Visto en Miami: nostalgia y butacas psicodélicas marcan la tendencia en arte y diseño
Soluciones de posguerra se transforman en objetos de lujo y un sofá-graffiti, sillas de resina y sillones de peluche acaparan la atención en la feria más importante de Estados Unidos
A Miami le ha costado poco más de una década añadir su nombre a la lista de las capitales del arte y del diseño. Lo volvió a demostrar el fin de semana pasado, durante la celebración de una nueva edición de Art Basel Miami Beach, convertida en cita capital del otoño cultural, y de las numerosas ferias que orbitan a su alrededor. El principal de todos esos satélites es Design Miami, cita de referencia para el sector en Estados Unidos, donde se registraron movimientos sísmicos que apuntan a lo que marcará tendencia en los próximos meses. Aquí van algunos ejemplos:
Revisitar el pasado
Algunas de las 33 galerías participantes en la 14ª edición de la feria, procedentes de 12 países distintos, optaron por echar la vista atrás. En el espacio del galerista parisino Patrick Seguin destacaba la mítica casa desmontable que Jean Prouvé ideó durante la posguerra [1], que fue pensada para la reconstrucción acelerada que se imponía en las ciudades francesas.
La versión renovada que fue presentada en Miami convierte aquel austero modelo de madera en una especie de gimnasio ascético, con saco de boxeo, rincón para practicar el yoga y libros de autoayuda en la estantería. Lo tenía todo para caer en el ridículo, pero acabó siendo una de las sensaciones de la feria. "Tendría que haber resultado cansino, petulante e incluso irritante. Y, sin embargo, no lo fue", sentenció la revista Metropolis.
En la misma línea, la llamada chaise pour les sinistrés (silla para los damnificados) que René Gabriel fabricó para la población desplazada por la Segunda Guerra Mundial figuró en un espacio comisariado por el decorador Malcolm James Kutner.
Que diseños pensados para situaciones de urgencia social durante uno de los capítulos más trágicos del siglo XX devengan codiciados objetos de lujo dice bastante sobre este loco 2018.
Los muebles de Disney
Otros expositores rescataron muebles del pasado para trasplantarlos al presente. Por ejemplo, la galería Peter Blake recuperó los diseños del alemán Kem Weber, que hizo carrera en California después de que la Gran Guerra estallara en su país mientras estaba de viaje de negocios. En su patria de adopción, Weber se convertiría en uno de los adalides del estilo streamline. A finales de los años 30 llegó a ser contratado por Walt Disney como arquitecto jefe de sus nuevos estudios en Burbank.
En Design Miami se pudieron ver sus sofisticadas butacas de ejecutivo, sus elegantes mesas de dibujante y sus taquillas de madera para los trabajadores del imperio Disney [2], que parecen perfectamente compatibles con el furor por el estilo midcentury modern, que hace estragos desde hace varios años en ambas costas estadounidenses.
Maestros y revelaciones
Refiriéndose a un pasado más reciente, la influyente Salon 94 resucitó la Pratt Chair (1984) [3] de un maestro como Gaetano Pesce, cuyas texturas líquidas y formas rayanas con la psicodelia parecían contagiar ciertas propuestas de los diseñadores jóvenes. Por ejemplo, en el espacio de la galería neoyorquina R & Company, la pujante Katie Stout causó sensación con sus lámparas antropomórficas, versiones escuálidas de las esculturas plus size de Niki de Saint Phalle.
También gustó el papel de pared experimental de Philippe Malouin [4], libremente inspirado en los cut-outs de Matisse, dispuesto a convertir el más anodino comedor en una obra de arte total gracias a materiales de coste reducido.
Por último, destacaron los sofás del coreano Sang Hoon Kim [5] para la galería neoyorquina Cristina Grajales, espectaculares canapés de espuma revestidos con capas de pintura derramadas en modo dripping.
Marcas estelares
Louis Vuitton presentó una nueva entrega de Objets Nomades, su colección de muebles encargados a estrellas de la disciplina como Patricia Urquiola, Marcel Wanders o los hermanos Campana, que presentaron una versión aterciopelada de la silla colgante Cocoon [6].
En un stand vecino, los hermanos brasileños unían fuerzas con Kaws —el astro del street art que a su vez encadenó su colaboración con Kim Jones en Dior— con una serie de sillas en conglomerado de peluches rosas y negros [en la imagen principal del artículo] para Friedman Benda. Los cuatro modelos expuestos en Miami fueron vendidos durante las primeras horas de la feria.
Por su parte, el artista ruso Harry Nuriev, creador de los ascendentes Crosby Studios, se libró a un ejercicio de ironía superponiendo el logo de Balenciaga —se supone que con permiso de Demna Gvasalia— a un peculiar mobiliario de oficina que incluía, entre otros objetos sui generis, una silla de trabajo en encaje de Calais y una fotocopiadora en roble macizo [7].
Fendi presentó The Shapes of Water [en el vídeo], un proyecto de la artista Sabine Marcelis que utiliza el agua como instrumento para el diseño (mira el vídeo al final del artículo). En su espacio en Design Miami presentó pequeñas fuentes en resina transparente inspiradas en los símbolos de la mítica firma romana, que se elevaban sobre una base de mármol travertino, el material que reviste el Palazzo della Civiltà Italiana, sede de Fendi desde 2015.
Cerámica para las masas
Al otro lado del puente que separa la ciudad de su playa, J.W. Anderson volvió a convertir la tienda de Loewe en el Design District del downtown de Miami en una sofisticada galería de arte. Fue la cuarta edición de sus llamados Chance Encounters, que reúnen obras a cargo de artistas de su agrado, sean de la disciplina que sean.
Esta vez, el diseñador norirlandés seleccionó las obras textiles de Andrea Buttner [8], recientemente nominada al premio Turner, y el fascinante trabajo del ceramista británico Ian Godfrey [9], que murió de sida en 1992. Anderson dice que empezó a coleccionar cerámica porque no tenía suficientes recursos para invertir en arte contemporáneo. Sin embargo, los precios distan cada vez menos.
El fenómeno de la cerámica contemporánea en el mercado también tuvo su reflejo en Miami Beach. En los pasillos de Art Basel, se pudieron ver las obras de Kahlil Robert Irving (Callicoon) [10] o Pia Camil (Instituto de Visión), además de un abundante contingente de cerámica coreana en el espacio de Lohmann Gallery, en la que sobresalía el trabajo de Ahuryn Lee, mezcla de técnica ancestral y sensibilidad actual. "Para que algo sea contemporáneo, debe reflejar tanto el pasado como el futuro", dejó dicho Anderson, cerrando el círculo.
'The Shapes of Water' by Sabine MarcelisIntroducing “The Shapes of Water” by Sabine Marcelis: a series of installations that celebrate a decade of our creative partnership with Design Miami.
Gepostet von Fendi am Mittwoch, 5. Dezember 2018
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