Heinz Sielmann, el ‘señor pájaro carpintero’ que solo cazaba animales con su cámara
El biólogo, zoólogo y conservacionista alemán se hizo famoso por 250 documentales para la televisión y el cine con aspectos desconocidos sobre el comportamiento animal
Heinz Sielmann admiraba el contacto de su padre por la naturaleza, pero en lugar de aficionarse con una caña de pescar o un rifle, como su progenitor, se dedicó a perseguir animales con unos simples prismáticos. De esta forma tan sencilla el pequeño Heinz descubrió su pasión por las aves, a las que seguía con sus anteojos con algunos sacrificios, como levantarse temprano para observarlas antes de ir al colegio, y también con algunos disgustos, como las malas calificaciones por el mismo motivo.
Con los años, Heinz Sielmann cambió almacenar imágenes solo para él por la divulgación, y de sus prismáticos y sus cuadernos pasó a su cámara de fotos y de filmación para capturar animales y dar a conocer sus comportamientos. De esta forma se convirtió en un famoso documentalista científico con un programa estrella durante años en la televisión alemana que también se exportó a numerosos países. Reconocido con premios a nivel internacional, viajó por África para grabar tortugas, gorilas, ardillas,… pero su predilección siempre fueron las aves, hasta el punto de que se le conoce como Mr. Woodpecker (señor pájaro carpintero) por ser el primero que introdujo cámaras en sus nidos y descubrió aspectos desconocidos e íntimos en la relación padres e hijos dentro de los árboles.
Heinz Sielmann nació el 2 de junio de 1917, en Rheydt (Alemania). Siempre en contacto con la naturaleza, su familia se trasladó a Prusia oriental cuando él tenía 7 años. Allí compaginó su afición a observar aves en campo abierto con la de ver películas sobre animales. Sin embargo, llegó un momento en el que su imaginación voló más alto que las propias aves y las calificaciones en el curso se resintieron tanto que hasta le retiraron los prismáticos y lo castigaron sin tiempo de observación de la naturaleza. Consciente de su error, se enmendó tanto que cuando las notas volvieron a ser buenas su madre le regaló una cámara de fotos.
Con solo 17 años Heinz Sielmann presentó sus observaciones científicas en el Instituto Zoológico de Königsberg y tras completar la escuela secundaria tenía tan claro su futuro que estudió Biología y Zoología en la Universidad de Königsberg. En 1938, con 21 años, realizó su primera película, aún muda, ‘Voegel über Haff und Wiesen’ (Pájaros por bahías y praderas), el primero del total de 250 títulos que forman su filmografía entre documentales para el cine y capítulos de televisión.
Desde 1939 el joven Sielmann trabajó en las Fuerzas Armadas de la Alemania Nacionalista como instructor en la escuela de noticias de la Fuerza Aérea en Poznan. Después del estallido de la Segunda Guerra Mundial fue liberado del servicio militar para la investigación ornitológica. Trabajó en la isla de Creta y fue capturado por los británicos, que lo llevaron a Inglaterra, pero le dejaron trabajar en la BBC al ver su material científico.
De todos los animales con los que trabajé, los pájaros carpinteros son mis favoritos porque pude descubrir muchos datos nuevos sobre la biología de estas aves
Después de la guerra Heinz Sielmann se convirtió en cámara para el Instituto de Cine e Imagen en Ciencia y Educación en Múnich. Comenzó a realizar películas de la naturaleza como director y como cámara, que obtuvieron reconocimiento internacional. También produjo documentales para educar en los colegios que influyeron en varias generaciones de estudiantes en la Alemania occidental de la posguerra, y es que la particular técnica que utilizó en sus películas de animales tuvo una gran aceptación por lo novedoso que resultaba.
En 1949, se estrenó su primer largometraje, ‘Canción de lo salvaje’. Con las películas ‘Rápido, la ardilla’ (1952) y ‘Carpinteros del bosque’ (1954), recibió sendos German Film Award, los premios más prestigiosos del cine alemán. Por la última película, además, fue bautizado como “el señor pájaro carpintero” por mostrar en ella la misteriosa vida de estas aves con un grado de profundidad que no se había visto hasta entonces, colocando cámaras dentro de sus nidos para lograrlo.
La película fue un gran éxito a nivel mundial y, más adelante, se escribió un libro sobre su rodaje en el que el propio Sielmann confesó que “de todos los animales con los que trabajé, los pájaros carpinteros son mis favoritos porque pude descubrir muchos datos nuevos sobre la biología de estas aves”.
El primer largometraje fue realizado por Heinz Sielmann con el patrocinio de la familia real belga en el antiguo Congo en 1957: ‘Señores de la jungla’, que se convirtió en un éxito internacional y por el que recibió un premio en el Festival de Cine de Moscú. Debido a su prestigio internacional, en 1960 Sielmann comenzó con sus numerosas producciones propias, que proporcionó a la televisión alemana y destinadas también a la educación escolar. La mayor fama y popularidad de Sielmann fue, sin duda, a través de la serie de televisión ‘Expediciones al reino animal’, que produjo hasta 1991 ininterrumpidamente en más de 170 episodios para el canal ARD.
En 1962, un documental rodado en las Islas Galápagos, ‘Galápagos, isla de ensueño del Pacífico’, junto al científico Irenäus Eibl-Eibesfeldt, autor de algunas de las sensacionales imágenes rodadas bajo el agua, le valieron un Oso de Plata en la Berlinale. Un año después, en 1963, Heinz Sielmann se embarcó en una expedición a la jungla de Papúa Nueva Guinea para registrar a las llamadas aves del paraíso, jamás vistas hasta entonces. La película fue estrenada en 1965 también con gran éxito. Asimismo, la película documental estadounidense ‘La crónica Hellstrom’ (1971), que recibió en 1972el Oscar a la Mejor Película Documental, contó con su colaboración.
La esposa de Sielmann, Inge, formó con él un solo espíritu al acompañarlo en todas sus expediciones, pero el feliz matrimonio recibió un duro golpe en su vida en contacto con la naturaleza al conocer que su único hijo, Stephan, había muerto a la edad de 24 años en un accidente durante una expedición en Kenia en 1978.
Durante la década de 1980, Sielmann se involucró cada vez más en cuestiones ecológicas, especialmente en la entonces República Federal, donde llamó la atención sobre los paisajes en peligro. A raíz de la reunificación alemana propuso transformar la conocida como “franja de la muerte”, en la frontera interior de Alemania, en un parque nacional.
En esos años no paró de viajar y de rodar y continuó con su producción de documentales de divulgación animal con la serie ‘El informe Heinz Sielmann’, que produjo junto con World Wildlife Fund (WWF) y se emitió por primera vez en 1993. También realizó, en 1996, cuatro episodios del programa ‘La aventura natural de Sielmann’, que fue su último trabajo audiovisual.
Heinz Sielmann creó en 1994 una fundación para conservar la naturaleza que lleva su nombre, adquiriendo para ello una reserva natural en Brandenburgo en 2002 como hábitat para especies en peligro de extinción. En 1995 presentó su autobiografía con el libro ‘Mi vida’, en la que anunciaba su intención de dedicarse plenamente a la defensa activa de los animales pero dejando la filmación y cambiándola por la disertación.
Durante su larga trayectoria, Heinz Sielmann recibió numerosos galardones, entre ellos cinco premios nacionales de cine en Alemania, la Cruz Federal al Mérito de Primera Clase, la Gran Cruz al Mérito de la Orden del Mérito de la RFA y el Arca de Oro de la WWF. Fue Profesor Honorario de la Universidad de Munich desde 1994 y en 1997 le concedieron la Gran Cruz del Mérito con Estrella de la República Federal. En otoño de 2001, el biólogo fue galardonado con el Görlitzer Meridian Nature Film Award y también recibió el premio internacional de la iniciativa económica y medioambiental BAUM en octubre de 2004. Un año después, en 2005, fue galardonado con la Orden del Mérito del Estado de Brandeburgo y con el Premio Alemán de Medio Ambiente.
Heinz Sielmann murió el 6 de octubre de 2006 en Múnich, a los 89 años. Desde ese momento, numerosas escuelas alemanas llevan su nombre y la fundación que creó sigue consagrada a difundir la “filosofía positiva de la naturaleza” y a enseñar a los más jóvenes el amor por el entorno natural y la ecología.
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