CO2, de enemigo del planeta… ¿a secreto de la eterna juventud?
Un nuevo tratamiento de belleza hace uso de este gas para infiltrarlo por vía subcutánea. Aplicaciones (y debilidades)
El dióxido de carbono es uno de los gases que componen la atmósfera (representa el 0,03 % del volumen del aire) y resulta fundamental para la vida en el planeta. Está presente en el organismo humano de manera natural. Las células absorben el oxígeno que inhalamos y lo queman para producir energía, lo que emite entonces dióxido de carbono, que se elimina al exhalar. El CO2 conserva el calor en la Tierra, que, sin él, no sería más que una bola de hielo. El problema es que el hombre ha generado más CO2 de la cuenta (con la quema de combustibles fósiles y la deforestación, que impide su absorción), produciendo el efecto contrario: el planeta se calienta y el clima enloquece. Todo ello ha influido en la “mala prensa” del dióxido de carbono, aunque en realidad esté muy presente en la vida cotidiana. Este gas se utiliza para hacer bebidas gaseosas, crear la espuma de la cerveza, extraer la cafeína del café o dar con su versión descafeinada. Dentro de los extintores de incendios, hay CO2 gaseoso que se transforma en nieve carbónica al salir. A muy baja temperatura (por debajo de los - 78ºC), se transforma en estado sólido, y es muy útil para el almacenaje de alimentos o tejidos orgánicos en los hospitales, incluidos los órganos para trasplantes.
La carboxiterapia está indicada para personas de pelo débil, pero no evita la calvicie
Una de sus últimas aplicaciones pertenece al campo de la belleza, donde después de años de cremas de última generación y tratamientos sofisticados, el humilde CO2 presenta múltiples usos a través de la carboxiterapia, que consiste en la infiltración de CO2 por vía subcutánea, o sea, pinchacitos que colocan el gas debajo de la piel. Promete eficacia contra la piel de naranja, las arrugas, la flacidez corporal y facial, las estrías, las cicatrices, las ojeras oscuras y hasta el pelo ralo. “Al inyectar cantidades determinadas de CO2 en la zona a tratar, se produce un incremento de la cantidad y la velocidad del flujo sanguíneo (una vasodilatación) que oxigena la zona”, explica la doctora Irene Cruz, del Instituto Médico Láser. "Con el aumento de la oxigenación de los tejidos se produce más colágeno, algo definitivo para combatir la flacidez y mejorar la piel. Y el anhídrido carbónico que sobra, de nuevo se elimina al exhalar, lo que hace que sea un procedimiento inocuo y muy seguro”, indica el doctor Jaime Tufet, de la clínica que lleva su nombre. Las inyecciones se realizan también en el cuero cabelludo, indicadas, según quienes las ofertas, para personas de pelo débil, pero no evita la calvicie.
Los defensores de la carboxiterapia con fines médico-estéticos se agarran a diversos estudios científicos realizados en los últimos años, entre los que destacan dos. Su acción en el incremento del flujo sanguíneo en la piel, mejora del metabolismo y, por tanto, de la celulitis, se constató en Topical application of CO2 increases skin blood flow, realizado por el equipo del doctor Takashi Ito en la Universidad de Oklahoma en 1989 y publicado en el Journal of Investigative Dermatology.
Y su valía para tratar las grasas localizadas se estudió en un ensayo clínico (Carbon dioxide therapy in the treatment of localized adiposities: clinical study and histopathologocial correlations) publicado en 2001 en Aesthetic Plastic Surgery y realizado en la Universidad de Siena (Italia) por el equipo de los doctores Brandi y D’Anniello. Este último especialista demostró también, dos años más tarde, que el tratamiento tenía efectos positivos sobre la producción de colágeno y elastina, mejorando la fibrosis y la flacidez.
Desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, la cirujana María Paz Artigues admite que hay mucha literatura científica de los últimos ocho o diez años que avala los múltiples usos de la carboxiterapia, una técnica que, según esta doctora, “es bastante inocua”, no tiene efectos secundarios adversos a largo plazo y solo está vetada en determinados casos de enfermedades crónicas o autoinmunes. Sin embargo, esta especialista (que ejerce en León y también es miembro de la Asociación Española de Cirugía Estética y Plástica), recuerda que la celulitis es un problema multifactorial, y el CO2 solo es capaz de actuar en lo que a la mejora de la circulación y la flacidez se refiere. “La celulitis es un problema crónico y eliminarla del todo es casi imposible”, concluye.
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