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La justicia permite que las escuelas del Opus Dei de Cataluña sigan separando niños y niñas

A pesar de la normativa que no permite el modelo diferenciado, este curso tres escuelas lo han mantenido, mientras en el resto la mezcla es testimonial

Educación Sant Cugat
Alumnos del colegio Viaró Global School de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).

Las escuelas vinculadas al Opus Dei podrán recuperar el próximo curso el modelo de educación diferenciada, el que separa a niñas y niños en diferentes aulas. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha concedido medidas cautelares a ocho centros para que puedan volver a su metodología –mientras resuelve el recurso contencioso presentado por las escuelas– después de que este curso habían empezado a modificarla para mantener el concierto educativo. El tribunal, en una resolución del pasado mes de noviembre a la que ha tenido acceso este diario, “entiende que debe primar el derecho a la educación de los alumnos a continuar con el sistema de educación diferenciada” y concede las cautelares para evitar “los daños y perjuicios que podría causarse al colegio en caso de que perdiera la ratio, y por extensión a los padres y madres de alumnos, en la medida de que podría verse afectado el derecho a la libre elección de centro”.

El Govern de ERC ha hecho siempre bandera de lograr acabar con los conciertos educativos a las escuelas que separan a los alumnos por sexo. Tras algún varapalo judicial anterior, el pasado curso la enarboló con especial efusividad, coincidiendo con la renovación de los conciertos educativos de ESO (se hace cada cuatro años; los de primaria se renuevan cada seis años, y los actuales están vigentes hasta 2026). Los republicanos además contaban con el respaldo normativo de la nueva ley educativa estatal, la Lomloe, que prohíbe específicamente que los centros que separan por sexo puedan recibir financiación pública. Ante este nuevo panorama legal, la decena de escuelas vinculadas al Opus Dei, excepto dos, optaron por adaptarse antes de perder el concierto.

En concreto, las ocho escuelas que se comprometieron a mezclar a niños y niñas son: Canigó (Barcelona), Bell-lloc del Pla (Girona), Les Alzines (Girona), Pineda y Xaloc (L’Hospitalet de Llobregat), Institució Tarragona (Reus), La Vall (Sabadell) y La Farga. El Departamento aporta cerca de 45 millones a estas escuelas, según datos del curso 2020-21 recogidos en una respuesta parlamentaria. Otras dos, Viaró (Sant Cugat del Vallès) y Camp Joliu (L’Arboç, Tarragona), se negaron y, en un primer momento, perdieron el concierto. Pero el Opus cuenta con otras escuelas en Cataluña ―Institució Lleida, Institució Igualada y Airina (Terrassa)―, que hace unos tres cursos ya iniciaron el camino hacia el modelo mixto porque con el descenso demográfico y de matrículas corrían el riesgo de perder el concierto si no lograban un mínimo de alumnos.

Las ocho escuelas, y sus respectivas asociaciones de familias, que optaron a regañadientes a renunciar al modelo diferenciado, presentaron un recurso contencioso-administrativo contra la resolución del Departamento de Educación del mes de junio, en que se renovaban los conciertos educativos de secundaria. Y, mientras este se resuelve, solicitaron medidas cautelares para poder mantener su modelo. En su resolución, el TSJC recuerda que el Constitucional “aprecia que la diferenciación de géneros en la enseñanza […] no viola la Constitución”. Asimismo, el tribunal decidió conceder las cautelares porque considera que la resolución de la Generalitat “afecta a un derecho fundamental como es el derecho a la educación”, ya que, si estos centros perdieran el concierto, las consecuencias las sufrirían las familias, “bien a trasladarles su coste íntegro, bien obligándolas a cambiar de centro y del perfil educativo que libremente habían elegido”. Eso sí, el tribunal obligó a los centros a pagar una fianza de 1,4 millones, que ya han hecho efectiva. Por su parte, la Generalitat presentó alegaciones a estas cautelares, pero fueron desestimadas.

También presentaron recurso otras dos escuelas del Opus que perdieron el concierto -Viaró i Camp Joliu- porque se negaron a cambiar de modelo. En estos dos casos el TSJC también concedió a principios de curso unas medidas cautelares para que pudieran mantener el concierto hasta que se resuelva su recurso. Los jueces consideran que retirar la financiación puede perjudicar las familias, que podrían tener dificultades para asumir las cuotas como escuela privada, lo que podría derivar en que algunas deban abandonar el centro. “El modelo diferenciado no discrimina y tenemos que asegurar que las familias que empiezan como escuela concertada puedan acabar con las mismas condiciones con las que entraron”, defiende una portavoz de la escuela Camp Joliu.

“Hasta el momento, el TSJC está emitiendo cautelares que son abiertamente contrarias a la legalidad vigente”, valora el Departamento de Educación de la Generalitat. Pero el tribunal catalán no es el único que duda de la legalidad de la disposición de la Lomloe, que no permite financiar los centros que separen a los alumnos por razón de sexo. Los tribunales de Navarra también se han pronunciado en este sentido y, de hecho, han planteado una cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional (TC), tras el recurso que presentaron dos centros de esa comunidad, también vinculados al Opus. El TC también deberá pronunciarse sobre esta polémica a raíz del recurso que presentaron PP y Vox, y que fue admitida a trámite.

Desde Institución Familiar aplauden la decisión del tribunal y recuerdan que defienden que la mejor opción es el modelo diferenciado, pero aceptaron adaptarse a las exigencias de la Lomloe “para no causar un agravio irreparable a las familias” de sus centros. A raíz de las cautelares, la entidad confirma que la preinscripción para el próximo curso -que ha arrancado esta semana- “la realizaremos como centros diferenciados”. Las familias también valoran positivamente la resolución judicial, porque asegura el derecho de elección de centro escolar. “Si las familias están en un centro, tienen derecho a mantenerse allí”, defiende Josep Manel Prats, portavoz de Fapel, la federación de Asociación de Familias de Escuelas Libres de Cataluña.

Aunque las escuelas saben desde enero -cuando el tribunal rechazó las alegaciones de Educación- que podrán volver al modelo diferenciado, no lo aplicarán hasta el próximo curso escolar. Queda pendiente ver cómo resuelven los casos en aquellos centros donde tímidamente ya habían empezado a mezclar niños y niñas.

Modelo mixto ausente

Las escuelas que optaron por el cambio ya avisaron en su momento que la mezcla no sería inmediata, ya que muchos de ellos hasta ahora escolarizaban solo a niños o niñas. Así, el modelo mixto se tendría que lograr ofertando las plazas vacantes a todo tipo de alumnos y que, poco a poco, se produjera esta mezcla. Pero el resultado de la matrícula del curso actual muestra que en el curso de 1º de ESO, que teóricamente es donde más se tendría que haber empezado a notar la mezcla de alumnos, se ha mantenido la segregación de forma abrumadora.

Según los datos del Departamento de Educación de escolarización en la ESO logrados a través de información pública, en tres centros no hay visos del modelo mixto: Canigó, La Vall y La Farga. Estas dos últimas son los buques insignia de Institución Familiar, la entidad que gestiona siete de estos centros en Cataluña. Se trata de dos grandes escuelas -con cuatro líneas concertadas-, consideradas como centros complementarios, ya que mientras La Vall escolariza principalmente a niñas (la etapa infantil es mixta), La Farga es de niños. El concreto, este año La Vall cuenta con entre 118 y 122 alumnas en los cuatro cursos de secundaria, pero ningún alumno. En la Farga los números oscilan entre los 96 y los 113 alumnos; ninguna chica. En la escuela Canigó, de perfil femenino, cuentan entre 60 y 68 alumnas; tampoco ningún chico.

En los cinco centros restantes sí han empezado a introducir el modelo mixto, aunque de forma tímida. Por ejemplo, en Xaloc (de chicos) este año cuentan con una alumna en 2º de ESO y dos en 3º. En su centro gemelo, Pineda (de chicas), solo consta un alumno varón matriculado, y es en 4º de ESO. En Les Alzines (femenino) hay matriculados cinco varones en 1º y uno en 3º, mientras que su centro complementario, Bell-lloc (masculino), solo hay cuatro chicas en 1º de ESO. En cuanto a Institució Tarragona, la situación es más equitativa porque han mezclado los niños y niñas escolarizados en el centro, pero que hasta ahora estudiaban en dos edificios separados del recinto.

Las familias de estas escuelas aseguran que el cambio de modelo no se puede forzar desde la Administración porque todo, al final, depende de la decisión de los padres. “El modelo diferenciado se ha mantenido por la voluntad de las familias. Si no hay mezcla es porque las familias no han inscrito a sus hijos. Los centros han hecho todo lo posible para aceptar a niñas y niños, pero las escuelas solo serán mixtas si las familias quieren”, zanja el portavoz de Fapel.

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