Yo soy un puro viernes
Cuando de buena mañana atravieso el olivar del parque, me atravieso a mí mismo. Y cuando pienso en ti no hago otra cosa que pensar en mí
Vacía, igual que su cabeza
El dormitorio de la niña
Bajos comerciales que hasta ayer mismo eran una mina de oro, hoy no los quiere nadie y se reconvierten en oscuras viviendas
Aún no
Nunca digas papá
El escritor se empeña en satisfacer a su padre o en llevarle la contraria, que viene a ser lo mismo. Hay que escribir para las madres
Parece un ataúd
Sesgo y contrasesgo
Gran parte de la producción literaria es producto del desencuentro entre dos yoes. La IA solo tiene de momento uno, pero podría surgirle otro que la dotara de voz propia
Pégatela con ‘superglue’
Un orden caótico
Debería ser lícito declararse antisistema sin ser asimilado de manera mecánica a la antipolítica o a la ultraderecha
¿Presidente o chamán?
Lentejas mal guisadas
Me parece irritante que la tele, disponiendo de tantos canales, no tenga uno, ni siquiera de pago, que nos permita acceder a contenidos inexistentes, pues de los existentes estamos más que hartos
Sin tono, sin acento, sin expresión
Taponar las grietas
Cada vez que escribo un artículo se produce una fuga: a cada frase, baja un poco el nivel. Una parte mínima se pierde, se disipa
Exhibición pánica
De creencias ingenuas
Terminé el libro odioso con el que maté a una mosca para conjurar el sentimiento de culpa; esa obra acabó gustándome y me convirtió en lector
¿Nos parece normal?
Calamitoso mundo
A un pobre le arreglas el día con un billete de cinco. Pero no cae esa magia económica en el vaso
Hay miseria porque hay riqueza
Escrito en la cara
Pienso si a todos los Leo y a todos los Acuario de España les habrá ocurrido algo parecido. Sería extraordinario, pero por qué no
Grumos de oscuridad
Lo que usted, amable lector, tiene ante los ojos ahora mismo es la foto de un edificio de oficinas de Madrid, aunque podría pasar por una sucesión de fotogramas de la película de la existencia
Cuento infantil
La relación entre las palabras y las cosas que nombran las palabras es arbitraria
Mucho peso mental y físico
Hacer y deshacer
Sigo unido a aquel salón-comedor, a aquellos dormitorios, también a aquella cocina, y a aquel cuarto de baño en el que se podía llorar con la puerta cerrada
Maneras de vengarse
El corazón destrozado
Vi a una pareja joven con una niña cuya melena, larga y rubia, relampagueaba en la penumbra
¿A qué esperamos?
Un instante fundacional
El caso es que entras en la tienda como la abeja en la campánula, como se penetra en un sueño, y dentro de ese sueño pides media docena de rosas que regalarás a nadie porque estás divorciado y vives solo en un cuchitril que parece un tanatorio
Una sintaxis rota
Le vendería el alma
Me seduce la idea de un Dios perdedor, que vuelve a la Tierra a eso, a perder al póquer, para salvarnos de nuestros pecados
Voy a ver precios
¿Hay o no hay avería?
No entiendo nada. Solo sé que el mundo hace un ruido raro, como el coche antes de dejarnos tirados
No sabe uno qué es peor
‘La conciencia contada por un sapiens a un neandertal’: Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga ante el misterio del cerebro
Los autores cierran la trilogía de unos diálogos de ironía y bondad sobre la existencia humana que han inventado un género y se han convertido en un fenómeno editorial. ‘Babelia’ adelanta un extracto del libro que publica Alfaguara el 5 de septiembre
Mamá, estoy a salvo
Cantidades de euforia
Caca, culo, pedo, pis
Lo asible y lo inasible
¡Viva la libertad, carajo!
Al otro lado de qué
Conservo un sillón de orejas en el que murió un amigo mientras leía las ‘Memorias de ultratumba’, de Chateaubriand, que dejó a medias