Un genoma de ocho patas y mucho nervio
La secuencia de ADN del pulpo explica las avanzadas cualidades de su linaje evolutivo. Su gran cerebro y sus inteligentes capacidades para resolver problemas siguen fascinando
Inquietante e inteligente, antiestético pero diestro en las artes del camuflaje, y dotado de dos ojos insólitos en su linaje y demasiado parecidos a los nuestros como para ignorarlos, el pulpo es seguramente lo más parecido a un alienígena que conocemos en el planeta Tierra. La lectura del ADN completo del pulpo —el primer genoma de un cefalópodo— explica ahora la presencia de todas esas cualidades avanzadas en un invertebrado que, por todo lo que sabemos, no debería tenerlas.
El pulpo tiene el mayor sistema nervioso de los invertebrados, además de ojos tipo cámara como los nuestros, brazos prensiles y un comportamiento complejo. El genoma revela que su repertorio de genes del sistema nervioso es típico de los invertebrados, pero tiene dos familias de genes enormemente expandidas, como se pensaba que solo había ocurrido en los vertebrados. Estas duplicaciones seriales de genes del desarrollo son un tema esencial de la evolución en su conjunto.
Un equipo internacional coordinado por las universidades de Chicago y California en Berkeley ha secuenciado (leído, gattacca...) el genoma de Octopus bimaculoides, el pulpo californiano de dos manchas, que se convierte en el genoma de referencia de los cefalópodos, la extraña familia del pulpo, la sepia y el calamar. Aunque un genoma animal es rara vez noticia en nuestros días saturados de genomas, este es lo bastante informativo como para haber merecido la publicación en Nature. Además, el consorcio no solo describe sus genes, sino también su expresión (grado de actividad) en 12 tejidos diferentes del animal.
Los pulpos, sin duda los invertebrados más inteligentes, tienen 33.000 genes; los humanos, solo 20.000
La cosecha genética ha sido buena, con cientos de genes que solo existen en los cefalópodos, muchos de los cuales están especialmente activos en el cerebro, la piel y las ventosas; es decir, en los principales órganos cuya peculiaridad tiene que encontrar una explicación.
"El pulpo parece por completo distinto de todos los demás animales", dice el colíder de la investigación Clifton Ragsdale, de Chicago, "e incluso del resto de los moluscos, de los que se distingue por sus ocho patas prensiles, su gran cerebro y sus inteligentes capacidades para resolver problemas; el fallecido zoólogo británico Martin Wells dijo que el pulpo es un extraterrestre; en este sentido, entonces, nuestro artículo describe el primer genoma secuenciado de un extraterrestre".
El linaje evolutivo del pulpo se remonta a 500 millones de años atrás, casi hasta el origen de los animales en su conjunto. Consecuencia de esa antigüedad, y de una alta capacidad de adaptación al cambio, las distintas especies de pulpo moran ahora en todos los océanos y a casi cualquier profundidad. Son sin duda los invertebrados más inteligentes. Y tienen 33.000 genes, comparados con los 20.000 de nuestra especie. Por fortuna, son ellos quienes suelen acabar en nuestro plato, y además después de recibir una paliza de mil demonios. La del pulpo, que se dice.
El principal vector evolutivo de las extraordinarias capacidades del pulpo ha sido probablemente la duplicación serial de unos pocos genes críticos. Destaca particularmente una brutal amplificación de los genes de las protocadherinas, una familia de proteínas esencial en la regulación del desarrollo del sistema nervioso, y en las interacciones entre neuronas vecinas. Los vertebrados también hemos expandido enormemente esa familia génica, aunque de forma independiente de los pulpos. De hecho, creíamos hasta ahora que la explosión de esos genes era una de las principales explicaciones de nuestra superioridad entre las criaturas de la evolución. Otra bofetada en la cara. Y esperen al siguiente genoma.
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