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Habrá juguetes y ginebra en Navidad: las empresas aseguran que se han organizado para evitar el desabastecimiento

Grandes almacenes, supermercados y jugueteras afirman que pueden faltar productos puntuales, pero descartan grandes vacíos

Una mujer y una niña en la juguetería Osorno-Toyplanet, en el centro de Sevilla.
Una mujer y una niña en la juguetería Osorno-Toyplanet, en el centro de Sevilla.PACO PUENTES (EL PAIS)
Álvaro Sánchez

Liliana Trejo se extrañó al ver en las estanterías del hipermercado Makro un hueco en el lugar donde debía estar la ginebra Seagram’s. Cada semana gastaba dos botellas de la marca en su bar, Molinero, ubicado en el madrileño distrito de Hortaleza. Desde hace varias semanas no la encuentra, con lo que sus clientes han cambiado de hábitos etílicos. Diego Duque acaba de ser padre y se ha mudado a Rivas-Vaciamadrid, un municipio a 25 kilómetros de la capital. Fue a un concesionario Kia en busca de un coche nuevo y el comercial le ofreció solo dos modelos: uno de gama inferior y otro superior al que quería. Le dijo que solo podía venderle lo que tenía en stock por la crisis de semiconductores. Finalmente, el hombre, de 33 años, se conformó con el más sofisticado. En Wallapop, la popular plataforma de venta de objetos de segunda mano, varios usuarios venden la PlayStation 5 nueva a casi el doble de su precio original. “Es debido a que no se consiguen y no van a llegar hasta mediados de marzo”, argumenta uno de los ellos. “Ha tardado ocho meses en llegarme”, añade.

¿Qué tienen en común la dueña de un bar, el comprador de un coche y los aficionados a los videojuegos? La respuesta es simple: no encuentran lo que quieren. La sensación puede resultar extraña en países a los que la globalización lleva nutriendo de bienes sin descanso desde hace décadas. Los factores que han causado la crisis son variados: puertos colapsados llenos de contenedores varados que nadie recoge por la falta de camioneros, navieras que venden el poco espacio libre en sus buques al mejor postor elevando los fletes, parones en las fábricas asiáticas por contagios, apagones o fenómenos meteorológicos. Y una demanda desbocada, especialmente en Estados Unidos, gracias a los cheques entregados por el Gobierno a decenas de millones de ciudadanos para alentar el consumo.

En una lista no exhaustiva, se han detectado ya problemas en suministros para la construcción, automóviles, bicicletas, papel, bebidas, juguetes, videoconsolas y un sinfín de productos electrónicos. Eso sí, las patronales españolas coinciden en que las carencias afectan a productos puntuales, y para buena parte de los ciudadanos la crisis puede pasar prácticamente desapercibida: no habrá desabastecimiento ni estanterías vacías de forma generalizada. Si un producto falta, otro ocupará su lugar.

Las jugueteras: “Si no hay una muñeca, habrá otra”

A estas alturas, el almacén de la cadena sevillana de juguetes Osorno-Toyplanet debería estar ya casi repleto para surtir a sus nueve tiendas de cara a la temporada navideña. No es así. “En estas fechas solemos tener el almacén al 95% para los Reyes, y estamos en torno a un 60% o 70%”, explica al teléfono Carolina Osorno, la gerente. Los retrasos por las importaciones de componentes y juguetes desde China llevan meses notándose: las piscinas e hinchables que debían vender en verano les llegaron a finales de septiembre.

Las demoras no pueden achacarse a falta de previsión: los pedidos los hicieron en abril y mayo. Y ya tienen en la calle un catálogo donde aparecen algunos juguetes de los que no disponen, aunque sus proveedores les garantizan que llegarán a tiempo, y esta semana han recibido un buen aluvión de ellos. Otra anomalía es que los fabricantes no les permitirán repetir compras. Las tiendas no saben cuál será el juguete estrella de la campaña navideña hasta que empiezan a escribirse las cartas a los Reyes y se inicia el peregrinaje paterno, por lo que suelen hacer un pedido extra de los más demandados. Ahora, eso no será posible por los plazos más largos con que han de realizar los encargos.

Osorno también ha notado los efectos de la proliferación de noticias sobre la crisis de suministro, a veces con mensajes demasiado catastrofistas. “Creo que se está alarmando demasiado. Producto hay. Aconsejamos que adelanten un poco las compras, pero si no hay una muñeca habrá otra, no va a haber estanterías vacías. Que la gente tampoco se vuelva histérica porque algunos clientes ya han venido medio desesperados pensando que se van a quedar sin los Reyes”. José Antonio Pastor, responsable de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, lo resume así. “Si tengo 16 catálogos con 1.600 referencias y no me van a llegar 60, con no hacer promoción de ellas el mercado ni se entera de que faltan”.

Los grandes almacenes: “Se descarta absolutamente un desabastecimiento”

Fuentes de Anged, la patronal de grandes empresas de distribución —que tiene entre sus asociados a gigantes como Carrefour, El Corte Inglés o MediaMarkt— se muestran tajantes. “Se descarta absolutamente un desabastecimiento, lo que se pueden dar son problemas puntuales”, señalan. En Anged destacan que el sector trabaja con muchísima previsión, dado que en la campaña navideña hay categorías donde se juega hasta el 50% de la facturación anual. “Y las empresas anticipan el aprovisionamiento seis meses o más, un trabajo que este año se ha reforzado para que la oferta se ajuste a la demanda”.

Fuentes de El Corte Inglés aseguran que en su caso, al tener firmados contratos a largo plazo con las navieras, están menos expuestos a los elevados precios de los contenedores que pagan los que los contratan a última hora. Mientras que FNAC dice seguir adelante sin contratiempos a solo tres semanas del Black Friday. “En este momento no prevemos desabastecimiento en ninguna categoría. Si llegara a haber falta de existencias de algún producto, seguiríamos satisfaciendo las necesidades de nuestros clientes con mayor oferta de los productos de los que sí tengamos disponibilidad”. No todas las grandes compañías viven ahora mismo una situación de normalidad. Ikea señala que la disponibilidad de ciertos productos no está garantizada, y “puede variar entre los distintos mercados e incluso entre las distintas tiendas de un mismo país”.

Los supermercados tranquilizan: el abastecimiento está garantizado

Aurelio del Pino, presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), que representa a los establecimientos de Auchan Retail, Grupo Carrefour, Grupo Eroski y SuperCor, explica que no hay motivos para temer episodios de desabastecimiento. “Nuestras empresas están perfectamente preparadas y el abastecimiento en las tiendas está permanentemente garantizado en cualquier región del territorio, como habitualmente, y por supuesto, para el periodo navideño, que se ha planificado especialmente para que los consumidores puedan disfrutar del surtido y necesidades específicas de estas fechas”.

Por eso, llama a no convertir la anécdota en categoría. “Como algunas veces sucede, puede producirse, en un breve momento puntual, una falta en algún producto concreto de una marca específica, motivada por la complejidad de la cadena logística, pero la disponibilidad de todas las familias de productos y el pleno abastecimiento están absolutamente garantizados”.

El sector del automóvil: retrasos en los coches nuevos y auge de los usados

Uno de los primeros síntomas de los problemas en las cadenas de suministro se detectó en el sector automovilístico. La falta de microchips ha frenado las plantas y ha disparado los plazos de entrega de coches nuevos, y eso está dando un vuelco a los hábitos de consumo al provocar que los que necesitan un vehículo pronto exploren el mercado de segunda mano. Según la patronal de vendedores Ganvam, el precio de los coches usados ha subido un 15% en un año, y la entidad prevé que en 2021 se vendan más coches de más de 10 años de antigüedad que automóviles nuevos.

Ese es el negocio de Clicars, que entrega el 85% de sus coches a domicilio a clientes de toda España que los compran por internet sin siquiera probarlos antes, y tienen 15 días para devolverlos si no les gustan. Su cofundador y CEO, Carlos Rivera, admite que ante la fuerte demanda se han encarecido, y ve varios motivos para explicar el auge del vehículo de ocasión. Las listas de espera de hasta un año para hacerse con uno nuevo —un plazo incompatible para conductores que sufren una avería o han ampliado su familia—. El nuevo impuesto de matriculación, que penaliza a los nuevos. La incertidumbre sobre futuras prohibiciones del diésel, que lleva a los compradores que prefieren esa opción a no hacer grandes desembolsos a la espera de saber qué pasa. Y por último, el crecimiento de las compras por internet desde los encierros de la pandemia. En el segundo trimestre la empresa facturó 57 millones de euros, cuatro veces más que el año pasado, pero incluso este tipo de firmas lidia con problemas derivados de la escasez: al haber menos coches nuevos, se alargan los periodos de renting y coches de empresa, y les llegan menos usados, por lo que han llegado a adquirirlos en Dinamarca.

Sin Seagram’s en los bares, pero no faltarán bebidas en navidad

El caso de la falta de la ginebra neoyorquina Seagram’s ha virado la atención hacia el suministro de bebidas alcohólicas justo cuando se acerca uno de los periodos de mayor consumo. La marca, propiedad de Pernod Ricard, lejos de ocultar la escasez, ha hecho bandera de ella en redes sociales, agarrándose al atractivo extra de lo que no puede encontrarse para volver con fuerza cuando su producto regrese a las barras. Fuentes de la compañía francesa también admiten por teléfono problemas con la distribución de la ginebra Beefeater y del vodka Absolut, en parte por la falta de botellas de vidrio, tapones y aluminio.

Bosco Torremocha, director ejecutivo de la patronal de bebidas espirituosas (FEBE), culpa a los problemas de transporte marítimo, a la falta de almacenamiento y a los picos de demanda para aprovisionarse. “El sector estaba trabajando sin stocks porque no había demanda, como es lógico por las caídas tan brutales derivadas de las restricciones”, explica. Cuando los grandes locales de ocio nocturno empezaron a abrir, algunas marcas se quedaron sin producto. “Hubo un efecto llamada, similar al del papel higiénico al principio de la pandemia, pero aunque al que le toca le hace una avería importante, hoy las marcas afectadas son menos del 10%”, añade. Torremocha cree que las soluciones llegarán pronto. “Algunas roturas de stock se han corregido o se corregirán en las próximas tres semanas, y si esto fuera así tendríamos una campaña de navidad normalizada”, augura.

Karen Davies, secretaria general de Anfevi, la entidad que aglutina a las principales fabricantes de envases de vidrio que operan en España, dice que la producción sigue estable en 19 millones de botellas y tarros de vidrio al año, y que en su caso la falta de suministro se debe a un pico de demanda. “Tenemos que reajustar la oferta, no podemos surtir todos los envases que se requieren”, admite. Davies cita varios factores para justificar el desacople: cada vez hay más demanda de envases de vidrio debido a las leyes que penalizan el plástico, la reapertura de golpe de los bares y restaurantes, el hecho de que parte de la producción se haya redirigido a la exportación durante los cierres de locales en España, y que los envasadores están haciendo acopio de botellas de vidrio por temor a subidas de precios. “Servimos el 80% de nuestra producción al mercado nacional, pero aun así tenemos esta demanda brusca”, afirma.

Productos electrónicos: faltan chips, pero hay resultados récord

La PlayStation 5 no está disponible desde hace meses, pero en el camino ha vendido más de 13 millones de unidades en todo el mundo, catapultando los resultados de Sony, su fabricante. Es cierto que la falta de semiconductores ha impedido que esa cifra sea mayor, pero por ahora, en un contexto de fuerte recuperación, la crisis de suministro ha tenido más un efecto de desaceleración que de retroceso. Desde Sony Electronics España, que entre otras cosas vende televisores, cámaras, auriculares y teléfonos, admiten el problema. ”Prevemos que la escasez mundial de semiconductores afecte a la adquisición de componentes para muchos de nuestros principales productos. Sin embargo, el impacto en la producción y el aumento en el coste ya se han incluido en los presupuestos para nuestro año fiscal 2021″. Apple, en otros resultados trimestrales récord, cifró en 6.000 millones de dólares el impacto de las cadenas de suministro, lo que ha contribuido a que Microsoft la supere como empresa más valiosa del mundo, y ha recortado su producción de iPads para usar esos chips en su último modelo de iPhone, que salió a la venta el mes pasado.

Los constructores tienen más gastos y quieren revisar los contratos públicos

“Fue el tema de conversación anoche”, dice Juan Ángel Ruiz, director general de Construcciones Nila. La charla a la que se refiere el directivo de la empresa almeriense tuvo lugar en Antequera (Málaga) durante la celebración del 25º aniversario del Círculo de Empresas Andaluzas de la Construcción, Consultoría y Obra Pública (CEACOP). Y la cuestión objeto de tanta atención no fue otra que la del encarecimiento del transporte y las materias primas que está empujando al sector a pedir a las administraciones que revisen unos contratos de obra pública que a su entender han quedado completamente obsoletos con la nueva realidad de gastos.

Ruiz enumera los sobrecostes. “Las tuberías son de plástico y están subiendo un 30%, el betún para hacer las carreteras está en máximos históricos y no para de subir, todos los derivados del combustible están subiendo, la electricidad también, el transporte también porque no hay camioneros y los que hay piden subida de sueldos”. La relación con los proveedores ha cambiado por la incertidumbre en el comercio global. “Antes pedías tantos metros de tubería y había existencias, ahora todos te ponen la coletilla de que no te garantizan la fecha de entrega”.

En sus 14 años en la empresa no había visto un impacto igual. Y predice turbulencias si las administraciones públicas no se avienen a actualizar unos contratos firmados en un entorno muy diferente. “Las obras con la Administración pública tienen un margen mínimo. Si los materiales me suben un 20% y mi beneficio es un 5%, se come el margen. Van a tener que modificar los contratos para reconocer la subida, si no van a morir muchas empresas”.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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