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Toda la verdad sobre el grano de Marco Asensio

Y lo que debe hacer para que no le pase a usted

"Marco Asensio no está bien por su grano", respondía Zinedine Zidane entre risas a un periodista que le preguntaba por la ausencia del centrocampista para el partido de Champions del Real Madrid contra el APOEL.

¿En serio un futbolista que cobra millones puede ser baja por un simple grano? Las coñas se dispararon en redes sociales y más cuando se dejaba caer sotto voce que había sido a raíz de una depilación con cera.

¿Cómo puede un simple tirón causar tamaña protuberancia capaz de dejar en el banquillo a un mozo joven, bien alimentado y entrenado? Si usted también dio rienda suelta a su socarronería con el asunto ya puede ir pidiendo perdón.

Al grano, en dermatología, hay que llamarlo por su nombre: foliculitis. Imaginemos que la piel es como el suelo. Arrancas una planta, con raíz y todo y desbaratas el terreno, lo dejas rajado. Al extraer por tracción el vello, bien por cera o con una depiladora eléctrica, sucede algo similar. Generamos microheridas que por las que se cuelan los gérmenes que habitualmente viven sobre la piel”, explica el doctor Julián Conejo-Mir, catedrático y jefe del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.

Antes de seguir con la historia visualice su piel como un mare magnum por donde campan a sus anchas bacterias, hongos, ácaros y virus dispuestos a montar la marimorena dentro del cuerpo y solo detenidos por esa barrera infranqueable que es nuestro pellejo.

Por qué salen estos granos

"Una piel sana viene a ser como el escudo protector del Enterprise. Para que funcione como una muralla infranqueable, además de no tener roturas, debe tener un manto lipídico (una capa grasa) con pH 5,5. Esto es lo normal en todos los humanos. Con ese pH ácido mantenemos a raya la proliferación indeseada de esa microbiota o flora cutánea".

El problema es que "hay personas que se duchan muy a menudo y entre el agua y el jabón reducen esa capa o alteran el pH. También están los pacientes con dermatitis atópica, que al tener la piel muy seca, no mantienen ese nivel de acidez”. Ahora échese a temblar. Con la acidez de la barrera disminuida o su manto lipídico en las últimas los gérmenes se vuelven fuertes. Algo así como una panda de zombis hambrientos frente a una valla desvencijada. Haga un agujero en la empalizada y ya puede imaginar el final de la película.

Bueno, no. Que aún llegan refuerzos para los invasores desde su propio cuerpo. “Por si fuera poco, el pelo comparte orificio de salida con la glándula sebácea, que es la que segrega la grasa necesaria para el equilibrio de la piel, y la apocrina del sudor. Ahí también habitan de forma saprófita microorganismos que, de pronto, se topan con una oquedad llena de sangre, suero… Un hotel de cinco estrellas donde el bicho está encantado, se vuelve patógeno y empieza a proliferar”. En otras palabras: entre los que entran y los que ya estaban allí le montan una infección en un abrir y cerrar de ojos. Ya tenemos la dichosa foliculitis. O sea, el grano.

Y aquí, como en todo, hay granos y granos. Procure no reírse una vez más porque la cosa puede ser más grave de lo que parece. “Hay foliculitis que en casos excepcionales pueden crear una septicemia [infección grave por gérmenes en sangre]. En más ocasiones, derivan en furúnculo, que es una infección en la piel localizada a nivel más profundo. Puede cursar dolor, gran inflamación, incluso, fiebre. En esas circunstancias un jugador no muere, pero tampoco rinde al nivel de exigencia de un equipo titular”.

¿Y ahora, qué? Pues agradecer a Fleming que vele por la Champions y sus huestes. “Con un antibiótico fuerte como la azitromicina en 3-4 días está curado. Si es penicilina se tarda alrededor de una semana”. En este momento entra en juego la farmacia, que cura, pero deja hecho unos zorros durante unos días, por muy futbolista de élite que uno sea. De ahí también lo de no alinearlo.

Para que no le pase a usted

Llegados a este punto seguro que se han acabado las sonrisas y tal vez se pregunte si esto le puede suceder a usted y cómo evitarlo. "Cualquiera que se depile por tracción, incluso con láser, y deje microheridas, está expuesto a una infección. Y más si se suda inmediatamente después".

Les sucede, por ejemplo, "al 99% de los varones que se depilan en verano con cera los pelos de la espalda. Son vellos más gruesos que dejan una lesión mayor en la piel, lo que aumenta el riesgo de infección. La solución para evitarlo es simple: acudir a la depilación con la piel limpia y desinfectada e, inmediatamente después, aplicar un antiséptico como la clorhexidina en spray, que se compra en cualquier farmacia".

Estas lesiones post depilatorias tardan dos días en curar. En esas 48 horas olvídese de hacer deporte para no liarla más con su propio sudor. “Tampoco conviene compartir las toallas ni usar ropas muy apretadas para evitar roces. Y hay que evitar las prendas sintéticas o de compresión – desde los neoprenos de los submarinistas a los maillots de los ciclistas o las mallas de los corredores – para que no se produzca una concentración mayor de gérmenes sobre esa lesión abierta”, explica la doctora Izaskun Astoreca, experta en depilación láser de Clínica Bioláser La Moraleja. Este tipo de depilación definitiva es el que se sugiere desde la Academia Española de Dermatología y Venereología para librarse del vello y de la foliculitis con mayor seguridad (eliminado el pelo por el poro ya solo sale sebo y, si toca, sudor apocrino. Esto es, menos posibilidades de infección).

Porque, para terminar de fastidiar el escenario, puede que la proliferación patógena no suceda al poco de retirar el vello. Sino días después, cuando nace el nuevo. “Es la llamada pseudofoliculitis: el vello es muy débil y no rompe con facilidad la barrera de la piel. Entonces sigue creciendo hacia el interior hasta incrustarse. El organismo reacciona como si fuese un cuerpo extraño generando una inflamación que puede infectarse”, explica la doctora.

Si la cosa alcanza proporciones serias será necesario recurrir a la microcirugía, con los subsiguientes puntos de sutura, para liberar al dichoso vello desorientado. Llegados a este punto de horror dermatológico es muy probable que queden pocas ganas de risas. Y sí de cuidar su piel, tanto si se depila como si no. Por si las moscas.

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