Nansen: un investigador trotamundos para África
Noruega y la FAO presentan un nuevo buque oceanográfico para servir a países en desarrollo
Zoólogo, explorador, científico y diplomático. El noruego Fridtjof Nansen (1861-1930) se asomó a los misterios de los océanos y luchó por la paz entre naciones (hasta recibir el Premio Nobel), colaborando con el embrión de lo que hoy son las Naciones Unidas. Desde 1975, un programa que lleva su nombre estudia las aguas y los recursos pesqueros en países en desarrollo de África, Asia y América Latina. Desde hoy, un nuevo buque R/V Dr. Fridtjof Nansen, que navegará bajo pabellón de Naciones Unidas, ayudará a estos Estados a analizar y gestionar sus mares.
El proyecto conjunto de la FAO (agencia técnica de la ONU para la alimentación y la agricultura) y el Instituto de Investigación Marina (IMR) de Noruega han presentado hoy en Oslo el nuevo barco, construido en España por los asturianos Astilleros Gondán y que ha requerido una inversión de algo más de 60 millones de euros. "Las actualizaciones de los instrumentos acústicos hacen de este uno de los barcos oceanográficos más avanzados del mundo", se felicitaba Kathrine Michalsen, investigadora principal del IMR, en declaraciones a la web del proyecto.
Además de incorporar última tecnología, el nuevo R/V Dr. Fridtjof Nansen es más grande que sus predecesores: tiene 75 metros de eslora y puede acomodar a 30 científicos, además de los 15 miembros de la tripulación. Esto es importante ya que los expertos de los países locales (como Ghana o Senegal) que participan a bordo en la recogida de datos, no solo aportan su conocimiento local, sino que en muchas ocasiones les sirve para formarse. "El trabajo aquí es único porque se lleva a gente de África, muchos de los cuales nunca han salido al mar, a hacer estudios sobre sus propias aguas", se felicitaba Manuel Barange, director de Recursos y Políticas Pesqueras de la FAO.
Las aguas africanas serán el primer y principal destino del buque. Desde mayo hasta final de año realizará un análisis a gran escala de los recursos pelágicos (de peces, cetáceos y tortugas a cefalópodos o plancton) de toda la costa atlántica, desde Marruecos hasta Sudáfrica. En 2018 se trasladará al Índico, para recorrer la costa este de África y partes del Sudeste asiático.
Entre el nuevo equipamiento hay un espectrofotómetro que mide el Ph marino, un sistema que recoge partículas de plástico de la superficie oceánica, un bote para trabajar en aguas poco profundas, equipamiento para un vehículo sumergible teledirigido, una ecosonda multihaz para elaborar mapas de alta resolución o un laboratorio climático para trabajar sobre los distintos ecosistemas.
“El trabajo aquí es único porque se lleva a gente de África, muchos de los cuales nunca han salido al mar, a hacer estudios sobre sus propias aguas”
"Para muchos países, esta es la única fuente de información independiente sobre su entorno marino y sus recursos", según declaraba Barange. Estos Estados pueden solicitar al proyecto Nansen unos determinados estudios, que se analizan y luego se aprueban en función del interés o la disponibilidad. Y el trabajo no empieza al subir a bordo. Dentro de la iniciativa también se realizan cursos formativos para los expertos locales en tierra firme. "Uno de los principales problemas es encontrar centros con laboratorios lo suficientemente grandes para que quepan todos los participantes, y asegurarse de que hay materiales disponibles y en buen estado, como peces o invertebrados", en palabras de Peter Nick Psomadakis, uno de los instructores, al sitio web del proyecto.
"La colaboración entre Noruega y la FAO en el Nansen es un ejemplo de cooperación con los países en desarrollo" para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha dicho la primera ministra noruega, la conservadora Erna Solberg, en la ceremonia de presentación en Oslo. Muchos de estos Estados requieren de recursos técnicos o infraestructura, o de capacitación de personal para poder gestionar sus mares de forma sostenible. El nuevo barco, inspirado en la apasionante vida del noruego ilustre (campeón de esquí, explorador del Ártico y la Antártida...) que le da nombre, viene a continuar la tarea de sus predecesores, que acumulan unas 60 vueltas al mundo estudiando las aguas.
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