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Siete eufemismos que parió la crisis

"Movilidad exterior", "crecimiento negativo" y "novedad tributaria" se cuelan en el lenguaje Los políticos enmascaran las decisiones impopulares con expresiones edulcoradas

Periodistas atienden el discurso del presidente del Gobierno el pasado abril.
Periodistas atienden el discurso del presidente del Gobierno el pasado abril.GORKA LEJARCEGI

El resumen de la crisis es bien sencillo: España vive un “crecimiento negativo” al que se le están sumando “novedades tributarias” desde hace un par de años, que dan como resultado “un recargo temporal de la solidaridad”. Ya lo decía el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), que consideraba este periodo como una “desaceleración transitoria”. Si ha conseguido llegar hasta aquí y ha entendido todo, es usted un experto en eufemismos. Bienvenido al nuevo diccionario de la política.

No hay un origen claro sobre quien fue el primer político en colocarse tras el atril y lanzar mensajes que, o bien necesitan traducción simultánea o, al menos, algún que otro subtítulo. He aquí alguno de los mejores ejemplos prácticos de los últimos tiempos:

1.- Movilidad exterior. Empecemos por el final. Al cierre de 2012, el desempleo de los menores de 25 años alcanzó el 55,13% (930.200 parados), según el Instituto Nacional de Estadística. Más de 300.000 jóvenes se han marchado de España en busca de un horizonte laboral. Para la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, no es algo grave. Simplemente, se trata de una “movilidad exterior".

2.- Crecimiento negativo. Desde el inicio de la crisis en 2008 la economía española ha experimentado un descenso en el PIB que ha supuesto la mayor recesión en la historia reciente. El exministro de Economía Pedro Solbes no habló de crisis ni de recesión. El principio del declive económico español era un “crecimiento negativo”.

3.- Situación ciertamente difícil y complicada o condiciones adversas. El experto en evitar la palabra "crisis" es Zapatero. Para evitar pronunciar la palabra tabú utilizó los siguientes términos: "estancamiento", "frenazo",  “situación ciertamente difícil y complicada”, “condiciones adversas”, "brusca desaceleración”, “deterioro del contexto económico”, “ajuste”, “empeoramiento” o “periodo de serias dificultades”.

4.- Novedad tributaria El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, prefiere llamar a las cosas por su nombre. Si se trata de una novedad tributaria, ¿por qué llamarla impuesto?. Él lo tiene claro: "El Gobierno utilizará elementos de tributación indirecta". "Al pan, pan; y al vino, vino", como diría Mariano Rajoy.

5.- Ajustes, austeridad o reformas estructurales. Recortes es una palabra rebuscada. El Gobierno español facilita la comprensión de conceptos económicos complejos a los ciudadanos, y los transforma en expresiones sencillas como "ajustes, austeridad" o "reformas estructurales".

6.- Indemnización en diferido. Si le van a contratar, lea bien antes de firmar con la empresa. No es un consejo, es porque, tal vez, su jefe no le haya informado bien de lo que ocurrirá si algún día le despide. Puede ser que su finiquito esté pactado como una "indemnización en diferido, en forma de simulación". Algo así tuvo que suceder en la quinta planta de la sede del PP de la calle Génova. La secretaria del partido, María Dolores de Cospedal, selló un contrato similar con el extesorero Luis Bárcenas.

7.-  El tique moderador y la externalización. La sanidad en España es gratuita y universal. Para no contradecir este hecho, los políticos necesitan nuevos términos. Por ejemplo, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas (CiU), ha inventado un sinónimo más comprensible para el copago: el "tique moderador". La Comunidad de Madrid no se ha quedado atrás. "Externalización" es una palabra que no existe en el diccionario. Pero para Ignacio González y Javier Fernández Lasquetty, cuando se habla de pasar la gestión de servicios públicos a empresas privadas es siempre preferible a "privatización".

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