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Turquía envía a prisión a los periodistas detenidos por cubrir las protestas antigubernamentales

Los abogados de los siete informadores consideran que la decisión “no tiene precedentes ni siquiera bajo los estándares turcos” y busca amedrentar a la prensa y los manifestantes

Protestas Turquia
Andrés Mourenza

Un tribunal de Estambul ha decidido enviar a prisión de forma preventiva a siete periodistas detenidos el lunes en redadas de la policía en sus domicilios por haber violado supuestamente la Ley de Manifestaciones al acudir a las protestas contra el Gobierno que sacuden Turquía desde que, el pasado miércoles, fue detenido el alcalde de Estambul y candidato presidencial de la oposición Ekrem Imamoglu. En realidad, los periodistas, varios de los cuales son fotógrafos, se encontraban en las protestas durante el fin de semana para cubrirlas y realizar su trabajo, han defendido los propios acusados. Junto a los periodistas, han sido enviados a prisión numerosos cargos políticos de partidos de izquierdas y sindicalistas.

“Es ridículo. No tiene precedentes, ni siquiera bajo los estándares turcos. Nunca he visto una acusación tan infundada como motivo de un arresto”, denunció, en declaraciones a EL PAÍS, el abogado Batikan Erkoç, coordinador general de la Asociación de Estudios Legales y de Medios (MLSA), que lleva la defensa de varios de los periodistas detenidos. “Violar la Ley de Manifestaciones es uno de los delitos más pequeños por el que se puede acusar a alguien. Generalmente, no imponen penas de más de seis meses, así que ni siquiera entrarían en prisión aunque fueran condenados”, arguye el letrado.

Además, sostiene Erkoç, los periodistas “son muy conocidos” y varios de ellos tienen tarjetas de prensa emitidas por el propio Gobierno turco. Los periodistas enviados a prisión son los reporteros Ali Onur Tosun (de la cadena Now, una de las más vistas de Turquía), Zeynep Kuray y Hayri Tunç y los fotógrafos Yasin Akgül (de la agencia France-Presse), Kurtulus Ari (que trabaja para el Ayuntamiento de Estambul), Gökhan Kam (para el Ayuntamiento de distrito de Bakirköy) y Bülent Kiliç. “Kiliç es uno de los fotorreporteros más reconocidos y premiados del mundo”, subraya el abogado. “Estaba haciendo mi trabajo. Soy periodista desde hace 15 años y tengo tarjeta de prensa”, ha defendido Akgül ante el juez, según publica el diario Evrensel.

Las manifestaciones que sacuden Turquía desde hace una semana y que se han convertido en la mayor oleada de protestas antigubernamentales de la última década han sido prohibidas por las autoridades en varias provincias, incluidas Estambul, Esmirna y Ankara. Pero la oposición ha seguido manteniendo las convocatorias, pues denuncia que la decisión tomada por las delegaciones del Gobierno viola el derecho constitucional a manifestarse.

Los periodistas encarcelados forman parte de un grupo de 210 personas detenidas en Estambul en redadas policiales en sus domicilios la madrugada del lunes, y según las defensas identificadas mediante tecnología de reconocimiento facial utilizada por los agentes durante las manifestaciones. El número de detenidos en toda Turquía desde que comenzaron las protestas asciende a 1.418, según dijo el martes el Ministerio de Interior.

MLSA, el Sindicato de Periodistas de Turquía y las defensas han denunciado, además, que la Fiscalía no iba a solicitar prisión preventiva para los detenidos y, excepto en el caso de 13, los iba a dejar en libertad bajo control judicial. “Un policía nos dijo ante la oficina del fiscal que los iban a liberar por la puerta C del Palacio de Justicia de Çaglayan. Pero a la media hora nos telefonearon diciendo que el fiscal había cambiado de opinión y pasaba a solicitar prisión”, explicó Erkoç.

Además de los periodistas, también fueron detenidas, y este lunes enviadas a prisión, otras 59 personas, varias de ellas líderes locales de partidos de izquierdas y sindicatos. En una pregunta parlamentaria al Ministerio de Justicia, el diputado del Partido del Trabajo Iskender Bayhan ha pedido que el Gobierno explique “si tras un cambio de decisión tan repentino hay presiones de Palacio”, en referencia al presidente Recep Tayyip Erdogan.

“Desde luego, la razón tiene que ser política, no hay otra explicación”, afirma el coordinador de la asociación MLSA, que considera que es un modo de mandar un mensaje “para intimidar a los periodistas y al resto de la población, que estén callados y se sometan”.

En paralelo, Ilhan Tasçi, miembro del Consejo Superior de Radio Televisión (RTÜK) designado por la oposición socialdemócrata, explicó a este diario que está seguro de que su institución impondrá multas a las televisiones opositoras en su reunión del jueves. Durante el fin de semana, Ebubekir Sahin, presidente del Consejo nombrado por el partido de Erdogan, amenazó con retirar la licencia de televisión a los canales que continuasen retransmitiendo en directo las protestas y la represión policial. “No creo que llegue a retirar la licencia, pero sí impondrá multas muy altas para intimidar al resto”, sostuvo Tasçi. De los nueve miembros de RTÜK, los partidos progubernamentales han nombrado a cinco y la oposición a cuatro.

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Sobre la firma

Andrés Mourenza
Periodista en el Mediterráneo Oriental desde 2005. Trabajó para EFE y El Periódico de Catalunya en Estambul y Atenas y, desde 2015, escribe en EL PAÍS sobre Turquía, Chipre, el Cáucaso y Oriente Próximo. Licenciado en Periodismo por la UAB y experto en Cultura y Religión Islámica. Ha escrito los libros 'La democracia es un tranvía' y 'Sínora'.
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