Las Palmas, conexión crucial en la lucha contra el ébola
La jefa del Servicio de Transporte Marítimo del Programa Mundial de Alimentos, Judith Anne Thimke, asegura que el puerto canario está en el 'top ten' de la organización
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) movió más de 45.000 toneladas de comida y material el año pasado sólo en el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, donde se sitúa una de sus seis bases logísticas. Desde allí y justo un mes después de su inauguración oficial, que se produjo el 8 de julio del año pasado, la agencia de la ONU que garantiza la seguridad alimentaria de poblaciones vulnerables de todo el planeta ponía en marcha un dispositivo de emergencia para enfrentarse al ébola en África occidental. El operativo del PMA daba especial protagonismo a la labor de un buque, el Falkenberg, en perpetuo movimiento entre las islas y la costa occidental africana durante los últimos meses. La agencia llegó a 2,6 millones de personas en la República de Guinea, Sierra Leona y Liberia. El trabajo en esta emergencia no impide la atención a otras, como la de Siria, que requiere del PMA el desembarco de 60.000 toneladas de ayuda en el puerto de Tartus cada mes.
La responsable de Transporte Marítimo del PMA, Judith Anne Thimke (Wisconsin, 1958), explicó en Casa África, que sin Las Palmas, no habría sido posible hacer lo que se ha hecho. El puerto grancanario se ha ganado un hueco en la lista de los top ten en movimiento de carga para el PMA, según afirmó Thimke, que mostró las cifras que lo sitúan junto a Houston, Mersin, Amberes, Esmirna, Venecia, Yibuti o Durban. Thimke explicó el papel central de la base logística del PMA en Las Palmas de Gran Canaria en el operativo por la epidemia de ébola, todavía presente en el oeste de África, en el marco de las IV Jornadas de la Mujer Portuaria y Marítima Africana y Española. Ella y María Teresa Fernández de la Vega, presidenta de la Fundación Mujeres por África, fueron las dos estrellas de estas jornadas, que reunieron a unas 70 mujeres procedentes de puertos y cámaras de comercio africanas.
Judith Anne Thimke tenía la misión de explicar la vital importancia del puerto de Las Palmas en la respuesta internacional a la crisis del ébola y lo hizo recalcando la confusión e incertidumbre que rodean a esta emergencia, que provocó —en sus peores momentos— el cierre de puertos y fronteras, la cancelación de vuelos, severas restricciones sanitarias dentro y fuera de África y una sucesión de cuarentenas que todavía afectan a países como Sierra Leona hoy en día.
Durante su charla, precisó que “el PMA aceptó, a raíz de la crisis del ébola en África occidental, un mandato que va más allá de lo normal en el trabajo de la agencia y que incluyó la logística, el transporte de personal humanitario y otras labores además del reparto de ayuda alimentaria”. También explicó que la crisis del ébola ha sido una oportunidad de aprendizaje para el PMA, que ha trabajado con cargas y puertos difíciles, problemas y controles sanitarios, fronteras selladas y otras circunstancias que les han ayudado a “estar ahora mejor preparados” frente a crisis futuras.
“En África me siento en casa”, se confesó Judith Anne Thimke en una pausa de las jornadas, justo tras su ponencia. Aunque estadounidense, ha pasado los últimos 30 años viviendo y trabajando fuera de su país y África tiene un lugar preferente en su carrera y su vida personal. Comenzó a trabajar en ese continente y el sector marítimo en el año 1987. Vivía en Senegal, donde ejerció de representante en Dakar de la naviera Mediterrannean Africa Container (MAC) y posteriormente trabajó como responsable del Servicio de Pesca de Socopao Senegal (Bolloré). Allí la captó el PMA en 1993 y la convirtió en la primera mujer logista de la agencia. Con la organización conoció el área ahora afectada por el ébola cuando se desarrollaron las sangrientas guerras civiles de Sierra Leona y Liberia, en los tiempos de gloria del ahora convicto Charles Taylor. También visitó la Ruanda que emergió, estupefacta y maltrecha, del genocidio en 1994.
Thimke también confesó que había disfrutado al compartir una mañana con las mujeres del sector marítimo y portuario del continente africano, desvelando ante la audiencia, con precisión y sencillez, las dificultades debidas a la naturaleza urgente del trabajo del su agencia y el entorno cambiante en el que debe llevarlo adelante y que requiere de recursos suficientes, capacidad de adaptación, decisiones rápidas, independencia y mucha flexibilidad. “El PMA posee la única consignataria de la ONU, preparada para cargar, gestionar y mover sus entregas por todo el planeta”, reseñó. También subrayó que el la organización maneja su propia comida, almacenada en silos situados en puertos como el canario, lo que les concede un margen de maniobra para responder con eficacia y rapidez a las crisis humanitarias, que atiende con fondos voluntariamente aportados por donantes y sector privado, sin presupuesto fijo. Pueden contratar a expertos y cambiar la ruta de sus navíos sobre la marcha. Todo, para llegar a tiempo a donde tienen que llegar.
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