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Mesa de Navidad, menos volumen y más precios

Los consumidores compran antes los productos para ahorrar dinero en unas fechas en las que la baja oferta hace que se dependa de otros países para poder llenar la mesa

Consumidores Navidad
Un puesto en el Mercado de la Boquería, en Barcelona, el pasado 14 de diciembre.David Zorrakino (Europa Press)

Las fechas navideñas se mantienen, tanto en momentos de euforia económica como en los de crisis, como el periodo de mayor protagonismo de la alimentación. El gasto medio mensual en diciembre de 2022 se elevó a 7.700 millones de euros, el 28,3% más respecto a la media mensual de 6.000 millones, según los datos sobre el comportamiento de la demanda alimentaria manejados por el Ministerio de Agricultura.

De cara a este año, las mismas estimaciones apuntan a unas mesas de navidades, en el mejor de los casos, con una estabilidad o ajuste en la demanda en volumen, pero con un incremento medio de los precios por encima del 10%, tanto por la reducción en la oferta de algunos productos como por la inflación. En este contexto, desde la Administración se ha detectado un adelanto en las compras para evitar subidas, estrategia que, en ocasiones, puede resultar negativa para los consumidores por las bajadas de precios de los productos de última hora por falta de salida de existencias en la industria o la distribución. La tendencia también se dirige hacia una menor demanda y una elección de productos más baratos, especialmente en carnes. Otra estimación es la existencia de una reducción del desperdicio alimentario.

Desde la Asociación de fabricantes y distribuidores (Aecoc), se considera que de cara a estas navidades, solo un 21,6% de personas encuestadas gastará más, un 43,7% gastará igual, un 55% buscará lo más barato y un 46% se apunta a la marca blanca o de la distribución. Esta es la situación de algunos de los más importantes protagonistas de las mesas navideñas.

Poner la mesa, mucho más caro que hace un año

Los precios de la uva blanca y el langostino congelado, alimentos que figuran entre los productos más consumidos en las fiestas navideñas, doblan actualmente los registrados hace un año. Según los datos extraídos por Servimedia del panel de precios de la web de Mercasa, la uva blanca cuesta este año 3,27 euros por kilo, un 118% más que hace un año, cuando su precio era de 1,5 euros. Sin embargo, se ha abaratado un 7,8% desde principios de diciembre, cuando se vendía a 3,55 euros el kilo.

En el caso del langostino congelado , la subida con respecto al año pasado es del 113,75%, ya que ahora cuesta 34,20 euros por kilo, frente a los 16 euros de la Navidad de 2022. Además, este pescado se ha encarecido cerca de un 1% en el último mes, puesto que inició diciembre en los 33,91 euros por kilo. Otros alimentos típicos de las fiestas que este año salen bastante más caros son la merluza fresca y congelada, el cochinillo o la lombarda. Así, esta verdura cuesta 0,67 euros por kilo, un 21,8% más que los 0,55 de hace un año y un 4,7%más que a principios de mes, cuando costaba 0,64 euros.

Por su parte, el kilo de merluza fresca está a 16 euros, un 52,4% más caro que hace un año cuando se vendía a 10,50 euros; el de merluza congelada, a 8,50 euros, un 46,6% más costosa que cuando valía 5,80 euros; y el del cochinillo, a 20,88 euros por kilo, precio un 23,7% superior a los 16,88 euros de la Navidad pasada. Con respecto a hace un mes, el precio de estos tres alimentos se ha encarecido notablemente: el de la merluza fresco, un 40,1%; el de la merluza congelada, un 5,6% y el del cochinillo, un 10,6%.

También están más caros este año las gambas frescas, que cuestan 70,80 euros por kilo, un 18% más; la escarola, que se vende a 1,13 euros por kilo, un 13% más; el mejillón que se comercializa a 2,25 euros, un 7,1% más, y el besugo , que se encuentra a 48,30 euros, un 6% más caro.

Pese a estas subidas, hay otros productos navideños que este año están más baratos. Entre ellos, destacan la gamba congelada, el langostino fresco, el cordero lechal o el calamar congelado. El kilo de gamba congelada está a 18 euros, un 31,8% más barato que hace un año; el de langostinos frescos a 35 euros, un 6,1% menos caro; el de cordero lechal a 12 euros, un 4% menos, y el de calamar congelado a 5,49 euros, un 3,3% menos. Por último, la piña cuesta un 1,7% menos que hace un año, en concreto 1,18 euros por kilo; y la cigala congelada no ha variado su precio, que es de 22 euros por kilo.

El cordero, el rey de las carnes

Las carnes, a pesar del aumento de los consumidores veganos, siguen siendo grandes protagonistas de las mesas navideñas. El cordero se mantiene como uno de los productos estrella. Sobre una demanda anual de unas 120.000 toneladas, el consumo navideño supone casi el 30%. Aunque en cada territorio los gustos son diferentes por el tipo de animal, la tónica dominante en estas fechas corresponde el consumo del cordero lechal con un peso en canal de entre cinco y siete kilos, frente a los pesos superiores de los corderos recentales de hasta los 12 kilos o al ternasco.

La reducción de la producción nacional ha dado lugar a un aumento de las importaciones durante todo el año. Estas compras se disparan en los meses noviembre y diciembre. Un ejemplo es las de animales vivos, especialmente desde Francia para su sacrificio en los mataderos de Castilla y León y en Aragón. A estas entradas se suman las importaciones de carne procedentes de Italia o Grecia. Estas requieren un transporte de varios días que para el director de la interprofesional del sector, Interovic, Tomás Rodríguez, afectan negativamente a su frescura. Eso sí, un cordero nacional de Castilla y León, como los que comercializa de la cooperativa arandina Colear, cuesta entre 18 y 20 euros por kilo; el importado, entre 14 y 15 euros.

En vacuno, los efectos de la sequía, los mayores costes de producción y la burocracia están minando lentamente la cabaña con una reducción de la oferta entre un 6% y un 7%, precios al alza para un determinado tipo de piezas y una demanda estable que solo se incrementa ligeramente en estas fechas. En este contexto, señala el responsable de Asovac, Javier López, la entrada de animales importados es baja ante los precios al alza que hay también en otros países. A diferencia del cordero, en el vacuno es casi única la oferta nacional.

El cochinillo supone otra alternativa. En España se sacrifican anualmente más de 1,7 millones de lechones, de los que unos 900.000 son cochinillos, con un peso medio de seis kilos. De ese volumen, más del 50% son consumidos en fresco o congelado en las fiestas navideñas, y este año se van hasta los 70 euros por unidad debido a las últimas subidas. Los jamones, con un volumen de ventas total de más de 50 millones de piezas —de los que 36 millones corresponden al jamón serrano y el resto a jamones y paletas ibéricas de diferentes categorías—. Para el grupo Joselito, en el segmento alto de precios, los últimos dos meses del año suponen una tercera parte de las ventas.

En la avicultura, junto a la oferta tradicional de pollos de corral criados con menos de 50 días, las navidades suponen un hueco en las mesas para una oferta diferente que va desde los pollos de corral de piel amarilla engordados con base de maíz con más meses de vida, a los capones y pavos o pulardas. En el grupo Coren, uno de los mayores productores de pollo, las ventas en navidades suponen más del 80% de las de todo el año.

Menos oferta de frescos del mar

En los pescados, el panorama se presenta con una reducción en la oferta de los productos frescos, con el consiguiente incremento de los precios pese al aumento de la demanda navideña. Manuel de Pablos, gerente de Eurofish, destaca este año la falta de producto fresco. Aquí juegan un papel fundamental las importaciones ante la existencia de un mercado gravemente deficitario como es el español. Esta fuerte dependencia exterior, con un déficit de más de un millón de toneladas, provoca elevadas importaciones de productos como langosta, bogavante o nécoras desde países del norte y pulpos, langostinos o gambas desde países del sur, entre los que destaca la cuenca mediterránea con Marruecos, Italia o Túnez.

Pescado y marisco en el mercado de la plaza de Lugo, en la ciudad de A Coruña
Pescado y marisco en el mercado de la plaza de Lugo, en la ciudad de A CoruñaCabalar (EFE)

El portavoz de la patronal Cepesca, Javier Garat, estima un descenso de la demanda en lo que va de año de un 20% por la reducción en la oferta y los incrementos de los precios, y se teme que esta tónica se mantenga en estas fechas en beneficio de los productos de menor precio. El pulpo siempre ha sido uno de los productos del mar más demandados de cara a las Navidades. Desde Marisco O Grove, su gerente, Pablo Mourelos, reconoce que para estas fechas el producto estará más barato porque a final de año se ha conseguido capturar mucha cantidad.

Frente a la pesca de captura en el mar, la acuicultura cuenta cada año con mayor hueco en los mercados hasta una producción estimada en unas 330.000 toneladas, de las que el grueso lo ocupa el mejillón (250.000 toneladas) y la gamba (100.000 toneladas). Los peces, excepto el besugo que no se acaba de adaptarse a ese tipo de cría, ganan peso hasta unas 80.000 toneladas, destacando la lubina (25.000 toneladas), la trucha (17.000 toneladas) y la dorada (8.000).

El dulce, más caro y más internacional

Cada vez es más internacional el dulce que tomamos para finalizar el banquete. “Hemos observado que en estas fechas, productos más habituales como el panettone están cada vez más presentes”, señalan desde la Asociación Española del Dulce. A pesar de ello, la Navidad es un periodo “fundamental” para este sector, ya durante estos días se realizan el 80% de las ventas en todo el año. Desde esta plataforma cuentan que los clientes optan más por comprar menos cantidad por el alto precio de los productos.

Tampoco ha sido un buen año para la almendra, lo que provoca que el turrón que se consuma estas navidades será de menor calidad. A pesar de que se ha intentado desestacionalizar este producto, desde el Consejo Regulador del Turrón de Jijona admiten que los principales clientes son Estados Unidos y Latinoamérica.

Ambiente en la Fira de Santa Llúcia en Barcelona, el sábado.
Ambiente en la Fira de Santa Llúcia en Barcelona, el sábado.Albert Garcia

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