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La guerra de Ucrania desestabiliza la economía mundial

El FMI advierte de que 2023 se sentirá como una recesión y de que “lo peor está por llegar”

Previsiones FMI
Exterior de la sede del Banco Mundial en Washington, donde dicho organismo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) celebran su asamblea anual.Drew Angerer (AFP)
Miguel Jiménez

El trajín habitual de delegados, ponentes, invitados y periodistas vuelve a las sedes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial tres años después. Por la repetición de las rutinas, parece que fue ayer. Sin embargo, estos tres años han sacudido la economía como no ocurría desde la II Guerra Mundial. Y ahora es otra guerra, la de Ucrania, la que ha frustrado la recuperación posterior a la pandemia y puesto en jaque la economía mundial.

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, lo adelantó la semana pasada. El Fondo había decidido rebajar una vez más su previsión de crecimiento para 2023. Este martes, el consejero económico del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, le ha puesto cifras. Según sus estimaciones, el producto mundial crecerá solo un 2,7% en 2023. Si se exceptúan las caídas de 2009 (el año de la Gran Recesión) y 2020 (el de la pandemia), es el crecimiento más débil desde 2001.

El frenazo se sentirá sobre todo en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica. China crecerá aún muy por debajo de su potencial, pero algo más que este año, en que los confinamientos y las restricciones por los rebrotes de la covid, más sus problemas en el sector inmobiliario, han lastrado su economía. En todo el mundo, además, la subida de los precios de la energía, las materias primas y los alimentos han desatado la inflación, que golpea especialmente a los más pobres.

“La economía mundial sigue enfrentándose a grandes retos, condicionados por los efectos persistentes de tres poderosas fuerzas: la invasión rusa de Ucrania, una crisis del coste de la vida causada por las persistentes y crecientes presiones inflacionistas, y la desaceleración de China”, resume Gourinchas, que añade: “Lo peor está por llegar, y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”.

“La invasión rusa de Ucrania sigue desestabilizando poderosamente la economía mundial”, dice el economista del Fondo. “Más allá de la creciente e insensata destrucción de vidas y medios de subsistencia, ha provocado una grave crisis energética en Europa que está aumentando drásticamente el coste de la vida y obstaculizando la actividad económica”, explica.

Además, la guerra también ha encarecido los precios de los alimentos en los mercados mundiales, lo que ha provocado graves dificultades para los hogares de todo el mundo, y especialmente en los países de bajos ingresos.

Ante la elevada inflación, los bancos centrales han endurecido sus políticas monetarias, con la Reserva Federal de Estados Unidos a la cabeza. El FMI hace examen de conciencia y admite que se equivocó al pensar que la inflación sería transitoria. Ahora su mensaje es el contrario: aunque tocará techo en el tramo final de este año, seguirá siendo elevada más tiempo de lo esperado y bajará al 4,1% ya en 2024. El endurecimiento de las políticas monetarias frenará la economía y como señaló el presidente de la Fed, Jerome Powell, causará “algo de dolor a familias y empresas”.

Calibrar la política monetaria

Controlar la inflación es esencial, admite el Fondo. Pero acertar al calibrar las medidas también lo es. Un endurecimiento insuficiente afianzaría aún más el proceso de inflación, erosionaría la credibilidad de los bancos centrales y desanclaría las expectativas de inflación, explica Gourinchas, que advierte: “Como la historia nos enseña repetidamente, esto solo aumentaría el coste final de poner la inflación bajo control”. Del otro lado, un endurecimiento excesivo “corre el riesgo de empujar a la economía mundial a una recesión innecesariamente dura”. Por ahora, los grandes bancos centrales transmiten el mensaje de que prefieren pasarse a quedarse cortos. El FMI también parece decantarse por esa opción.

El Fondo reclama mantener firme el timón ante las nubes de la tormenta. Eso se aplica también a los responsables de la política fiscal. Georgieva lo expuso gráficamente: no deben pisar el acelerador mientras que la política monetaria pisa el freno. Las recetas son responsabilidad fiscal, nada de rebajas de impuestos ni ayudas generalizadas y apoyo a los más vulnerables. Gorinchas advierte: “La crisis energética, especialmente en Europa, no es un choque transitorio. El reajuste geopolítico de los suministros energéticos tras la guerra de Rusia contra Ucrania es amplio y permanente. El invierno de 2022 será difícil para Europa, pero el de 2023 será probablemente peor”.

La crisis energética, las subidas de tipos y el carácter de valor refugio del dólar han provocado que la divisa estadounidense se revalorice frente al resto de monedas, poniendo en dificultades sobre todo a países emergentes. Si además se produce inestabilidad financiera o crisis de deuda, el dólar puede revalorizarse aún más, advierte.

Frenazo en Europa y Estados Unidos

En ese mundo de incertidumbre y volatilidad, las economías avanzadas crecerán solo un 1,1%, frente al 2,4% de este año y el 5,2% del pasado. Estados Unidos ya ha sufrido el frenazo este año, al pasar del 5,7% al 1,6%, sin crecimiento interanual en el cuarto trimestre del año. En 2023, la economía tan solo avanzará un 1,0%.

La zona euro resiste mejor este año, en que crecerá un 3,1%, en parte por el repunte del turismo en España e Italia, pero frenará en seco en 2023 hasta una tasa de solo el 0,5% y con Italia (-0,3%) y Alemania (-0,2%) en negativo. Según el Fondo, España se situará en la zona media alta de la tabla, con un 1,2%, lejano a la previsión del Gobierno del 2,1%.

Para el Reino Unido, la previsión era de un batacazo en el crecimiento, al pasar del 3,6% al 0,3%, pero está hecha antes del anuncio del plan de estímulos del Gobierno. El FMI cree que el efecto de ese paquete, en parte revisado, puede ser una economía más dinámica, pero a costa de mayor inflación.

Como en China el frenazo más brusco se ha dado ya este año, con un aumento de solo el 3,2% del PIB, la previsión es que acelere hasta el 4,9% si no se complica la crisis inmobiliaria ni la batalla contra la covid. Con China, el resto de Asia también esquiva el frenazo.

En cambio, en Latinoamérica el crecimiento de 2023 será del 1,7%, la mitad que este año. Chile y Colombia, que han estrenado presidentes izquierdistas en 2022, pierden fuelle económico, pero el frenazo se extiende también a Brasil, México, Argentina y casi toda la región.

El FMI ve un 25% de probabilidades de que el crecimiento mundial sea inferior al 2%. La lista de riesgos que pueden empeorar las cosas es amplia, a juicio del Fondo. En ella están posibles errores de política monetaria, nuevos choques en los precios de la energía y los alimentos, falta de suministro energético en Europa, problemas de deuda en los países emergentes, un resurgimiento de la covid o nuevos problemas sanitarios, un agravamiento de la crisis inmobiliaria china...

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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