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Informe PISA: Madrid y Castilla y León están a la cabeza en alumnos creativos; Castilla-La Mancha, Andalucía y País Vasco, a la cola

España alcanza el puesto 14 de 64 países, y supera las medias de la UE y la OCDE

Una clase en el instituto público Alejandría en Tordesillas, Valladolid, en 2023.
Una clase en el instituto público Alejandría en Tordesillas, Valladolid, en 2023.Emilio Fraile
Ignacio Zafra

España sale relativamente bien parada en la nueva entrega del Informe PISA, publicada este martes, que mide el pensamiento creativo de los estudiantes. Se sitúa en el puesto 14 de un total de 64 países evaluados. Con 32,8 puntos, sobre un máximo teórico de 60, está ligeramente por encima de las medias de la OCDE (32,7) y la Unión Europea (32,1), claramente por debajo de los primeros clasificados, Singapur (38,1) y Corea del Sur (37,9), pero mucho más lejos de los últimos puestos, ocupados por Filipinas (14) y Albania (13).

España también figura por detrás de Canadá (38,1), Australia (37,9), Estonia (35,9), Finlandia (35,8), Dinamarca (35,5) o Portugal (33,9). Pero por delante de la República Checa (32,6), Alemania (32,5), Francia (32,4), Países Bajos (32,4), Italia (31,4) o Islandia (30,5).

Dado que existe una importante correlación entre los resultados en pensamiento creativo y los obtenidos por los estudiantes en las competencias centrales que mide el Informe PISA ―que son matemáticas, lectura y ciencia―, así como respecto al nivel socioeconómico del alumnado, la nueva entrega de la evaluación internacional refleja importantes diferencias territoriales internas en España. El orden en el que aparecen escalonadas las comunidades autónomas resulta, sin embargo, distinto al que mostraba la clasificación principal del Informe PISA, publicada en diciembre. En pensamiento creativo, el primer puesto lo ocupa la Comunidad de Madrid (34,8), seguida de Castilla y León (34,6), Galicia (34,3), Asturias (34,1) Cantabria (33,4), y Aragón (33,2). Mientras que las últimas clasificadas son Cataluña (32,2), Baleares (32,1), Canarias (31,9), País Vasco (pese a ser uno de los territorios más ricos, con 31,9 puntos), Andalucía (31,7) y Castilla-La Mancha (31,7).

La lista la completan, en el bloque central, por encima de la media española, Aragón (33,2) y Murcia (32,9); y, por debajo, La Rioja (32,6), la Comunidad Valenciana (32,5), y Extremadura (32,2).

Si fuera un país, la primera comunidad autónoma española clasificada se situaría entre Bélgica (34,9) y Polonia (34,4). Y, la última, entre Israel (32,2) e Italia.

El Informe PISA, organizado por la OCDE, un club formado por países en su mayor parte ricos, evalúa desde el año 2000 lo que los chavales de decenas de países ―81 en la última entrega― “saben hacer, aplicando sus conocimientos a una variedad de entornos y contextos” a los 15 años, coincidiendo con el momento en el que en el mundo desarrollado suele concluir la etapa de educación obligatoria. El informe se publica cada tres años —aunque la última vez fueron cuatro, porque la pandemia obligó a retrasar los exámenes― . La OCDE presenta, en una primera oleada, los resultados de las principales competencias ― las mencionadas matemáticas, lectura y ciencias—. Y en los meses y años siguientes va publicando informes complementarios, basados en la gran cantidad de datos e información de carácter social ―recogidos mediante cuestionarios― proporcionados por los estudiantes —690.000 la última vez—, docentes y familias participantes. Cada una de dichas entregas forman parte técnicamente de la misma edición de PISA. En este caso, la de 2022. Y la entrega conocida este martes está centrada en explorar “hasta qué punto los alumnos pueden generar ideas diversas y creativas, y hasta qué punto pueden evaluar y mejorar las ideas de otros para alcanzar resultados creativos”. Para averiguarlo, PISA planteó a los chavales tareas centradas en “la expresión escrita, la expresión visual, la resolución de problemas sociales y la resolución de problemas científicos”.

Mejor de lo previsto

Los resultados de los estudiantes españoles en pensamiento creativo “están por encima de lo que cabría esperar de España en función de su rendimiento en matemáticas y lectura”, señala el informe. El 80% de ellos (frente al 78% del promedio de la OCDE) se sitúa al menos en el nivel 3, de un total de 6, de rendimiento creativo. Alcanzar al menos dicho nivel 3, que la OCDE denomina “básico”, significa que, “como mínimo, pueden generar ideas apropiadas para tareas en las áreas de expresión y de resolución de problemas de complejidad simple a moderada, y también empiezan a demostrar la capacidad de generar ideas o soluciones originales en contextos de tareas cotidianas”.

Como en las competencias centrales medidas por PISA, España muestra unos resultados más compactos, o un mayor nivel de equidad, en el terreno del pensamiento creativo, que el conjunto de la UE y la OCDE. El país tiene un 14,8% de alumnado de rendimiento bajo (nivel 2) y un 5,1% de rendimiento muy bajo (nivel 1), inferiores al promedio de la UE (15,6% y 7%, respectivamente). Al mismo tiempo, España tiene una proporción de estudiantes en los niveles altos (5 y 6) del 25%. El mismo porcentaje que en la media de la Unión Europea, pero por debajo del de la OCDE (27%).

En todos los países, las chicas obtienen mejores resultados en pensamiento creativo que los chicos. Si bien la diferencia en España, de 2,2 puntos, es inferior al del promedio de la UE (2,6) y la OCDE (2,7). El factor que mayor diferencia marca es, con todo, la clase social. La diferencia en los resultados entre los chavales que forman parte del 25% más pobre y el 25% más rico alcanza 7,9 puntos en España. Un salto parecido al que, en términos de países, separa a Nueva Zelanda (36,4) de México (29).

Siendo enorme, la brecha por clase social en España también es menor a la del conjunto de la OCDE (9,5 puntos) y la Unión Europea (10,2). Internamente, las diferencias más acusadas por motivos socioeconómicos se registran en Murcia (9,1 puntos) y Cataluña (8,6), mientras que los territorios más igualitarios en pensamiento creativo son el País Vasco (6,1) y Cantabria (4,9).

La diferencia de creatividad entre alumnado nativo e inmigrante (PISA engloba en ellos tanto a los estudiantes nacidos en el extranjero como a los hijos de progenitores nacidos en el extranjero) también se da en España, con 3,6 puntos, más moderada que en el conjunto de la OCDE (4,4) y la Unión Europea (4,7). Y contiene, de nuevo, fuertes contraste internos: con Murcia en un extremo (con 6,2 puntos), y Cantabria en el otro (1,3).

Matemáticas y creatividad

El informe de la OCDE muestra una significativa coincidencia entre el alumnado cuyo rendimiento alcanza el quintil superior en pensamiento creativo y el que alcanza el quintil superior en matemáticas. Pero en torno a la mitad proceden de otros quintiles. “Esto sugiere que se puede destacar en pensamiento creativo sin sobresalir en ámbitos académicos (y viceversa), aunque un nivel básico de rendimiento en un ámbito complementa la competencia en los demás”, señala el informe. El rendimiento de los estudiantes en matemáticas resulta ser mejor predictor sobre la puntuación que obtendrán en pensamiento creativo que el estatus socieconómico y cultural de su familia.

El alumnado español cree, en una proporción menor que el del promedio de la OCDE (aunque en proporciones parecidas al de la media de la UE), que sus centros educativos les ayudan en el terreno creativo. El 56% de los chavales cree que sus profesores les dan “tiempo suficiente para encontrar soluciones creativas a las tareas” (frente a un 63% en la OCDE). El 62%, que sus profesores “valoran la creatividad del alumnado” (70% en la OCDE). Y el 58%, que sus docentes le “animan a dar respuestas originales” (64% en la OCDE). El 70% de los alumnos españoles creen, en cambio, que su centro educativo les da “la oportunidad de expresas sus ideas”, un apartado en el que superan la media de la OCDE (68%).

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.
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