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El IPC frena en mayo y cae al 0,8% por la electricidad y los carburantes

El indicador de inflación desciende siete décimas en tasa interanual respecto al mes anterior

Javier Salvatierra
Un operario lee contadores de electricidad en un edificio.
Un operario lee contadores de electricidad en un edificio.víctor sáinz

El IPC se moderó bruscamente en mayo al caer siete décimas respecto al mes anterior y situarse en el 0,8% interanual, desde el 1,5% al que había escalado en abril tras tres meses al alza. Es el nivel más bajo desde enero de 2018. El abaratamiento de ciertos servicios y productos tras la Semana Santa y el precio de la energía –la electricidad, que bajó frente a las subidas del año pasado, y los carburantes, que subieron menos- tuvieron que ver con la contundente reducción de la tasa de inflación.

Pocas veces experimenta el IPC caídas tan bruscas como la de mayo adelantada ayer por el INE, si es que se confirma dentro de dos semanas. Hay que irse hasta mayo de 2017 para encontrar una bajada de siete décimas en el índice, entonces desde el 2,6% hasta el 1,9%. Como hace dos años, hay que buscar las causas en la Semana Santa, entre otras cosas. Tanto este año como en 2017, la Semana Santa fue en abril, lo que provocó que en ese mes subiesen los carburantes y algunos productos y servicios relacionados con el turismo, que cayeron al mes siguiente.

Este mes, a falta de que el INE desglose las subidas y bajadas de los productos de la cesta, ha pasado lo mismo, según señaló María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas, que preveía una tasa algo más elevada, del 1%, este mes. “La bajada de mayo en algunos servicios relacionados con la Semana Santa se compara con mayo del año pasado, en que no se produjo esta corrección porque la Semana Santa fue en marzo”, explica. Así, por comparación, la bajada es más acusada.

Más en concreto, el INE apuntó a la electricidad y los carburantes como causantes de la brusca caída de la tasa de inflación. El año pasado por estas fechas, la luz subía a un ritmo acelerado (un 6,4% en términos mensuales, lo que se tradujo en un 4,3% interanual), mientras que este mes, según adelantó el organismo estadístico, el precio ha bajado. El INE no dirá cuánto exactamente hasta dentro de dos semanas, pero el mercado mayorista de la luz puede dar pistas —no una explicación completa, habida cuenta que el precio mayorista apenas representa, aproximadamente, una tercera parte la factura de la luz del consumidor—.

Según el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), el precio medio de la luz en abril se situó en 50,29 euros el megavatio/hora (Mwh). En mayo, la media de estos 30 primeros días da un precio de 48,15 euros, una rebaja del 4,25% de un mes a otro. En términos interanuales, la rebaja es aún mayor, del 12,33%, puesto que en mayo de 2018, la electricidad marcó un precio mayorista medio de 54,92 euros/Mwh. La rebaja del precio de la luz en mayo puede tener que ver con la llegada temprana del calor.

La luz, además, contribuirá a tirar hacia abajo del IPC al menos hasta diciembre, a juicio tanto de Fernández como de Diana Posada, economista de Analistas Financieros Internacionales. La razón es que el año pasado, sobre todo después del verano, el precio de la luz se disparó. Si este año no pasa nada extraordinario, la comparación con aquellas tasas, del 8, el 10 y el 13% en julio, agosto y septiembre, hará que la inflación de la electricidad se mantenga baja al menos hasta cerca de final de año. Es el llamado efecto base. En diciembre, el efecto base será de sentido inverso.

En cuanto a los carburantes, hace un año subieron en términos mensuales un 4,3 el gasóleo y un 3,9% la gasolina, para situarse en tasas interanuales del 12,7% y el 9%, respectivamente. Según el INE, este mes de mayo han subido menos, pero de nuevo no dice cuánto. El boletín petrolero de la UE, que recoge los precios de los combustibles semanalmente, indica que, entre el 29 de abril y el 27 de mayo de este año, la gasolina ha subido un 0,26% y el gasoil un 0,28%. En términos interanuales, comparando el último boletín de mayo del año pasado con el de este, la subida de ambos combustibles es del 1,6%.

Tampoco los carburantes contribuirán positivamente a la inflación al menos hasta los dos últimos meses del año, teniendo en cuenta las tasas de doble dígito que registraron tanto la gasolina como el gasóleo en los meses centrales de 2018.

Para lo que queda de año, tanto Funcas como AFI pronostican una tasa de inflación moderada, cercana al 1% hasta diciembre, cuando experimentará un repunte debido de nuevo al efecto base derivado de las tasas bajas del último mes del año pasado. Eso sí, siempre y cuando el petróleo se mantenga en los niveles actuales, cerca de 70 dólares. En un escenario con el petróleo en 80 dólares, Funcas prevé una tasa cercana al 1,5% al final del año. Si se acercase más a los 60 dólares, la tasa se quedaria en el entorno del 0,7%.

“La desaceleración de la inflación es una noticia positiva para las familias, un impulso a su poder adquisitivo porque los salarios están subiendo más”, apuntó Posada. También para el Gobierno, que se ahorrará la paga compensatoria de las pensiones, que han subido este año un 1,6%.

Sueldos y pensiones ganan poder adquisitivo en el comienzo del año

Lo sucedido con los precios en los primeros cinco meses del año está permitiendo a salarios y pensiones ganar poder adquisitivo. En mayo el IPC ha subido un 0,8% respecto al mismo mes del año anterior. El aumento es algo mayor si, en lugar de tomar el dato del último mes, se escoge la media de lo que va de año: un 1,14%. Tanto una referencia como la otra están por debajo del aumento inicial de pensiones para 2019, 1,6%, del sueldo de los funcionarios (2,5%) y del pactado para los salarios en la negociación colectiva hasta ahora (2,21%).

Todavía es pronto para ver si este avance del poder adquisitivo se consolidará en 2019. El frenazo de los precios en mayo ha sorprendido por su intensidad. No obstante, si se consolidara, este año no sería necesario revisar el incremento inicial de las pensiones. El año pasado sí que se hizo: la subida inicial se había quedado corta. A comienzos de años la subida fue del 1,6%, pero a lo largo de 2018 el IPC aumentó el 1,7% de media anual (a diferencia de lo que sucedía hasta 2013, se optó por el dato medio y no el de noviembre).

Para los trabajadores públicos, la ganancia de poder de compra sería mayor que para los pensionistas. No obstante, los primeros sufrieron mucho la devaluación salarial en los años de la crisis. También los sueldos fijados en la negociación colectiva saldrán ganando más. Hasta abril crecían un 2,2% y lo más probable es que conforme pasen los meses el incremento sea mayor, ya que los nuevos convenios firmados que se incorporan a la estadística recogen aumentos más grandes que los ya incorporados.

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