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Una mujer da a luz sola en la bañera de un hotel con tutoriales de YouTube

La estadounidense Tia Freeman se puso de parto en un viaje a Alemania y siguió paso a paso lo que los vídeos de Internet le decían

Tia Freeman, con su hijo Xabier Ata Freeman en brazos.
Tia Freeman, con su hijo Xabier Ata Freeman en brazos.

Tia Freeman, una mujer de 22 años de Nashville (Tennessee, Estados Unidos), dio a luz a su primer hijo Xabier Ata Freeman el pasado 7 de marzo de 2018. Xabier sería uno más de los 370.000 niños que nacieron ese mismo día salvo por un detalle: su madre parió completamente sola en la bañera del hotel en el que se alojaba en una escala de su vuelo a Alemania. Su única ayuda fue un tutorial de YouTube. Lo contó a un amigo la propia protagonista en un hilo de Twitter, acompañado de gifs animados, fotos y emojis, el 24 de abril, que han recogido cientos de medios.

El propio embarazo de Tia, informática de la Fuerza Aérea de EE UU, fue raro desde el principio. La estadounidense, que vive en Virginia, se enteró a mediados de enero que iba a ser madre, apenas dos meses antes de dar a luz. Su cuerpo apenas había cambiado y seguía tomando la píldora, razón por la que pensaba que no menstruaba. 

Cuando se enteró de que estaba encinta, Freeman tenía planeado un viaje de turismo a Alemania a visitar a un amigo, Jakob Johnson, y hasta había comprado el billete de avión. Entró "en fase de negación" y decidió no contarlo a nadie, como si al no hacerlo el bebé fuera a desaparecer. Pero no lo hizo, claro está. Y Tía decidió segui adelante con el viaje. Según sus cálculos, no salía de cuentas hasta después de regresar. "Bueno, si todo va según lo previsto, debería ir bien'", explica Freeman a Newsweek. Pero se puso de parto dos semanas antes de la fecha prevista.

El relato de su parto comienza ya en el avión hacia Estambul, un viaje de 14 horas en el que tuvo que comer salmón a pesar de ser vegetariana porque no había ningún menú sin carne. En ese momento le "empezó a doler la barriga", lo que achacó a una "intoxicación alimentaria" al no estar acostumbrada a comer pescado.

"No sabía si era el salmón, el vuelo o que había llegado mi momento, pero me empezó a doler la tripa. Quedaba una hora para aterrizar y estaba convencida de que tenía una intoxicación alimentaria. Me dolía todo", escribe Freeman en su Twitter. Pensó que si dormía se le pasaría, pero al desperar todavía tenía más calambres.

Ya en tierra, Freeman tenía que esperar 17 horas en la capital turística de Turquía hasta la salida de un nuevo vuelo rumbo a Alemania, pero sus dolores fueron a peor. La joven decidió pasar esas horas en un hotel y antes de llegar se dio cuenta de que el parto había comenzado. "Solo quiero llegar al hotel. Me agarro a la barandilla intentando hacer la cola de aduanas. Siento que estoy a punto de desmayarme. Estoy sudando. Tengo ganas de vomitar. Y entonces me digo: 'Un momento, ¿no estaré de parto?", narra.

Como nadie la entendía ni conocía el número de emergencias, en un país extranjero y sin hablar el idioma, decidió ponerse "en modo millenial" y buscó "qué hacer en YouTube". Lo primero que aparecieron fueron vídeos de cómo dar a luz en el agua y los siguió al pie de la letra. Comenzó a llenar la bañera con agua tibia, se metió en ella en la posición indicada y mordió una toalla mientras empujaba. "Es extraño lo mucho que se concentra una cuando empieza a subir la adrenalina. En ningún momento me volví loca. Simplemente hice lo que tenía que hacer, como diciendo 'demos a luz este bebé", continúa.

"Nunca había sentido tanto dolor en mi vida", confiesa, para añadir que todo "pasó rápido". Tras cinco o seis empujones, el bebé salió. Ahí mismo se esteró de que era un varón. "Déjame que te diga que los bebés flotan. Ese pequeño bromista hizo 'blup' y apareció sobre el agua como una boya", se ríe. Ya puestos, la estadounidense configuró la carta astral de su hijo mediante una aplicación del horóscopo, después masajeó su abdomen para expulsar la placenta sentada en el váter, cortó el cordón umbilical con un cuchillo y lo pinzó con los cordones de sus zapatillas, que previamente había esterilizado con un hervidor eléctrico para el té que tenía en la habitación.

Al día siguiente, Tia se fue con su bebé, al que había vestido con una de sus camisetas favoritas, en el aeropuerto. Los empleados la llevaron al consulado de EE UU, donde le proporcionaron un traductor y la llevaron al hospital, donde examinaron a madre e hijo. "¡Él está perfectamente sano! Los doctores se sorprendieron al escuchar mi historia".

Una vez demostrado que el pequeño era su hijo, le dieron un certificado de nacimiento del niño. El bebé se llama Xavier Ata Freeman porque una empleada del aeropuerto que le sugirió que le pusiera un nombre turco. La compañía Turkish Airlines se volcó con ella. "Este ha sido sin duda mi mejor vuelo ¡Todos fueron tan amables! Le compraron su primer atuendo porque estaba casi desnudo cuando llegó", explica.

"La primera persona a la que se le conté fue a mi abuela y estaba completamente conmocionada", revela Freeman. Después, llamó a su mejor amiga. La abuela de Freeman se le contó a su madre, quien la llamó, decepcionada porque su hija no le había contado nada obre el embarazo, pero que estaba emocionada de tener un nieto.

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La joven madre y su amigo Jacob, que opina que es "una historia asombrosa con material para una película" y que las "mujeres pueden hacer cualquier cosa" compartieron su experiencia en Twitter, donde se ha hecho viral. Ella aún no entiende por qué. "Bien, ¿no tiene la gente bebés todos los días? ¿Por qué es éste tan especial?" Y en otro tuit añade: "Todavía no entiendo que hay de chocante en mi historia. Quizá lo sepa algún día".

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