Problemas de lectura
La luz funciona de día y de noche, los festivos y los laborables, y la fotografía encuentra en ella la materia invisible con la que trabajar
La luz es invisible. Vemos gracias a ella, pero no la vemos a ella. Con esta materia invisible ha de trabajar el fotógrafo como el ceramista trabaja con el barro. Significa que tiene que moldearla, aunque no siempre se deja. La luz, al contrario que la arcilla, está por todas partes y a todas horas. Funciona por la mañana y por la tarde, de día y de noche, los festivos y los laborables. Ahora bien, que abunde no quiere decir nada. También abundan las palabras y escasean las obras maestras. Fotografía, etimológicamente hablando, significa “escritura de la luz”. La fotografía debe de tener, pues, un alfabeto propio, quizá haya un Diccionario de la luz, al que el artista recurre cuando desea expresar una idea. Todo ello implica la existencia también de una semántica. Entonces, las fotografías significan, de acuerdo, pero qué.
Observen la de arriba, donde la modelo cubana Nidia Ríos posa para Alberto Díaz Gutiérrez, Korda, en 1956. Una obra de arte que parece una lección. Como si el fotógrafo nos hubiera querido mostrar su materia prima, porque en esta imagen, milagrosamente, se ve la luz. Lo mismo que la literatura sirve para hablar de una cosa fingiendo que hablas de otra, Korda ha fingido que fotografiaba a una modelo para fotografiar la luz. Podemos seguirla con la yema del dedo índice, como el que señala el renglón que lee. A diferencia de un texto, que se ordena de izquierda a derecha y de arriba abajo, aquí la lectura es más errática. De ahí también la dificultad para averiguar qué nos ha querido decir y a qué parte de cada uno de nosotros.
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