'Extraperlo': cuando una 'banda' de artistas de primer nivel se junta para vender su obra barata

En el límite del bien y del mal, de lo legal y de lo prohibido, de lo público y lo clandestino, y bajo el paraguas del Madrid Design Festival, nace Extraperlo, "una plataforma que investiga una nueva visión del diseño contemporáneo", comisariada por el diseñador malagueño Jorge Penadés y que se inaugura con una exposición con aroma a speakeasy, en la que todas las piezas caben en una caja de zapatos y se compran a tocateja.

Hermès le llama para colaborar en algunos de sus proyectos, The New York Times alaba su trabajo, y algunas de sus obras, a pesar de su juventud, forman parte ya de las colecciones permanentes de museos como el Vitra. Pero en esta ocasión no ha venido a hablar de su libro. No es momento de autobombo para Jorge Penadés. De hecho, lo que busca con Extraperlo es dar cancha a todos aquellos que participan en el proceso creativo y cuyos nombres suelen perderse por el camino, y abrir de par en par las puertas del campo del diseño.

"Los diseñadores somos los que nos llevamos todo el reconocimiento, pero hay un montón de gente a nuestro alrededor que aporta y hace que nuestro trabajo sea mejor y se visualice, pero que normalmente están en la sombra", explica. "La forma tradicional de entender la profesión es generar resultados tangibles a partir de una idea pero no siempre es así, porque un diseñador puede ser comisario, fotógrafo, periodista, hacer un documental…".

De ahí que en esta exposición, la primera bajo el paraguas de la plataforma, que tendrá lugar del 11 al 17 febrero al hilo del Madrid Design Festival en un espacio pseudosecreto —que no es otro que el taller de Penadés, Oficina Penadés, spoileamos—, se pueda ver (y comprar) obra de una docena de "amigos y amigos de amigos" con un perfil no tradicional en el sector creativo.

Obra nunca vista y artistas de difícil acceso

Son autores que no se sienten cómodos encasillados en una sola faceta, como Nacho Alegre, editor de Apartamento Magazine, que además trabaja como fotógrafo y vende su obra en contextos artísticos; Guillermo Santomà, quien produce trabajos espaciales, pero también escribe y diseña; María Cristina Didero, editor-at-large de Icon Design Italia, periodista y comisaria de, entre otras, la exposición del décimo aniversario de Fendi en Design Miami (esas 10 fuentes inspiradas en 10 iconos de la marca) y es una experta de arquitectura radical italiana de los años 60.

"He querido traer a autores de una escena internacional de vanguardia, a los que de otra manera sería imposible que el público en general tuviese acceso, como Chen & Kai Williams, de Nueva York, Tomás Alonso, que tiene su sede en Londres, Marlène Huissoud, de Francia, Kwangho Lee, de Seúl…". La mayoría exponen por primera vez en España y el trabajo de muchos de ellos nunca ha sido expuesto. "Normalmente puedes comprar obra de un diseñador, pero de un comisario, de un periodista o de un profesor de la Universidad de Chicago es más complicado".

Junto a todos ellos, Jorge quiere dar la oportunidad a diseñadores jóvenes con "mucho talento pero que aún no tienen el reconocimiento que se merecen", como Julen Ussia, un ceramista vasco con sede en Barcelona, con el que el propio Penadés ha hecho una colaboración para esta primera edición de Extraperlo.

Experimentos de estraperlo

Penadés insiste en el carácter estraperlista de la iniciativa, que va desde su propia imagen, un billete de 50 euros intervenido que ha tenido que torear las normas de la Real Fábrica de Moneda y Timbre para ser reproducido, a la que quizás sea la obra más llamativa de la muestra, Santocristo, de Guillermo Santomà: un puro Montecristo vaciado y con 50 euros de marihuana dentro, que vuelve a jugar con los límites de lo legal. Pero también el hecho de que todos ellos venderán su obra de "estraperlo" y solo se podrán abonar en efectivo.

Como en el buen mercado negro aquí cabe de todo, desde las versiones beta, a la pieza sobre la que se cayó una taza de café o la que se descartó por el camino. Cabe el ensayo, el piloto y el esbozo. El cambio de planes a última hora o el embrión de un gran proyecto. Porque otra obsesión de Penadés era que esta no fuese una exposición de piezas terminadas, pulidas y relucientes, sino más bien "una lanzadera de nuevas ideas". "Normalmente los creativos tenemos muchas cosas en mente pero nos falta tiempo, dinero y contextos para llevarlas a cabo", explica. "Quería que aquí se enseñara lo que hay de puertas adentro de un taller o un estudio".

Aquí cabe todo. Pero cabe en poco espacio. Exactamente lo que mide una caja de zapatos, el tamaño máximo admitido para todas las obras. "La escala es el único límite que han tenido los autores. Todas tienen que entrar ahí. Este es un proyecto autofinanciado y esta, la única manera con la que nos podemos permitir tener piezas de estos autores: de otra forma, sería imposible por temas de costes de envíos y de seguros". Otra razón es que Penadés buscaba que fuera algo democrático (las obras cuestan entre 100 y 500 euros), para que los diseñadores recuperen su inversión y la gente pueda llevarse a casa por 150 euros "un souvenir u objeto fetiche de un autor al que sigue o respeta, y cuyas piezas pueden llegar a venderse por 25.000 euros".

La muestra se sale también de lo convencional en su presentación, en el taller de Penadés. "Huimos del cubo blanco y de las bases con peanas blancas y, por ejemplo, tenemos una pieza expuesta en una estantería de Xabi Mañosa, del estudio barcelonés Apparatu, y otras, sobre piezas de mi última colección de cristal, sobre una mesa de comedor, o sobre una caja de transporte".

Este es un primer paso, "una especie de manifesto", concluye Penadés. "Esperamos que todos los años durante el festival pueda seguir invitando a amigos y amigos de amigos, y entre todos seguir contribuyendo a ampliar el discurso creativo".