El Gobierno confía en cambiar por completo el cuadro macro gracias a las ayudas europeas

La pandemia del coronavirus no solo ha modificado todas las prioridades de las instituciones. También ha alterado los calendarios y las habituales liturgias presupuestarias. El Gobierno decidió en primavera que no presentaría los Presupuestos para 2020 y que se concentraría en las cuentas de 2021 para impulsar la recuperación del país tras una crisis sin precedentes. Entonces no contaba con los detalles del fondo de reconstrucción europeo, que se prevé que inyecte a España la friolera de 140.000 millones en los próximos años. El Ejecutivo confía en que estos desembolsos, cuyo primer tramo de más de 27.000 millones está previsto para el año que viene, mejoren sustancialmente sus previsiones macroeconómicas.

El Consejo de Ministros aprobó el martes el nuevo cuadro macroeconómico que guiará el diseño de los Presupuestos de 2021, unas cuentas que pretenden convertirse en el pistoletazo de salida de un ambicioso plan de reformas e inversiones que este miércoles presentará el Ejecutivo. El cuadro empeora la previsión sobre la marcha de la economía para este año, pronosticando una caída del 11,2% frente al 9,2% estimado en primavera. Pero también recoge un generoso repunte para 2021, del 7,2%, que se vería mejorado gracias al empujón de los fondos de Bruselas: estos impulsarían un avance adicional de más de dos puntos, hasta elevar el rebote al 9,8%.

La ministra de Economía, Nadia Calviño, explicó el martes que el Gobierno ha diseñado un escenario inercial y otro de “ejecución plena”, que recoge el impacto de los fondos europeos. En este segundo panorama, todos los indicadores macroeconómicos experimentan una importante mejora tras el derrumbe de este año, en particular en el segundo trimestre. Entre abril y mayo se produjo una hibernación de la economía para frenar la curva de contagios. Las medidas restrictivas dieron un golpe sin precedentes a la actividad, obligaron al Gobierno a usar la artillería pesada para evitar daños estructurales al tejido productivo y deprimieron el consumo, obligando a los hogares a un ahorro forzoso por la imposibilidad de salir y por la elevada incertidumbre.

El Ejecutivo, en línea con las recomendaciones de los principales organismos, ya ha dejado claro que seguirá apoyando la economía para empujar la recuperación. El techo de gasto aprobado el martes en el Consejo de Ministros es una muestra de ello: subirá más de un 50% en 2021 hasta rozar los 200.000 millones. Parte de esta subida será gracias a los fondos europeos.

Con ellos, la inversión y las variables comerciales serán las principales beneficiadas, según las estimaciones del Gobierno: el repunte sería de casi ocho puntos para la inversión (del avance del 7,2% previsto para el escenario inercial al 15% con la incorporación de las ayudas comunitarias); de 8,5 puntos para las importaciones, elevando el rebote en 2021 hasta el 17,1%; y de más de seis puntos en el caso de las exportaciones (del 11,7% al 18%). También el consumo público y privado ―uno de los indicadores más golpeados por la crisis a causa de los confinamientos―, el empleo y la tasa de paro vivirán mejoras, aunque menos marcadas.

En el caso del mercado laboral, el crecimiento del empleo sería del 7,2% en lugar del 5,6%, lo que puede equivaler a la creación de unos 250.000 o 300.000 empleos adicionales. La tasa de paro se situaría de ese modo en el 16,3%, en lugar del 16,9% previsto en el escenario sin ayudas europeas.

La Airef alerta de riesgos

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que el martes avaló las nuevas previsiones del Gobierno pese al “contexto de incertidumbre extrema”, alertó sin embargo que hay que ir con los pies de plomo. El organismo dirigido por Cristina Herrero, encargado de velar por la sostenibilidad de las cuentas públicas, explicó que el escenario más optimista dibujado por el Gobierno “es alcanzable si confluyen circunstancias favorables”, tanto con respecto a la evolución sanitaria “como en la ejecución e impacto de los fondos” europeos de Recuperación y Resiliencia y los demás fondos de Next Generation EU. “No obstante, la Airef hace notar el riesgo de que se materialicen escenarios menos benignos en torno a ambos factores que llevarían a menores tasas de crecimiento”, añade en su informe.

El organismo prevé tres posibles evoluciones del PIB en los próximos dos años, que muestran caídas del 12,1%, 11,8% y 11,6% en 2020 y crecimientos del 6,5%, 8,2% y 9,9% en 2021. El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que anunciará este miércoles el Gobierno ―y que estima que tenga un efecto multiplicador de alrededor de 1,2 puntos sobre el PIB― irá orientado en su mayor parte a la inversión pública en infraestructuras, digitalización e innovación, entre otras cosas. La Airef coincide en que el aumento del gasto en este sentido suele tener un efecto arrastre positivo sobre el PIB y el empleo, pero alerta también de que se pueden materializar contratiempos. Entre ellos, “retrasos en la absorción” de los recursos o en la ejecución de los proyectos, que tacha de “elevados”.

Por el otro lado, recuerda que el control de la crisis sanitaria sigue representando un elemento de incertidumbre que podría frenar las perspectivas de crecimiento y que los tiempos de llegada de una vacuna aún son inciertos. No descarta, además, que “el escenario actual de rebrotes continuados a nivel global tenga efectos más adversos y persistentes sobre la confianza, el gasto en consumo final de las familias y la inversión empresarial”.

La misma Calviño recordó el martes que las nuevas previsiones están sujetas a una “elevada incertidumbre” y se ven afectadas “por un conjunto de riesgos”. Entre ellos, mencionó que el Ejecutivo está pendiente de la aprobación final de los textos normativos para el plan de recuperación. “En Europa la negociación está avanzando adecuadamente”, añadió.