Del despido de Currás a la imputación: hitos de la crisis que casi acabó con Dia
Desde agosto de 2018, la cadena de supermercados ha atravesado por su época más turbulenta
La imputación de Ricardo Currás es el último hito en la crisis de la cadena de supermercados Dia, un proceso de deterioro que asomó en agosto de 2018, con el despido de Ricardo Currás, pero que venía fraguándose desde al menos un año antes. Estos han sido los principales hitos del proceso.
Despido de Currás. En agosto de 2018, después de varios trimestres de caída de los beneficios y las ventas, la empresa despidió a su consejero delegado, Ricardo Currás, que fue sustituido por Antonio Coto, hasta entonces responsable del negocio en Argentina y Brasil. Solo duró en el puesto hasta que en diciembre le sustituyó Borja de la Cierva.
Recorte de previsiones. El 15 de octubre de 2018, la compañía comunicó que los resultados del año 2018 serían malos y que había que reexpresar las cuentas de 2017, lo que ya suponía un indicativo de los manejos contables de la cúpula que dirigía Currás. Unas y otras cosas causaron una caída en Bolsa del 42,2%. Pocos días antes, el magnate ruso Mijaíl Fridman se situaba al borde de la opa al llegar al 29% de las acciones.
En quiebra y opa. En febrero de 2019, Dia, cuyo deterioro bursátil le costó el puesto en el Ibex 35, puso números a su crisis: en 2018 perdió 352 millones y entró en situación de quiebra técnica. Tras meses de rumores, ese mes Fridman lanzó una opa de bajo coste para controlar la empresa y prometió reflotarla. Su plan de rescate se oponía al de la cúpula que dirigía De la Cierva.
Los accionistas deciden. En marzo, los accionistas se decantaron por Fridman y dieron via libre a su plan de rescate. Mientras los accionistas decidían si acudir a la opa de Letterone —Fridman exprimió la ley de opas para asegurársela—, el negocio siguió deteriorándose a marchas forzadas, amenazando incluso la supervivencia de la empresa.
Fridman logra el control. En mayo, cerca del límite para verse abocada al concurso de acreedores, el magnate ruso culminó su opa, logrando el 70% de las acciones y tomando el control del consejo. In extremis, logró un acuerdo con la banca para relajar el pago de la deuda (más de 1.700 millones). El acuerdo era condición para la ampliación de capital de 600 millones. Tras ella, ya en septiembre, Letterone pasó a tener el 74,8%.
La mala imagen pesa. Tras un año de crisis, el deterioro de la imagen de Dia sigue lastrando sus ventas: hasta septiembre, cayeron un 7% y las pérdidas aumentaron hasta 504 millones.
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