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Muchos lectores de mis posts deben de haberse sorprendido al leer la noticia sobre la criptomoneda Petro en Venezuela. Quisiera romper mi costumbre de escribir sólo un post por mes para presentar mis observaciones sobre esta propuesta.

En primer lugar, me gustaría destacar que Venezuela no es el único país que piensa en implementar una criptomoneda: Estonia anunció en agosto que está estudiando la posible puesta en marcha de su propia criptomoneda, Estcoin, y otros países como Rusia y China también están considerando la misma posibilidad. Pero lo que distingue Petro de otras criptomonedas nacionales es el respaldo, pues la venezolana no se creará del aire sino contará con petróleo y otros bienes tangibles como oro, gas y diamante.

Tampoco es nueva la idea de emitir una moneda respaldada con bienes tangibles. Ya en un post anterior he presentado la experiencia del Banco de Horas Comunitario en Capilla del Monte (Argentina) y la propuesta de Terra. Se implementó la moneda Sol para cubrir los gastos de la cooperativa escolar mientras que Terra pretende facilitar la conversión de diferentes recursos naturales en liquidez para ayudar a países en vías de desarrollo con esa riqueza a salir adelante. Podemos decir que Petro será un modelo muy similar a Terra, ya que ambos están respaldados con productos de esta categoría.

Desde mi punto de vista teórico, Petro será más seguro que las criptomonedas de tipo fiat como Bitcoin que carece de ningún respaldo. El único motivo que da fe a las criptomonedas es el hecho de que hay personas y/o entidades que estén dispuestas a aceptarlas, y es probable que, tras el frenesí especulativo, la gente comience a rechazarla al no encontrar su utilidad (véase en este post mi crítica a Bitcoin).

Otra cosa que necesito destacar es el hecho de que el sistema monetario vigente no está diseñado para funcionar duraderamente: La creación monetaria como deuda requiere que se devuelva no sólo el principal sino también las tasas de interés, y por esta definición siempre falta dinero para satisfacer todas las necesidades (véase en este otro post para más informaciones sobre la insostenibilidad del nuestro sistema monetario). De ahí que la emisión de una moneda respaldada con distintos bienes presenta la posibilidad de superar este defecto.

Petro será más seguro que las criptomonedas como Bitcoin

Es necesario, sin ninguna duda, que esta nueva criptomoneda sea apropiadamente gestionada para seguir siendo confiada. Tanto la sobreemisión intencional de la moneda como los fallos tecnológicos dañarán la confianza de los venezolanos al nuevo sistema monetario. Por lo tanto es necesario controlar la masa monetaria para evitar inflación y también perfeccionar los detalles tecnológicos para impedir la circulación de Petro falsificado.

Otro punto importante para el éxito de Petro, en base a las circunstancias económicas del país, es su aceptación a nivel internacional. Como Venezuela depende de productos importados, es fundamental que esta criptomoneda sea aceptada en el exterior para que sigan llegando estos bienes y se satisfagan las necesidades de los venezolanos. Habría que pensar bien en cómo cerrar el circuito para garantizar que todo el Petro que salga del país retorne al fin y al cabo a la mano del emisor y termine su ciclo de vida.

Aunque parece ser una iniciativa de un país en apuro, es imprescindible recordar que España no es ajena a la crisis económica que sigue azotando todo el planeta. Si Venezuela consigue superar la crisis económica o al menos atenuar sus impactos mediante este medio paralelo de intercambio, probablemente otros países adoptarán este modelo para conseguir más soberanía monetaria. Merecería la pena que España también empezase a analizar la viabilidad de una moneda similar, respaldada con productos típicos, con el fin de conseguir más liquidez y por lo tanto tener más mano libre.