Paradoja 'millenial': cometer faltas de ortografía en el móvil no es escribir mal
Las nuevas formas de expresión que las redes sociales han potenciado se aproximan al lenguaje oral, y no anulan la capacidad de usar el lenguaje correctamente
La generación que fue capaz de descifrar los mensajes de los jeroglíficos egipcios no entendería ni una palabra de un mensaje de texto de un millenial. Los teléfonos móviles y, sobre todo, las redes sociales, han generado una escritura en la que prima la inmediatez, plagada de abreviaciones inglesas como LOL, XOXO y WTF. También abundan faltas de ortografía manifiestas como la costumbre de omitir signos de exclamación e interrogación, o no poner acentos. No teman los sesudos decodificadores de la piedra Rosetta: escribir mal en los mensajes de WhatsApp no necesariamente implica que el nivel de ortografía vaya a bajar.
Según un estudio que analizó cómo usaban este tipo de expresiones en 55 niños de entre 10 y 13 años, el uso de estas innovaciones "está positivamente relacionado con el rendimiento gramatical y no afecta a sus funciones ejecutivas”. Es más, las nuevas tecnologías pueden ser beneficiosas para lograr una buena competencia lingüística, ya que "hacen que los jóvenes escriban más, lean más y reflexionen más sobre la lengua, porque están continuamente expuestos al público y vigilan más la calidad lingüística", explica la profesora de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya Ona Domènech, en la página web de la entidad. Eso sí, parece que los niños aprenden mejor con libros de papel.
La interesante explicación es que, a pesar de que un estudio de la Universidad de Alcalá alertó de que el 90% de los jóvenes entre 14 y 30 años admite que comete faltas de ortografía cuando escribe en las redes sociales, lo que hacen no es exactamente escribir. El profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC Ferran Lalueza apunta que las redes sociales son plataformas para la interacción con los demás, y que ello conlleva que, «aunque sea por escrito, en realidad lo que se hace es conversar con las personas que se perciben como próximas, y con las que se comparte un entorno virtual. Los jóvenes utilizan este nuevo lenguaje porque se adapta muy bien a las características del entorno digital y, además, les permite compartir un código común que genera complicidad y sentimiento de pertenencia», razona Lalueza. No todo el mundo comparte ese código, así que aquí va un consejo para quienes lo ignoran: si no pones punto final en los mensajes de WhatsApp parecerás borde y poco sincero. WTF!
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