Alimentos de toda la vida
El tomate se empezó a utilizar hace dos siglos, las patatas, tres. Hoy lo hacen las algas o el sésamo
La tradición es el cordón umbilical que nos conecta con el pasado. Un conjunto de costumbres y manifestaciones que estimamos preciadas y necesarias y que nos vinculan emocionalmente mediante experiencias compartidas. Uno de los rostros de nuestra identidad y, como tal, acreedor de nuestras predilecciones. Quizá por ese motivo es más habitual encontrar valedores de “lo de toda la vida”, de “lo de siempre”, que patrocinadores de la novedad.
El trigo sarraceno
También llamado alforfón, es un pseudocereal que aporta unas 339 kilocalorías por cada 100 gramos de alimento. Es rico en hidratos de carbono y proteínas, además de una fuente de fibra. No contiene gluten, por lo que resulta apto para celiacos. Destaca también su aporte en magnesio, fósforo, hierro y vitaminas B2 y B3.
Pero ¿qué significa “lo de siempre”? Y atendiendo a las tradiciones culinarias, ¿cuánto tiempo debe transcurrir para que una elaboración o un plato sean aprobados y considerados como tradición?
Si pensamos en las celebraciones y festividades populares –que junto al folclore, la música, las leyendas y la cocina estructuran ese lugar común que es la tradición–, observaremos que muchas de ellas, que pensamos que se remontan a la noche de los tiempos, no son tan antiguas. Recordemos que los pimientos, una de las hortalizas con más rápida acogida del Nuevo Mundo, no se incorporaron al recetario hasta el siglo XVI, por lo que la escalivada, la pipirrana, las migas y el pulpo a la gallega no tomaron su aspecto actual hasta después de esa fecha.
Las patatas no formalizaron su uso en Europa hasta el siglo XVIII, y la tortilla de patata como tal no llegó a las mesas hasta finales de esa centuria, como recuerda el científico Javier López Linaje, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, en su libro La patata en España: historia y agroecología del tubérculo andino. Según investigaciones de diferentes expertos, otro guiso mítico como la fabada nace en un periodo no determinado entre el siglo XIX y XX, por más que el consumo de alubias americanas se generalizase entrado el siglo XVI. Y el tomate no se empezó a utilizar de manera regular hasta el siglo XIX, por lo que la receta del gazpacho, con el aspecto que identificamos hoy, no alcanza los 200 años de antigüedad.
Todas estas hortalizas realizaron en algún momento de la historia el camino que va desde el exotismo a lo ordinario, ganándose un espacio tanto en las cocinas como en la confianza de la gente. Quizás el mismo itinerario que están realizando hoy en día la soja, las algas, los ajís o elaboraciones como el ajo negro, el tofu o el aceite de sésamo, que para mi madre encierran aromas y texturas extravagantes, pero que representarán para sus nietos los futuros sabores “de toda la vida”.
Fideos de trigo sarraceno y caldo de setas
Ingredientes
Para 4 personas
Para el caldo de setas
- 250 gramos de trigo sarraceno
- 100 gramos de hongos secos
- 20 mililitros de salsa de soja
- 400 mililitros de agua
- 10 gramos de katsuobushi (atún fermentado, seco y ahumado).
Para el aceite de limón
- 2 limones
- 50 mililitros de aceite de oliva
Para las setas
- 100 gramos de hongo
- Un diente de ajo
- 18 gramos de aceite de oliva
- Jengibre rallado
- 400 gramos de fideos de trigo sarraceno
Instrucciones
1. Caldo de setas
Tostar los granos de trigo sarraceno hasta que estén dorados. Añadirlos a los 400 mililitros de agua, junto con las setas secas, y dejar que todo repose durante una hora. Agregar el katsuobushi e infusionar durante 15 minutos. Colar y reservar las setas. Añadir la salsa de soja y salar si fuera necesario.
2. Aceite de limón
Quitar la piel a los limones y dorarla en una sartén con aceite a temperatura suave. Apagar el fuego y dejar reposar. Reservar.
3. Setas
Picar el diente de ajo muy fino. Saltearlo en aceite de oliva junto a las setas. Pelar y rallar el jengibre y añadirlo a los hongos. Dejar enfriar y reservar.
4. Acabado y presentación
Cocer los fideos de trigo sarraceno durante 5 minutos aproximadamente en agua hirviendo. Colar y pasarlos a un bol con agua con hielo. Volver a escurrir. Servir los fideos en el caldo de setas frío con los hongos salteados. Aliñar con aceite de limón y unos granos de trigo sarraceno tostados.
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