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Cómo las escuelas religiosas en Cataluña sortean la ley para mantener la segregación por sexos

Centros del Opus o de los Legionarios de Cristo matriculan a niños y niñas para mantener la financiación pública, pero después los separan en las aulas

Clase de niñas del colegio Reial Monestir de Santa Isabel, de los Legionarios de Cristo, en Barcelona.
Clase de niñas del colegio Reial Monestir de Santa Isabel, de los Legionarios de Cristo, en Barcelona.CONSUELO BAUTISTA

La separación de niños y niñas en las aulas debería desaparecer en la etapa de la ESO el curso que viene en las escuelas concertadas. Así lo fija la normativa autonómica y estatal, y así se han comprometido las escuelas vinculadas al Opus Dei para poder mantener la financiación pública. Pero una cosa es el compromiso sobre el papel y otra la intención real que algunos centros admiten abiertamente a las familias: aunque se permita la matriculación de niños y niñas, después se separarán en las aulas.

La guerra del Departamento de Educación, desde que ERC está al frente, ha encontrado un preciado aliado en la nueva ley educativa estatal, la Lomloe, que prohíbe que los centros que separen a los alumnos por sexo puedan recibir financiación pública. En los próximos días se renovarán los conciertos para la etapa de secundaria y Educación requirió a 10 escuelas del Opus que demostraran —presentando el comunicado a las familias, el acuerdo en el claustro o el consejo escolar, el nuevo proyecto educativo…— que realmente abandonarían el conocido también como modelo diferenciado. Ocho de ellas así lo hicieron y solo las escuelas Viaró (Sant Cugat del Vallès) y Campjoliu (L’Arboç) lo declinaron, de manera que perderán el concierto en la ESO, según confirmó el Departamento.

Estos días, el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, hace bandera de la retirada del concierto a las escuelas del Opus. “El año que viene no tendremos ninguna escuela que segregue por sexo”, anunció. Pero esto no será realmente así. Al menos dos centros del Opus, Institució Igualada i Institució Lleida, admiten ante las nuevas familias que piden información estos días, coincidiendo con el periodo de preinscripción, que mantendrán a niños y niñas separados en las aulas de secundaria.

El centro de Igualada es mixto desde hace dos años, no por obligación de la Administración, sino porque el descenso demográfico y de matriculaciones ponía en riesgo el mantenimiento de la subvención pública (hay que llegar a un mínimo de alumnos para mantener el concierto). Hasta entonces, el complejo educativo ubicado en el municipio de Jorba contaba con dos centros diferenciados —Montclar i Mestral—, uno para niños y otro para niñas, que se fusionaron hace dos cursos. Actualmente, en uno se ubican los niveles de infantil y primaria, todos mixtos, y en el otro, ESO y bachillerato. En la secundaria, no obstante, los alumnos se siguen separando en las aulas, pero se mezclan en el patio, el comedor o el bus escolar. Y la intención es que esto no cambie, según admite, en una llamada sin identificación como periodista, el responsable de informar a las nuevas familias. “Ahora, para no perder los conciertos, somos mixtos, los niños y las niñas están en el mismo edificio, pero hay aulas para niños y aulas para niñas. Y eso se mantendrá”. Desde Institució Familiar, que gestiona el centro, matizan que la información dada no es correcta.

Algo parecido explican desde Institució Lleida, también mixtos desde el curso actual a raíz de la fusión de las antiguas escuelas Arabell y Terraferma. Su directora, Núria López, abunda que en la mayor parte de las asignaturas comunes de la ESO se separan niños y niñas, pero en otras no, ni tampoco en las optativas. En total, la mitad de las materias aproximadamente. “No sufrimos por el concierto, la inspección ha validado nuestro modelo. La idea es mantener este modelo el curso próximo”, afirma la directora. Pero este modelo híbrido, tal y como lo llaman, no acaba con la segregación, cosa que podría comportar un requerimiento de Educación. “Si la inspección nos marca un criterio, nosotros nos ajustaremos”, zanja la directora.

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En otros centros tampoco se espera que sea notoria la escolarización mixta en septiembre, como en La Vall (de niñas, en Bellatera) y su centro gemelo La Farga (niños, Sant Cugat). Institució, que también gestiona estas escuelas, descarta mezclarlas en septiembre y opta por avanzar hacia el modelo mixto usando las plazas vacantes de cada curso.

El consejero de Educación aseguró hace unos días en una entrevista con este diario que el Departamento utilizaría la inspección para asegurarse que los centros cumplen con la escolarización mixta.

La Escolania de Montserrat y los Legionarios de Cristo

Las escuelas vinculadas al Opus Dei no son las únicas que separan a los alumnos por razón de sexo. Hay otras, como el colegio Reial Monestir Santa Isabel de Barcelona, vinculado a los Legionarios de Cristo, o la Escolania de Montserrat, que también reciben financiación pública, pero que el Departamento de Educación no incluye en su lista de requerimientos de escolarización mixta. 
De hecho, el Reial Monestir aplica la misma estrategia que quieren adoptar ahora algunos de los centros del Opus: admitir niños y niñas en el proceso de preinscripción, para después separarlos en las aulas. Así, tal y como confirma una portavoz, en primaria se aplica el modelo diferenciado en las aulas, pero después se mezclan en el patio y el comedor. En secundaria, niños y niñas se separan en las asignaturas troncales.
Otro centro que no realiza escolarización mixta, pero que recibe financiación de la Generalitat es la Escolania de Montserrat, centro privado que actualmente acoge a 46 chicos de 9 a 14 años. Desde 2001, Educación subvenciona al centro con un importe que oscila en los últimos cursos de entre 300.000 y 400.000 euros, cifra que sirve para cubrir entre un 20 y un 30% del presupuesto anual de la Escolania; el 20% restante lo cubren las familias y el 60% el monasterio (que también recibe financiación pública), según informa un portavoz de la Abadía. “La Escolania es un caso especial, no se puede comparar con una escuela concertada porque aquí se seleccionan los alumnos que entran, es como un centro de alto rendimiento musical”, justifica dicho portavoz. En una línea parecida se manifiesta el Departamento de Educación. “La Escolania es un centro muy singular y se le otorga una subvención para las enseñanzas musicales (canto coral) que no se ofrecen en ningún otro lugar de Cataluña”.
Con todo, desde la Escolania descartan la posibilidad de incorporar niñas. “La voz característica de Montserrat desde hace 700 años es la del niño. Además, si hubiera niñas al final acabarían comiéndose a los niños a nivel vocal y el coro sería solo de niñas. Y también habría que construir una nueva residencia para ellas”, incide el portavoz de la institución religiosa. ¿Y no se podrían mezclar niños y niñas? “No, no se pueden mezclar”, zanja el portavoz.


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