El extravagante embarazo de Meghan Markle: de la acupuntura al hipnoparto con doula
Así ha preparado la duquesa de Sussex un nacimiento natural y sin anestesia para la séptima persona en la línea de sucesión de la monarquía británica
Los teleobjetivos de los paparazzi británicos comenzaron a enfocar sobre la cintura de Meghan Markle el día después de su boda con el príncipe Harry, en mayo del año pasado. Los tabloides del país esperaban la pronta la llegada de un bebé, y comenzaron a seguir a la duquesa de Sussex con la intención de conseguir la exclusiva del año: una foto con la incipiente tripita. La pareja no tuvo que aguantar la presión demasiado tiempo, el embarazo llegó pronto. El nacimiento de la séptima persona en la sucesión al trono está previsto para este mes.
Desde que el Palacio de Kensington anunció la noticia de su embarazo, el pasado octubre, todo lo que Markle ha hecho o dicho ha sido objeto de debate. Pero lo que más titulares ha copado es su pasión por las prácticas holísticas y terapias alternativas, además de su obsesión por prepararse para tener un parto natural y sin anestesia. Su curiosa preparación también ha despertado el interés en tener más control sobre cómo nacen los bebés y por ejercer el derecho a optar por diferentes opciones a la hora de dar a luz. Pero la realidad es que estas decisiones se alejan muchas veces de la evidencia científica.
La duquesa de Sussex ha visitado desde los primeros compases de su embarazo a un conocido acupunturista de Londres, Ross Barr, con la intención de relajarse, mejorar su circulación sanguínea y combatir las náuseas de los primeros meses. Puede que el efecto placebo, o los 140 euros que cuesta cada sesión de 45 minutos, le hayan hecho sentir cierto bienestar, pero lo cierto es que no existe evidencia científica suficiente para asegurar que esta terapia funcione. Es lo que se desprende de un trabajo de la Colaboración Cochrane, una prestigiosa ONG internacional para la promoción de la salud, que revisó numerosos estudios científicos sobre la efectividad de la acupuntura.
Hipnoparto, entrar en trance para olvidar el dolor
Con 21 semanas, Meghan Markle apareció en público con motivo de los British Fashion Awards, una ceremonia a la que acudió para darle un premio a la diseñadora de su vestido de novia, Clare Waight Keller. Llamó la atención el trajín que se traía con la tripa, muy marcada gracias a un ajustado vestido negro. No paraba de agarrarla, sujetarla, acariciarla. Moviendo sus manos sin descanso, colocando la mano derecha en la parte baja de la tripa y la izquierda la superior, justo por debajo del pecho. Twitter ardía. Y es que cuando una habla de maternidad, y se insinúa que eres, o vas a ser, una madre diferente, no hay tregua. Es la guerra. ¿Qué estaba dando a entender? ¿Acaso era ella la única madre del mundo cuando millones de mujeres hemos pasado por lo mismo antes que ella?
"Venga, que ya sabemos que estás embarazada, puedes parar de sujetarte la tripa, que no se va a caer" y "¿Por qué se toca tanto? Como si el mundo entero no supiera ya que está embarazada, es como si necesitara aún más atención de la que ya tiene" fueron algunos de los tuits menos crueles. Poco después se supo que detrás de estas caricias Meghan estaba practicando un método de relajación usado en las clases de hipnoparto a las que acudía. La técnica enseña a las futuras parturientas diferentes métodos de relajación para romper la cadena miedo-ansiedad-dolor, y así ser capaces de enfrentarse a un parto sin ningún tipo de anestesia. Se supone que esos movimientos producen tranquilidad en la madre, liberando oxitocina que llega al bebé a través de la placenta y le produce una sensación de bienestar.
Charlotte Ashe enseña estas técnicas desde el nacimiento de su tercer hijo y confirma que, desde que los royals -Kate Middleton también lo practicó- y otros famosos, como la mujer del futbolista Harry Kane, han anunciado su práctica en las redes sociales, el interés ha crecido significativamente. "No es únicamente un método de relajación durante el parto, es una educación prenatal completa, diseñada para liberar miedos y replantear pensamientos negativos en torno al acontecimiento. La idea es aportar a las madres y a sus parejas confianza respecto a la llegada de su bebé, permitir que se relajen profundamente y dejen que sus cuerpos den a luz de manera natural, como están diseñados para hacer", explica Ashe.
El príncipe Harry también acude a las clases, porque son los dos los que se embarcan en el proceso de aprender sobre la fisiología del nacimiento. "Las parejas aprenden métodos de autohipnosis como respiración profunda, técnicas de masaje, visualizaciones y activadores de relajación que aseguran que el cuerpo y la mente de la madre puedan relajarse profundamente en el momento del parto". ¿Y qué lo diferencia de otras clases de preparación al parto, o yoga o Pilates? "Las parejas asisten juntas y reciben una explicación científica y lógica increíblemente detallada del proceso de parto. Se trabaja fundamentalmente la eliminación del miedo al dolor, algo absolutamente clave para una experiencia positiva de nacimiento, ya que donde hay miedo también hay adrenalina, y la sustancia dificulta el progreso del parto".
La idea fundamental es que si eliminamos el miedo, eliminaremos también la tensión y el dolor. "Si una madre está tranquila, relajada y se siente segura, producirá más oxitocina, lo que permitirá que sus contracciones sean más efectivas porque esta hormona estimula y mantiene la contracción del músculo liso del útero durante el parto, y se asegurará de que el bebé reciba una gran cantidad de sangre oxigenada a través de la placenta, por lo que el bebé va a lidiar mejor con el parto", asegura Ashe. Suena ideal pero esta situación de lo que sería un parto perfecto, o las expectativas que la futura madre tiene de lo que eso significa, no siempre se producen.
Un parto sin epidural... lo normal en su país
En Reino Unido, según las estadísticas de 2018 del sistema público de salud, el 57% de los partos fueron vaginales (un 11% necesitó fórceps), pero un 16% fueron cesáreas de emergencia, es decir, que se intentó el parto vaginal pero surgieron complicaciones que terminaron en una cesárea por el bienestar de la madre y del pequeño. Otro 14% fueron cesáreas programadas, bien porque ya se sabía con anterioridad que el niño venía mal colocado, porque el bebé había parado de crecer, por complicaciones en la salud de la madre…
La duquesa hace bien en prepararse para afrontar las contracciones, porque va a dar a luz en un país en el que no tendrá que hacer muchos esfuerzos para que le respeten su opción de dar a luz sin anestesia. Lo de parirás con dolor es mucho más común en Inglaterra que en España. "Si se trata de un parto de bajo riesgo se promociona siempre el parto natural, principalmente por dos motivos. Primero, que hay efectos adversos para la madre; las estadísticas dicen que tienes un 30% más de probabilidades de acabar con un parto instrumentalizado o de no avanzar y tener que utilizar oxitocina sintética. Pero también por una cuestión de recursos, ya que, tras un parto normal vaginal sin complicaciones, a las 6 horas la mamá y el niño ya se pueden ir a casa. Con epidural, tienen que estar un día en el hospital", cuenta Elena Pérez, enfermera de UCI Pediátrica y Neonatal en un hospital público londinense.
Lo cierto es que los riesgos de la epidural son mínimos (1 entre 10.000 puede dar un severo dolor de cabeza y 1 entre 100.000 de tener daños irreversibles al pinchar) y estudios recientes aseguran que no frena el trabajo de parto como se pensaba. "Pero durante las clases de preparación en Inglaterra la epidural se da como una opción más de alivio del dolor, no se remarca como nada nuevo o mejor", explica la enfermera. Si finalmente la madre necesita un alivio, tampoco le pasan directamente a la epidural, sino que le van ofreciendo alternativas: las bañeras, petidina o diamorfina, un opiáceo muy efectivo, el gas and air (el gas de la risa o entonox, utilizado por el 80% de las mujeres en el país) y, finalmente, como última opción, la epidural. Esta es la razón por la que en Reino Unido el 60% de los partos utilizan anestesia frente al 72% en España.
¿Por qué una doula en lugar de una matrona?
La legislación inglesa no castiga a la mujer que por su propia decisión decide tener su hijo en casa sola y sin asistencia, el año pasado en Londres lo hicieron 200, sin ayuda. Pero sí que hay una pena reservada para quien no es un médico o una matrona y ayuda a esa persona a traer al mundo a un niño, salvo en casos de emergencia. Por ello, también provocó cierto revuelo cuando Meghan optó por contratar a una doula, una mujer sin preparación oficial, encargada de aconsejar, ayudar a las embarazadas y acompañarlas durante el parto, así como durante los cuidados del recién nacido.
La figura es controvertida y, tanto en España como en Reino Unido, desaconsejada por el riesgo que conlleva que una de estas personas sin titulación oficial dirija y controle el parto. Pero llama la atención en Reino Unido porque ese papel ya está cubierto por las matronas, las verdaderas damas del parto. Conocidas mundialmente por su profesionalidad, cuentan con una formación específica que puede hacer recetas y que vigila la salud de la madre y el niño en todo momento.
"Si un embarazo se considera normal, de bajo riesgo, ya que la mamá no tiene enfermedades de riesgo significativas, será únicamente atendido por matronas, e incluso el parto y el periodo posnatal si no existe ninguna complicación. Hay pacientes que no ven a un ginecólogo durante todo el periodo", explica Elena Pérez.
Sanidad pública pero privada... y con opción a champán
Otra regla que parece que va a romper la duquesa de Sussex, según la prensa británica, es la elección del hospital. Por tradición, porque allí han nacido los hijos de William y Kate, y Guillermo y Harry, lo normal sería que diera a luz en el Lindo Wing, el ala privada del hospital público St. Mary's, en Londres. Allí, además de los royals, nacen todos los hijos de las familias que se pueden permitir el paquete básico que oferta la clínica: 24 horas de parto normal por 6.900 euros, 8.600 en caso de cesárea, más 1.800 por cada noche adicional. Algunos paquetes incluyen champán y menús especiales para la pareja.
Es lo que cuesta parir por la sanidad privada, ya que ningún seguro médico cubre el parto al no considerarse enfermedad. El servicio se ofrece en los centros públicos porque en el país hay pocos que sean 100% privados en los que se puede dar a luz. Parece ser que Markle quiere estar más cerca de Windsor porque durante la dilatación quiere aguantar lo máximo que pueda en casa, y que por ello se ha decantado por otro hospital de la seguridad social, pero con ala igualmente privada: el NHS Frimley Park.
"Casi todos los hospitales tienen esa opción. Los profesionales que te atienden son los mismos que al resto de pacientes, la diferencia es que puedes pagar por el tratamiento que quieres. Por ejemplo, puedes optar por una matrona para ti sola (el ratio normalmente en un hospital es 1 por cada 8 personas), una habitación privada con baño, ya que, normalmente, en la sanidad pública inglesa compartes habitación con otras cuatro mujeres como mínimo y, dependiendo del hospital, también está la opción del caseloading, que es atención personalizada de matrona en función de la necesidad del paciente", concluye Elena Pérez. Eso sí que es estar cerca del pueblo.
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