La caída del precio de la luz lleva al IPC al 0,3%, la tasa más baja desde 2016

El abaratamiento del precio de la electricidad tiró en agosto hacia abajo del IPC y llevó la inflación a su tasa más baja en tres años, el 0,3%, un nivel desconocido desde el 0,2% marcado en septiembre de 2016, según ha informado este jueves el Instituto Nacional de Estadística. La electricidad ha sido el factor fundamental en la moderación del IPC en los últimos meses, por la comparación con las fuertes subidas experimentadas el verano pasado.

El IPC bajó una décima en agosto respecto a julio, recortando a su vez dos décimas la tasa interanual, que, tras el leve repunte de julio (del 0,4% al 0,5%), vuelve a la senda bajista que inició en el mes de abril, cuando marcó el máximo del año en el 1,5%, al calor de los precios turísticos por la Semana Santa. Desde entonces, la caída ha sido abrupta, hasta marcar en agosto la tasa más baja desde septiembre de 2016, cuando, finalizó un periodo de deflación (inflación negativa) de casi dos años.

Aunque se trata del dato adelantado, que deberá ser confirmado (o revisado) y detallado el próximo 13 de septiembre, el organismo estadístico señala claramente un responsable de la reducción de la tasa: la electricidad. Si hace un año marcaba máximos anuales por las altas temperaturas, la sequía, la escasez de vientos (que obligaba a tirar de las energías más caras) y la subida de los derechos de emisión de CO₂, este año está dando un respiro a los bolsillos.

A falta de conocer el detalle del INE, el Operador del Mercado Eléctrico Ibérico (OMIE) da pistas sobre la evolución del precio de la luz. El precio medio mayorista para este jueves fue de 50,07 euros el megavatio/hora (MW/h). Hace exactamente un año, marcaba máximos anuales en 70,99 euros. Es decir, este año la luz está un 29,3% más barata. Un resultado muy similar ofrecen los datos de Red Eléctrica, que incluyen otros conceptos que afectan al precio del megavatio, como los pagos por capacidad o el servicio de interrumpibilidad.

En cuanto a la producción, según los datos de OMIE, hace un año el mix estuvo compuesto al 84,7% por fuentes libres de emisiones de CO2 (solar, eólica, hidráulica o nuclear), y al 15,3% por carbón y centrales de ciclo combinado (gas natural). Ayer, apenas se llegó al 60% de fuentes renovables, en teoría más baratas, mientras que el resto de la oferta provino, casi en su totalidad, del ciclo combinado.