No es paranormal, pero lo parece: cosas raras que suceden al dormir
¿Y si descubriera que cada noche se levanta a las 3 de la madrugada para zamparse lo más grasiento de la nevera?
¿Sabe todo lo que puede llegar a hacer mientras duerme? Roncar, mover las piernas, dejar de respirar (solo unos segundos), escenificar un sueño, hablar e incluso levantarse y comer. Un amplio abanico de acciones, en ocasiones inofensivas y pasajeras, o delatoras de patologías en otras. ¿Cómo distinguirlas? El libro El sueño. La normalidad y la enfermedad, del que es coautor el doctor Joaquín Durán-Cantolla, especialista en Neumología, experto en medicina del sueño y jefe de investigación del Hospital Universitario Araba, en Vitoria, aporta una pista esencial: “El paciente que se queda dormido durante el día o que tiene importantes dificultades para mantener la atención puede estar sufriendo una de las casi 90 enfermedades relacionadas con el sueño”. La enfermedad más frecuente, según el doctor Diego García-Borreguero, neurólogo y director del Instituto del Sueño, es el insomnio, seguida de la apnea (pausa respiratoria) del sueño y del síndrome de piernas inquietas.
Desvelamos ocho acciones que puede llegar a hacer mientras duerme.
1. Mover las piernas. Realizar leves sacudidas de las piernas de manera esporádica al iniciar el sueño es totalmente normal. La cosa cambia cuando los movimientos se convierten en frecuentes y rutinarios, ya que puede ser signo de lo que se conoce como síndrome de piernas inquietas, “una enfermedad neurológica que produce una necesidad imperiosa de mover las piernas cuando se está en reposo, sobre todo durante el sueño. Estas personas tienen de forma periódica y repetitiva sacudidas en las piernas con una frecuencia de una por minuto”, explica García-Borreguero, que insiste en que, al margen de la asiduidad, se debe acudir al médico siempre que se tenga la impresión de que el síntoma interfiere en el bienestar diurno. El síndrome de piernas inquietas, que según un estudio es más frecuente en EE UU y Europa que en Asia, puede desencadenarse o acrecentarse al tomar determinados fármacos. “Los antidepresivos, los antihistamínicos (para la alergia), antieméticos (contra los vómitos) o medicamentos para dormir, como la doxilamina, acentúan la enfermedad o la precipitan en personas predispuestas”, dice el neurólogo.
"Los antidepresivos, antihistamínicos, antieméticos o medicamentos para dormir, acentúan o precipitan el síndrome de las piernas inquietas" (Diego García-Borreguero, neurólogo)
2. Pegar al acompañante. ¿Quién no ha pegado alguna vez al compañero de cama de manera fortuita en mitad de una pesadilla? Sin embargo, lo normal se convierte en patológico cuando la acción es frecuente y exagerada: es lo que se conoce como trastorno de conducta durante el sueño REM. “Se manifiesta sobre todo en hombres a partir de los 50 y la conducta aparece en la segunda porción de la noche, cuando tienen sueños en los que se ven perseguidos o viven situaciones de catástrofes (sueños de angustia), de manera que actúan físicamente en respuesta a los sueños, como si se defendieran o pelearan, lesionando al acompañante”, explica García-Borreguero, quien distingue el trastorno de una simple pesadilla en que en esta no se produce escenificación (golpear, dar patadas, gritar, incluso moverse como si se quisiera correr). El especialista recomienda consultar con el médico cuando la conducta ocurre de manera repetitiva. Un estudio del doctor Alex Iranzo, del Hospital Clínic de Barcelona, observó que la mayoría de las personas con este trastorno desarrollaban Parkinson y otras enfermedades neurológicas. Algo que también confirma el neurólogo García-Borreguero.
"Cuando queremos saber si la impotencia en un paciente tiene una base médica o, por el contrario, es psicológica, medimos la erección durante el sueño”, desvela García-Borreguero
3. Tener erecciones. Aparecen durante la fase REM del sueño, descubierta en los años cincuenta y en la que tienen lugar las fantasías. Son síntoma de buena salud sexual. Lo patológico es justo lo contrario, es decir, no tener erecciones durante el sueño. “Ocurren por la acción de los neurotransmisores en el cerebro durante el sueño que estimulan la erección. Cuando queremos saber si la impotencia en un paciente tiene una base médica o, por el contrario, es psicológica, medimos la erección durante el sueño, de manera que si es un problema médico no hay erección, mientras que si es algo psicológico la erección aparece al dormir”, desvela García-Borreguero.
4. Dejar de respirar durante segundos (apnea). Cuando dormimos, la garganta tiende a cerrarse con la inspiración, pero el organismo dispone de reflejos para evitar el colapso. Por eso, una pausa de uno o dos segundos no entraña problema. Sin embargo, cuando es superior a diez segundos sí se considera significativa. En algunas personas estos reflejos no funcionan correctamente y durante el sueño pueden llegar a sufrir asfixias periódicas que obstruyen su respiración de manera repetida. Es lo que se conoce como apnea del sueño, un problema que causa somnolencia durante el día y cansancio crónico. Conviene estar atentos a su frecuencia: “Siempre que haya más de cinco pausas respiratorias por hora se debe acudir al médico”, aconseja el neumólogo Joaquín Durán-Cantolla. El perfil de quien la sufre, según refleja este especialista en su libro, es una persona de mediana edad, frecuentemente obeso, aunque no siempre, con una historia de ronquidos y repetidas paradas respiratorias durante el sueño, generalmente bien observadas por su pareja. Además, suele quejarse de cansancio y somnolencia durante el día. Una revisión reciente de 11 estudios sobre la apnea obstructiva del sueño muestra una prevalencia mayor en hombres que en mujeres y un aumento de la misma en el tiempo. La novedad en su diagnóstico es un dispositivo electrónico (Sistema APNiA) para utilizar en el domicilio, que graba la información durante el sueño para que después la revise el médico. En caso de apnea leve y moderada, tanto el diagnóstico como el tratamiento, que consiste en dispositivos intraorales, pueden realizarlos los dentistas.
5. Roncar. No se considera una enfermedad, sino más bien un problema social, producido por la vibración de los tejidos de la garganta. Su acompañante lo sufrirá más que usted. Según dice el doctor Durán-Cantolla, aumenta con la edad hasta los 60 años, momento en que empieza a disminuir. “Creemos que está relacionado con las condiciones de la garganta: las más rígidas vibran menos y las más elástica vibran más”, explica. ¿Es necesario acudir al médico? El neumólogo recomienda ir cuando el ronquido molesta mucho al acompañante o si aparece acompañado de apnea. Actualmente se puede tratar con dispositivos intraorales, que producen un discreto adelantamiento de la mandíbula, similar al que se utiliza para la apnea.
6. Hablar. Aunque resulta llamativo ver cómo alguien habla mientras duerme, las somniloquías, como se conoce a esta conducta en medicina, no son algo patológico. “Al dormir, perdemos el tono muscular, pero hay personas que no lo pierden y pueden hablar o caminar mientras están dormidos”, explica Durán-Cantolla, experto en medicina del sueño. ¿Requiere visita al médico? Tal y como recomienda este especialista en el libro El sueño. La normalidad y la enfermedad, si la conducta no es muy repetitiva ni altera la calidad del sueño, no suele requerir consulta especializada y no suele afectar ni a la calidad ni a la cantidad de sueño, aunque puede generar un microdespertar.
7. Levantarse y caminar. Es lo que se conoce como sonambulismo, una conducta que, según un estudio realizado en Estados Unidos en el que se realizaron encuestas a 19.136 individuos de varios estados del país, afecta a un 3,6% de la población. En el mismo estudio se vio que el 30,5% de los participantes tenían antecedentes familiares de sonambulismo, algo que también confirma Durán-Cantolla en su libro: “Suele presentarse en varios miembros de la familia y actualmente se cree que tiene base genética”. Sin embargo, no es algo patológico, según comenta este experto en medicina del sueño, sino un trastorno del movimiento que es frecuente en niños. “Hay que tener en cuenta que la persona con sonambulismo realiza acciones semiautomáticas, con las que está familiarizado, como ir al baño, ir a la cocina, abrir una puerta o la nevera, etc., y de las que no guarda recuerdo. Por eso es importante tomar precauciones con los niños, como cerrar bien las puertas o las ventanas, advierte Durán-Cantolla. Otro de sus consejos es no despertar al sonámbulo, sino llevarlo suavemente de regreso a su cama, para evitar asustarlo o que reaccione con pánico al no saber exactamente dónde se encuentra. “Suele desaparecer en la adolescencia, pero si persiste más allá de los 20 años conviene acudir al médico para descartar otros problemas”, concluye.
8. Comer en mitad de la noche. Existen personas que se levantan durante el sueño para comer, pero no una fruta, sino los alimentos más calóricos. Este trastorno, que es más frecuente en mujeres (66%-88%) y en personas obesas, está infradiagnosticado, según una investigación publicada en la Revista de Endocrinología y Nutrición. “Quienes lo padecen no suelen contarlo porque lo consideran avergonzante, y pueden ser conscientes del problema, aunque no estén totalmente despiertos al hacerlo”, explica Durán-Cantolla. Según este experto, se ha investigado mucho sobre las posibles causas que producen los trastornos alimentarios durante el sueño, pero no se conocen con claridad. En cambio, “sí existen fármacos que controlan la alteración y tratamientos conductuales que ayudan a ordenar la conducta alimentaria de estos pacientes”, apunta.
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