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FORO URBANO MUNDIAL

Las UVAS de la vida

Las 'Unidades de Vida Articulada' de Medellín han revitalizado zonas de la ciudad otrora empobrecidas y consumidas por la violencia

L.H.M.
UVA de Moscú, un antiguo tanque de agua sobre el que se ha construido un mirador, una sala infantil, un teatro y una plaza.
UVA de Moscú, un antiguo tanque de agua sobre el que se ha construido un mirador, una sala infantil, un teatro y una plaza.Félix Velázquez

Las siglas del título significan 'Unidades de Vida Articulada' y son espacios públicos transformados y recuperados para los vecinos en zonas como la Comuna Uno de Medellín, aquella que un día hiciera famosa el narco Pablo Escobar, cuando esta ciudad de Colombia era la más violenta del mundo.

Y así fue hasta que alguien, primero un alcalde y luego otro y otro, dijo "basta" y eligió la transformación urbana para obtener cambio social, con la idea de que "incluir" siempre acaba funcionando mejor que lo contrario. Hizo que los de arriba, en colinas escarpadas de acceso endiablado, se sintieran parte del centro, que dejaran de ser de barrios segregados para sentirse dueños también de su ciudad. Una urbe de planos y contraplanos, repleta de conflictos y soluciones que, así y todo, sigue siendo hoy de las más desiguales de America Latina y al tiempo se lleva premios reputados (Leeds) por ser de las mas innovadoras del mundo.

Amparo Isaza vive en el barrio de San Pablo, justo frente a la llamada UVA de Moscú –un antiguo tanque de agua al que se ha despojado de vallas y sobre el que se ha construido un mirador, una sala infantil, un teatro, una plaza...–, y hoy está haciendo buen negocio con su venta de bebida y comestibles a pie de acontecimiento inaugural. La zona está a rebosar de gentío variopinto. Desde las autoridades, a la prensa internacional; desde los vecinos, hasta las patrullas de policía en toda modalidad: de poco armados a los que lo están hasta los dientes (quienes, preguntados, aseguran que su área de trabajo es "prevención de violencias").

Amparo tiene una historia de pobreza, como todos aquí, y una familia larga (hasta un abuelo con 103 años, presume, y enseña foto) que lo ha necesitado y lo ha visto todo en esta zona. Su hijo Richard Quiñones, la llama "la paparazzi del barrio" porque ella con su camarita o su movil ha ido registrando los cambios de su calle, digamos más bien, cuesta, de un desnivel del 50.

La 'Unidad de Vida Articulada' en el barrio de San Pablo en Medellín.
La 'Unidad de Vida Articulada' en el barrio de San Pablo en Medellín.Féliz Velázquez

"¿Cambió mucho esto, señora Amparo, en este tiempo que usted vive acá?", le preguntamos. Y ella: "Ciento por ciento".

Eso dice ante de entrarnos en su casa de concreto, como en obra eterna, sin remates, con sofás de polipiel y espejos y altavoces enormes, y hasta una pecera incrustada en un muro regalo de uno de sus hijos experto en el gremio acuático. Es una vivienda superpuesta a tantas otras iguales, hechas a retazos de mil materiales, en equilibrio asombroso sobre las colinas y con una vista espectacular sobre el centro urbano. Ella la alquila en parte como parquedero, con gran trasiego, según atestiguamos, y ganancia que procede a detallar antes de señalar las cámaras de vigilancia de control remoto recién instaladas en las paredes, "para mayor seguridad de la clientela".

"Vivimos acá cuatro violencias muy feas", dice esta mujer ya en los 60 años sentada al ordenador ante sus fotos testimonio refiriéndose a las balaceras. "Asomabas la cabeza y te encontrabas la muerte, así que tenías que salir, así, arrastrada...". Y se agacha y lo escenifica tal cual.

Richard cuenta que de 20 chavales de sus pandilla solo quedan él y tres más. Punto. "Los demás ya no viven, entraron en las bandas, quisieron prosperar con las armas, me las enseñaban cada día, era muy difícil decir que no al dinero fresco...". Y así sigue ocurriendo aún en muchas partes. 6.000 asesinatos se superaron un año de la década de los noventa. Y aquello ya fue demasiado.

Pero algunos lo lograron. Sobrevivieron. Salieron pacíficos e ilesos. "Y esto que está pasando ahora es la recompensa por todo lo malo vivido. Así lo sentimos", dice Richard que está terminando estudios tardíos de diseño gráfico. Y así lo cree mucha de la gente del barrio que, a pesar de la lacra de la falta de trabajo, hoy festeja lo ganado con música, júbilo y desparrame: un espacio para uso público en un lugar en que este escasea (y tal es una de las grandes diferencias entre barrios ricos y pobres). Un rincón para el disfrute, al que llaman "de la esperanza", dice Maria, sentada en la acera con sus hijas, observando. Esta es una de las muchas obras puestas en marcha por la alcaldía, cuya dirección de planeamiento se lleva todas las odas.

Además de esta de San Pablo se ha inaugurado otra UVA en Versalles coincidiendo con la celebración en Medellín del Foro Urbano Mundial. Ayer ya se habían registrado 10.000 personas para participar en los debates y visitar el más de centenar de stands de países, municipios y universidades que a partir de hoy inician actividad frenética, debatiendo asuntos como equidad, resiliencia, medioambiente, género, modos de construir o cómo hacer una ciudad verdadera para todos: justa, integradora e inclusiva.

El lema de esta séptima edición es Ciudades para vivir. Medellín es un modelo de lo que se puede poner en marcha para conseguir ser una de ellas. No en vano y según la mayor encuesta de percepción sobre calidad de vida en Colombia, que publicó ayer el diario El Tiempo, ha sido elegida, junto a Manizales y Pereira, como la mejor ciudad para vivir en el país.

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Sobre la firma

L.H.M.
Jefa de Sección de Planeta Futuro/EL PAÍS, la sección sobre desarrollo humano, pobreza y desigualdad creada en 2014. Reportera del diario desde 1993, desarrolló su carrera en Tentaciones y El País Semanal, con foco siempre en temas sociales. En 2011 funda su blog África no es un país. Fue profesora de reportajes del Máster de Periodismo UAM/El País

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