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¿Qué es eso que ha atacado a Enrique Iglesias?

Una especie de ovni con cámara ha provocado varios cortes en la mano del cantante. Su nombre es 'dron'. Y esta es su historia

Un 'dron' para transporte y mensajería.
Un 'dron' para transporte y mensajería.

"Enrique Iglesias sufre un accidente con un dron en un concierto". Lo habrá leído (e incluso visto en vídeo) con estupor. El cantante agarró un aparato volador, durante una actuación el pasado sábado en México, y este le produjo serios cortes en la mano. ¿Pero qué es exactamente un dron? En el caso de Iglesias, una cámara de vídeo teledirigida. Aunque la historia del concepto es mucho más poliédrica.

Dron proviene de drone (literalmente, zángano, en inglés). Se usaba, básicamente, en ambientes militares; y como alternativa al término 'avión no tripulado', por su similitud con las aeronaves. Y en la actualidad designa a cualquier robot volador. “La revolución de los smartphones ha permitido que los componentes necesarios para crear un dron sean fáciles de encontrar y baratos”, cuenta Chris Anderson, editor jefe de la revista de tecnología Wired. Sus formas son variadas y sus precios asequibles. “Tenemos drones recreativos desde 39,90 euros” asegura Mónica Priefert, responsable de comunicación de Juguetrónica, la mayor tienda de electrónica destinada al ocio de nuestro país.

La libertad de movimientos y planos, su servicio al ciudadano y su precio hacen que actualmente se viva la moda del dron. Niños, adultos, policía, salvamento e incluso directores de cine han podido comprobar la infinidad de posibilidades de estos artilugios. Era solo cuestión de tiempo que alguien los usara para hacer una película porno.

Si el uso no es comercial, no se necesita licencia para manejar un 'dron': solo sentido común”, asevera Mónica Priefert, de Juguetrónica

La empresa neoyorquina Ghost+Cow+Films ha filmado con drones una especie de ¿Dónde está Wally? En medio de espectaculares vistas aéreas, una pareja practica sexo mientras un dron lo graba desde diferentes perspectivas. El realizador dirige desde tierra. Y el tamaño de las personas es tan pequeño que no se distinguen las partes del cuerpo. La gracia reside en encontrarlos. Su título es Drone Boning. "Empezó como un comentario divertido sobre la privacidad y el voyeurismo y se convirtió en un concepto", afirma Brandon LaGanke, uno de los directores del filme, junto con Jon Carlucci.

Y precisamente la amenaza de la vida privada junto con la posibilidad de una caída son las razones por las que el año pasado la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) frustró la expansión del dron en España, y no permite que los teledirija cualquiera. Para la AESA, todo dron es una aeronave; y en función de su uso y su tamaño, se marcan las diferencias. “Cuando tienen fin comercial han de cumplir la actual normativa que exige acreditar licencia de piloto, o demostrar que dispone de conocimientos teóricos necesarios para obtenerla en la AESA. Además, los operadores de drones de menos de 25 kilos tienen que presentar en la Agencia una declaración responsable; y para más de 25 kilos, han de solicitar autorización en la Agencia para poder operar. Cuando son aeromodelos [de aeromodelismo: drones que se usan por la afición a volar naves], deben emplearse en los espacios habilitados para ello”, aclaran desde el departamento de comunicación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea. “Si el uso no es comercial, no se necesita licencia: solo sentido común”, asevera Mónica Priefert, de Juguetrónica, que ha creado una escuela con cursos para su manejo. Pueden ser dispositivos móviles, emisoras o cámaras, siempre y cuando se empleen en zonas sin urbanizar o centros de aeromodelismo de los que hay que ser socio. En caso de parajes deshabitados, se exige solicitar permiso del Gobierno.

En España, hay varias empresas dedicadas a los drones, entre las que destacan:

1. Asociación Española de RPAS: promueve las aplicaciones de los sistemas aéreos pilotados remotamente conocidos por las siglas en inglés RPAS.

2. CATUAV: ofrece servicios de observación aérea y de teledetección basados en el uso aeronaves no tripuladas (UAV), una herramienta que ha demostrado ser potente y flexible para la obtención de imágenes aéreas de alta resolución con un bajo coste.

3. Air Traffic Laboratory for Advanced Unmanned Systems: es un centro de vuelos experimentales situado en Villacarrillo (Jaén), que ofrece a la comunidad aeronáutica internacional un aeródromo para la realización de ensayos en vuelo con sistemas de aeronaves no tripuladas (UAS/RPAS).

Pero, además de recrearse, ¿qué se hace con un dron? “Trabajos aéreos de investigación y desarrollo, esparcir sustancias en el suelo o la atmósfera, incluyendo actividades de lanzamiento de productos para extinción de incendios; levantamientos aéreos; observación y vigilancia aérea incluyendo filmación y actividades de vigilancia de incendios forestales; publicidad aérea, emisiones de radio y televisión y operaciones de emergencia, búsqueda y salvamento”, reza el Ministerio de Fomento en su web.

De hecho, Catuav empleó uno de sus modelos para la evaluación del terreno tras la tragedia del terremoto de Lorca (Murcia) en el año 2011. Se han empleado aparatos no tripulados para localizar minas antipersona en Bosnia. Y RTS Lab, en Teherán, ha probado drones para salvar vidas en el mar Caspio: el aparato transporta flotadores hasta el lugar donde se encuentra la persona en apuros.

En estos casos, sus virtudes se anteponen a sus defectos, que hasta el día de ayer se reducían a la amenaza que suponen a la privacidad (la Agencia Española de Protección de Datos prohíbe, sin embargo, que se capten datos privados de personas físicas con los drones). Hoy Enrique Iglesias nos enseña un riesgo nuevo: nunca se debe tocar un dron en movimiento.

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