dolorosamente”; o “¡Psicópata!”) a los chistes de dudoso gusto (“¿Cuál es el acorde favorito de Gary Glitter? ¡El acorde menor!”), pasando por unos pocos que aún defendían su música y la separaban de sus terrible vida personal (“por mucho que no me guste este tipo, hay que admitir que esta es una canción fantástica”).

Hay artistas que crearon canciones eternas o técnicas de producción que cambiaron la música para siempre y que cometieron actos horribles: Joe Meek, Phil Spector, Ike Turner…

Pero desde que se estrenó Joker el pasado viernes y rompió varios récords de taquilla (lleva recaudados casi 250 millones de dólares en apenas cuatro días), todos los comentarios tienen que ver con la película: “¡Estoy aquí por la escena de las escaleras!”, con múltiples variantes, es el tono habitual de más de 130 comentarios inspirados por el filme protagonizado por Joaquin Phoenix. Y eso, solo en este vídeo: el mismo panorama se repite en otra docena que reproducen la canción en YouTube. La propia escena ya se puede ver en YouTube y acumula más de medio millón de visualizaciones.

El uso de una canción de Gary Glitter en una película destinada a las masas ha despertado de nuevo ese debate que aparece cada pocos meses cada vez que un artista de renombre es acusado de actos inaceptables: ¿podemos disfrutar del talento de un monstruo? Algunos tabloides británicos como The Sun y el Daily Mirror, incluso otros medios más serios como la cadena estadounidense NBC, ya han puesto el grito en el cielo y denuncian que “un pedófilo convicto ganará una fortuna gracias a los derechos de autor”.

El caso recuerda irremediablemente a Michael Jackson, pero no es en absoluto lo mismo. Jackson es una de las personas más famosas del mundo, su juicio en 2005 (en el que fue declarado no culpable por falta de pruebas concluyentes) atrajo cobertura mediática mundial y el documental Leaving Neverland, en el que diez años después de su muerte hablaron dos supuestas víctimas de sus abusos, provocó un terremoto informativo y el veto de sus canciones en emisoras de Canadá o Nueva Zelanda.

A nadie se le pasaría por la cabeza que en una película llamada a conquistar a las masas sonase una canción de Michael Jackson en un momento tan delicado. ¿Por qué entonces nadie puso el grito en el cielo por incluir una de Gary Glitter? Porque, ene este caso, la canción está muy por encima del artista en el imaginario colectivo.

Gary Glitter en 1970, cuando estaba a punto de convertirse en una gran estrella de la música gracias a temas como 'Rock and roll part 2' y a su atrevida puesta en escena.
Gary Glitter en 1970, cuando estaba a punto de convertirse en una gran estrella de la música gracias a temas como 'Rock and roll part 2' y a su atrevida puesta en escena.Getty Images

El juicio de Glitter fue seguido en los medios británicos, pero no tuvo tanto eco fuera. Esta canción tiene casi 50 años. Ha seguido siendo banda sonora de series y películas incluso después de que comenzasen las acusaciones contra el cantante, porque la causa que lo ha llevado a prisión se extiende durante décadas: ya había sido arrestado por posesión de pornografía infantil en 1997 y 1999, deportado de Camboya y Vietnam por abuso de menores en 2002 y declarado culpable de ese mismo delito en Vietnam en 2006, donde cumplió dos años de prisión antes de volver a Inglaterra. Durante esos años siguió publicando nuevos discos.

El debate que este fin de semana ha resucitado en Inglaterra por el uso de Rock and roll part 2 en Joker ya fue analizado por la web especializada Billboard en 2014, que se preguntaba: "¿Por qué se sigue pinchando la canción de un pedófilo condenado?". En aquel artículo, una fuente aseguró que Rock and roll part 2 generaba 250.000 dólares (227.000 euros) al año en derechos de autor antes de ser prohibida por la NFL en 2012 (la original ya lo había sido en 2006, pero se acordó que se siguiese cantando una versión hasta ese año). El uso de la canción en la que promete ser la película más taquillera del año puede dar, efectivamente, mucho dinero a Gary Glitter. Un dinero que habrá sido negociado, estando él en prisión, a través de su editorial y su discográfica (Bell Records, ya desaparecida y cuyo catálogo posee hoy Sony Music).

Son muchos los que hoy saludan este tema como “¡es la canción de Joker!” y muchos menos los que siguen señalando “¡es la canción de un pederasta!”. La música se ha sobrepuesto a la controversia. El caso de Gary Glitter vuelve a demostrar que la censura pública de una obra que pertenece a un artista que ha cometido actos abominables funciona como el proverbio del árbol en el bosque: solo hace algún ruido si alguien está allí para escucharlo.

Gary Glitter llega al juzgado de Southwark Crown en febrero de 2015, donde se le juzgó por abuso sexual de menores. Fue condenado a 16 años de prisión.
Gary Glitter llega al juzgado de Southwark Crown en febrero de 2015, donde se le juzgó por abuso sexual de menores. Fue condenado a 16 años de prisión.Getty Images

La lista de artistas que crearon canciones eternas o técnicas de producción que cambiaron la música para siempre está llena de personas que cometieron actos horribles: Joe Meek, Phil Spector, Ike Turner… Pero siguen recibiendo reverencias. A la pregunta: ¿puede alguien disfrutar todavía de su obra?, la respuesta debería ser que las grandes canciones dejan de ser, en cierto sentido, propiedad de sus autores para pasar a serlo del oyente, que las asocia a momentos especiales de su vida.

Rock and roll part 2 ha sonado en tantas fiestas, tantas celebraciones, tantos partidos, tantas películas y tantas series que está muy por encima de Gary Glitter y de sus crímenes. El arte sobrevive al artista. Pero esto es tan personal como el gusto musical: si a usted le incomoda, no la escuche. Esa opción también es completamente respetable.

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Sobre la firma

Guillermo Alonso
Editor web de ICON. Ha trabajado en Vanity Fair y Telecinco. Ha publicado las novelas ‘Vivan los hombres cabales’ y ‘Muestras privadas de afecto’, el libro de relatos ‘La lengua entre los dientes’ y el ensayo ‘Michael Jackson. Música de luz, vida de sombras’. Su podcast ‘Arsénico Caviar’ ganó el Ondas Global del Podcast 2023 a mejor conversacional.

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