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4 cosas que hacen mejor los gorditos (por ejemplo, tener sexo)

Un estudio apunta la opción de que la grasa 'frene' la eyaculación precoz. Y la cosa no acaba ahí

Espere antes de lanzar cohetes: el sobrepeso es malo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que un índice de masa corporal (IMC) excesivo es un factor de riesgo para padecer enfermedades del corazón, diabetes, problemas óseos y musculares y algunos tipos de cáncer. Alimentación sana (menos grasas y azúcares, más frutas y verduras) y ejercicio físico regular (150 minutos a la semana, como mínimo) son los remedios que apunta la misma institución para combatirlo. Ahora bien, la forma en que la grasa interactúa con ácidos y hormonas de nuestro organismo hace que, en determinadas situaciones, los gorditos puedan tener algunas ventajas con respecto a quienes están en su peso ideal.

Duran más en la cama

En la grasa, la hormona masculina (testosterona) se transforma en femenina (estrógeno). Al haber menos testosterona disponible, aumentan los niveles de serotonina, y esto hace que se eyacule de forma más retardada Natalio Cruz, doctor

La obesidad puede desembocar en hipogonadismo, que implica tener el apetito sexual de una puerta. Sin embargo, un estudio de la Universidad Erciyes (Turquía), tras comparar el índice de masa corporal de 100 hombres sanos y de 100 que padecían de eyaculación precoz, llegó a la conclusión de que aquellos con mayor peso presentaban con menor frecuencia la “salida nula”, que dirían en atletismo. El doctor Natalio Cruz, director de Andromedi y coordinador nacional de Andrología de la Asociación Española de Urología, aunque advierte de que “aún es una hipótesis”, encuentra en este hecho una posible doble explicación: “En la grasa, la hormona masculina (testosterona) se transforma en femenina (estrógeno). Al haber menos testosterona disponible, aumentan los niveles de serotonina, y esto hace que se eyacule de forma más retardada. Por otro lado, se ha visto que cuando aumentan los estrógenos, la eyaculación también se retrasa”.

Aguantan mejor una operación del corazón

Después de un procedimiento de revascularización por enfermedad cardiaca, por ejemplo un baipás o una intervención coronaria percutánea (un cateterismo), el riesgo de mortalidad es mayor entre los delgados y menor entre quienes tienen sobrepeso (no obesidad). Eso aseguran investigaciones del Mademoines Medical Center de Nueva York (EE UU), publicadas en 2014 por la Clínica Mayo. La doctora Rosa María Lidón, presidenta de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), aclara que el dato relevante en cardiología no es tanto el IMC como el índice de masa magra. “Se ha demostrado que un IMC elevado no es un parámetro fiable para determinar el riesgo, porque aquellas personas que tienen un IMC alto, pero también una masa magra [tejido que no es grasa] alta, son las que tienen menor mortalidad”, explica. “Por otra parte, es evidente que un peso por debajo de lo normal aumenta la mortalidad en todas las patologías”. El IMC es la relación entre el peso y la altura y se calcula dividiendo los kilos entre la estatura (en metros) al cuadrado. Aunque es una fórmula cuestionada, la OMS se guía por este dato para establecer categorías. A partir de 25, es un IMC de sobrepeso (de 30, obesidad), por lo que si sitúa entre 25 y 26, podríamos hablar de alguien "gordito".

Tienden menos a la depresión

¿Le suena lo de la curva de la felicidad? Un estudio realizado en 2000 por la Universidad de Columbia (EE UU) dio cierto fundamento a ese tópico. Según exponía, el riesgo de padecer depresiones y tener pensamientos suicidas se reduce en un 11% por cada unidad que aumenta el IMC. Una calidad de vida relacionada con la buena salud mental también crece a medida que se incrementa el IMC. Entre los hombres, un IMC bajo se asocia a mayor depresión e intentos de suicidio. Conviene aclarar que esta tendencia se cumple dentro de unos límites, tanto por arriba como por abajo, y que no es evidente una relación causa-efecto. Lo matiza el doctor Jerónimo Sáiz, de la Sociedad Española de Psiquiatría: “Lo que hoy se admite es que tanto tener mucho peso como tener poco predispone a la depresión. También que la influencia es distinta en mujeres y hombres. En ellas, el sobrepeso deteriora su autoestima, crea un estigma. En los hombres se lleva con menos culpa”. 

Pueden presentar menos riesgo de padecer artritis reumatoide

Un estudio muy reciente, de septiembre de 2015, de la Universidad de Lund (Suecia), sostiene que la grasa del abdomen contiene células que podrían contribuir a proteger a los hombres de esta enfermedad (no así a las mujeres), y que, por tanto, cuanta más grasa, menor riesgo de padecer artritis. “Es muy complicado trasladar un mensaje claro sobre este tema”, apunta el doctor Eduardo Martínez Naves, profesor Titular de Inmunología en la Universidad Complutense y miembro de la Sociedad Española de Inmunología (SEI). “Hay quien dice que las células que están en la grasa tienen un poder inmunosupresor y entonces en ciertas enfermedades va mejor. Es muy controvertido. Hay otros estudios que dicen lo contrario”, advierte. En el caso de las mujeres, la Universidad de Harvard asevera: "La grasa subcutánea que se acumula en las caderas y en los muslos disminuye los niveles de insulina y mejora la sensibilidad de esta hormona". Recuerde: esto no es una excusa para abrazar el sobrepeso, sino una llamada para dejar de martirizarse por un solo kilito de más.

Según un estudio, el riesgo de padecer depresiones y tener pensamientos suicidas se reduce en un 11% por cada unidad que aumenta el IMC

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