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Siete ideas para acabar con el acoso a las mujeres en el transporte público

Cuatro capitales de América Latina se unen para crear una red de ciudades comprometidas con la igualdad de género en el transporte

Pablo Linde
Autobús exclusivo para mujeres en Ciudad de México.
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El transporte público más inseguro del mundo para las mujeres está en América Latina. Cuatro capitales de la región están entre las seis más peligrosas, según una encuesta en grandes metrópolis de Thomson Reuters. Seis de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de acoso mientras se desplazaba, así que cuatro capitales (Bogotá, Ciudad de México, Quito y Buenos Aires) han decidido sentarse para buscar soluciones conjuntas. Este jueves firmaron en la capital colombiana la creación de una red de ciudades latinoamericanas comprometidas con la igualdad de género en transporte, a la que están invitadas todas las que quieran sumarse.

Representantes de las cuatro ciudades y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), impulsor de la iniciativa, participaron durante dos días en el Transport Gender Lab para poner en común problemas y soluciones exportables con las que acabar con este fenómeno. “Nos hemos dado cuenta de que el conflicto es similar en las cuatro urbes, así que las soluciones de unas nos pueden servir a las demás”, explicaba Cristina Vélez, representante de la Alcaldía de Bogotá. Estas son algunas de las que se han puesto sobre la mesa:

Un SMS, una alarma y asistencia telefónica

Quito ha implementado hace apenas unas semanas un sistema sencillo, pero que pretende cambiar la cultura. “Uno de los problemas es que el acoso se ve con normalidad, tenemos que terminar con esto”, señala Thalía Bueno, de la entidad que gestiona los programas sociales de la ciudad. Consiste en que la mujer acosada puede enviar un mensaje de móvil (un SMS que no requiere programa de datos de Internet) reportando el acoso. En ese momento, en la unidad de transporte en la que viaja se enciende una alarma que lanza un mensaje: “Se acaba de generar un caso de acoso, deben estar atentos y respetar a quien está a su lado. Esto es un espacio seguro para mujeres y niñas”.

Por otro lado, en una media de 58 segundos, un operador llama a la mujer afectada para atenderla: saber si requiere asistencia al llegar a la estación, si desea denunciar… “En nuestro ánimo no está que aumenten los reportes a la justicia, si no, sobre todo, cambiar las mentalidades. En dos semanas de funcionamiento hemos recogido 100 avisos y tres de ellos han ido a la fiscalía”, explica Bueno.

Esta ha sido una de las medidas más llamativas de las jornadas; ciudades como Bogotá o México se han mostrado interesadas en ella para implementarlas en sus sistemas de transporte.

Aplicaciones de móvil

Tanto Ciudad de México como Bogotá han implementado aplicaciones para teléfonos móviles que sirven para reportar puntos inseguros, infraestructuras en mal estado, lugares poco iluminados o zonas donde han sufrido el acoso para que la Administración pueda tener una radiografía completa de cómo y dónde está el peligro para las mujeres en el transporte público.

Mapeo de puntos inseguros

Gracias a toda la información que proporcionan estas aplicaciones, se pueden hacer mapeos de la ciudad para concentrar los esfuerzos en los lugares de más riesgo. La representante de la capital colombiana explicó que este sistema de reporte de casos permite enviar fotos donde hay problemas: “Nos han llegado más de 100.000 imágenes que nos permiten priorizar recursos de iluminación o accesibilidad, como son adecuación de senderos, obstáculos, arbustos sin cortar”.

Instalaciones para la mujer cerca y dentro del metro

“Sabemos que el uso que hacen el hombre y la mujer en el transporte público no es igual”, afirma Makieze Medina Ortiz, del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México. Los hábitos que han detectado en las cuatro ciudades muestran que ellas suelen llevar más cargas (bolsas, paquetes) y son, por lo general, las encargadas de dejar a los niños (o a los mayores) en centros de cuidados cuando van de camino al transporte público. Por eso, en Quito, donde se está proyectando un metro, se está planeando también adecuar el entorno para que cerca de las paradas haya guarderías o centros de día para ancianos. En México, por ejemplo, están tratando de integrar mejor el sistema de bicicletas en la periferia para que sea más llevadero acarrear pesos.

Esta ciudad también está trabajando por crear instalaciones dentro del propio metro, como baños para mujeres y niñas y zonas de lactancia, así como luchando porque estas zonas sean respetadas por todos los usuarios.

Señalización adecuada

¿Qué tiene que ver la mala señalización con el acoso a la mujer? En México han detectado que cuando se para para comprobar indicaciones es cuando resulta más vulnerable y cuando más ataques sufre. Por eso, hacer una buena balización en los sistemas de transporte público puede ayudar a reducir las agresiones.

Infraestructuras seguras

Las cuatro ciudades han hecho hincapié en la importancia de las infraestructuras para mejorar la igualdad de género en el transporte. En Quito, las estaciones de autobús con carril exclusivo era “cajas negras”, en palabras de Thalía Bueno. Las paredes opacas hacían que las mujeres se sintieran vulnerables, así que dedidieron hacerlas todas completamente transparentes. Ver y ser vistas. Es fundamental para aumentar la seguridad, así que, en la misma línea, una buena iluminación tiene también un papel clave en la seguridad.

Vagones exclusivos para mujeres

El habilitar vagones exclusivos para mujeres es una medida que se viene empleando desde hace años en varias ciudades del mundo. México, Brasil, Japón, Egipto, Malasia, Tailandia, India, Israel y los Emiratos Árabes Unidos son algunos de ellos.

Este reportaje ha sido posible gracias a la financiación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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